Las tatuadoras que devuelven la autoestima a supervivientes de cáncer de mama: “Te quitan el tumor, pero la herida sigue”

Sanxenxo

Jéssica, Marta y Leticia llevan a cabo, de manera altruista, trabajos de micropigmentación y otras técnicas estéticas para devolver el amor propio de pacientes que han superado un cáncer de mama

Marta Beiro, Leticia Sueiro y Jéssica Martínez, las trabajadoras de Memoria de pez, un estudio de tatuajes y estética para pacientes con cáncer de mama.

Marta Beiro, Jéssica Martínez y Leticia Sueiro, las trabajadoras de Memoria de pez, un estudio de tatuajes y estética para pacientes con cáncer de mama.

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Hace tres años, a María, de 59 años y vecina de Sanxenxo, le diagnosticaron cáncer de mama. Fueron meses muy duros en los que, como ella misma admite, “no levantaba cabeza”, y sobre los que prefiere no profundizar. Hoy, en cambio, elige quedarse con otro recuerdo –uno que todavía la emociona al otro lado del teléfono–, el día en que volvió a reconocerse frente al espejo tras visitar Memoria de Pez, un estudio de tatuajes y estética de su localidad.

Allí, Jéssica Martínez, Marta Beiro y Leticia Sueiro llevan a cabo, de manera altruista, trabajos de micropigmentación y otras técnicas de belleza para ayudar a mujeres (y hombres) que han pasado por un cáncer de mama. María depositó toda su confianza en las “manos de algodón” de Marta Beiro, quien llevó a cabo un minucioso trabajo con el que recreó, con todo detalle, la areola y el pezón que la enfermedad le había arrebatado. “Fue un antes y un después. Como ponerme un vestido nuevo”, reconoce emocionada esta mujer, a la que no hace tanto le costaba mostrar su cuerpo y que ahora solo tiene palabras de agradecimiento para “sus tres ángeles”.

El tumor no está, pero la herida permanece

“Cuando te dan el alta, el tumor ya no está, pero la herida psicológica permanece”, resumen las especialistas, que llevan un año trabajando juntas desde que Jéssica Martínez, tatuadora del equipo, decidiera abrir el local. “No quería un estudio de tatuajes convencional, quería crear un espacio donde pudiéramos combinar diferentes técnicas y atraer a todo tipo de público”, explica Martínez, quien añade que, aunque cada una tiene sus propios ingresos y clientas, “somos un equipo” en el que todas se apoyan y buscan ofrecer la mejor atención a cada mujer que pasa por el local.

Sin duda, forman un equipo perfecto, tanto por su sensibilidad como por su manera de trabajar juntas. Los dos únicos requisitos que piden a sus clientas es, por un lado, presentar un certificado médico del hospital que confirme que el tratamiento ha finalizado y que el cuerpo está “preparado” para el tatuaje o la micropigmentación y, por otro, realizar un donativo simbólico a la Asociación Española contra el Cáncer, ya que “no cobramos por el tratamiento estético ni por el coste de los materiales”, apunta Beiro.

El antes y el después de un tratamiento estético mediante la micropigmentación llevado a cabo por Marta Beiro.

El antes y el después de un tratamiento de areola mediante la micropigmentación llevado a cabo por Marta Beiro.

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Tras una mastectomía, el pecho se puede reconstruir principalmente de dos maneras: con piel y grasa de la propia paciente o con prótesis mamarias. “Utilizar una técnica u otra dependerá de factores técnicos como la cantidad de piel que le falte, lo dañados que hayan quedado los tejidos de la paciente, si ha recibido o no radioterapia, si tiene o no en otras zonas del cuerpo, redundancia de piel y grasa que se puedan utilizar para la reconstrucción”, detalla Joan Fontdevila, cirujano plástico y presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre).

La reconstrucción puede realizarse en el mismo momento de la mastectomía o en una intervención posterior. Fontdevila asegura que en un “porcentaje elevado” de casos se opta por hacerla de manera simultánea para reducir el impacto psicológico. Aunque, en determinadas situaciones, es preferible posponerla o incluso no llevarla a cabo, si la paciente así lo desea.

La reconstrucción puede ayudar a restaurar la imagen corporal y mejorar la autoestima

Joan Fontdevilapresidente de la Secpre

La mama tiene un fuerte valor simbólico ligado a la feminidad y, tras una mastectomía, muchas mujeres pueden llegar a sentirse “deformadas” o “mutiladas”, afectando a su autoestima y alterando sus relaciones personales. “La reconstrucción puede ayudar a restaurar la imagen corporal, mejorar la autoestima, así como facilitar el poder vestir ropa interior convencional y establecer relaciones sociales y actividades sin temor a que se desvele su enfermedad”, explica el cirujano plástico.

Aunque las intervenciones quirúrgicas y de micropigmentación están contempladas en algunas comunidades autónomas, hay otras donde no está claro –admite el doctor– si este servicio llega al 100% de las pacientes.

El antes y el después de un hombre que perdió el pelo de su ceja tras su tratamiento.

El antes y el después de un hombre que perdió el pelo de su ceja tras su tratamiento.

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Joan Fontdevila recuerda, además, que “la micropigmentación de la areola representa la finalización de la reconstrucción mamaria y requiere que el especialista tenga formación en micropigmentación terapéutica, aunque no imprescindible una titulación sanitaria.

Este es el caso de Marta Beiro, que durante la pandemia descubrió el tatuaje y la micropigmentación de areola. “Siempre estuve sensibilizada con el cáncer y, cuando vi que podía unir mi pasión por el dibujo con la posibilidad de ayudar a personas que lo habían padecido, me animé”, recuerda. Esta tatuadora colabora con un oncólogo que le deriva al estudio muchas pacientes para dibujarse la areola, pero también para recuperar sus cejas tras realizar radioterapia.

Con algo tan simple, puedes ayudar a que se encuentren consigo mismas

Leticia SueiroTrabaja en la extensión de pestañas

“Depende del caso utilizamos el tatuaje o la micropigmentación. En esta última técnica, la tinta se coloca algo más arriba de la piel y su reabsorción del color es más rápida, pudiendo durar hasta cinco años”, detalla la especialista, que lleva a cabo estos procedimientos en varias sesiones.

Es importante recordar que muchas pacientes experimentan el “miedo a la camilla” tras un largo periodo de tratamiento. “Llevamos a cabo también prótesis de areola de silicona o látex temporales para aquellas mujeres que están en proceso de asimilación y aún no han decidido si se tatuarán o utilizarán una prótesis mamaria”, explica la especialista.

Muchas mujeres vienen con el pelo de las pestañas dañado.

Muchas mujeres vienen con el pelo de las pestañas dañado.

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El tratamiento también deja secuelas como la pérdida o el daño de las pestañas. Leticia Sueiro es la responsable de devolver a estas mujeres el movimiento natural y el aleteo de sus párpados. “Hablas y empatizas mucho con ellas. Una clienta muy joven, dos años después de superar un cáncer, rompió a llorar, y yo con ella, al verse con sus nuevas pestañas. Te das cuenta de que, en algo tan simple como esto, puedes ayudar a que se encuentren consigo mismas”.

Decidan dibujarse o no una nueva areola, ponerse extensiones de pestañas o tatuarse una palabra o un dibujo que les ayude a sanar sus heridas, estas tres mujeres han logrado que muchas salgan de su estudio con la sonrisa y la confianza que el cáncer les había arrancado, acompañadas de una palabra que se repite: GRACIAS. Así, en mayúsculas.

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