Una familia en cada puerto

Apoyo material y espiritual

El Apostolado del Mar ‘Stella Maris’ es un organismo de la Iglesia Católica que ofrece asistencia al marinero

Apostolat del Mar que ofereixen les diòcesis de Tarragona i Barcelona

El padre Francis Ferrucci Cayao Cañete (en el centro) junto a un grupo de tripulantes de origen filipino, tras oficiar una misa a bordo de un buque atracado en Tarragona. 

Apostolado Stella Maris de Tarragona

El padre Francis Ferrucci Cayao Cañete acude tres veces por semana al puerto de Tarragona, como voluntario donde visita la tripulación de buques que recalan unas horas o unos pocos días en sus aguas. Al margen de ayudar a los marineros a cubrir sus peticiones materiales tras meses en alta mar, en su faceta como religioso también escucha sus preocupaciones, les ofrece consejo espiritual, si lo necesitan, y oficia misas a bordo siempre y cuando el capitán lo permita y los marineros demanden el servicio. Si un tripulante enferma, como ha ocurrido en alguna ocasión, se turna junto a otros voluntarios para hacer noche en el hospital, para que el marino no se sienta solo.

Este religioso de origen filipino, miembro de la Congregación de los Rogacionistas del Corazón de Jesús, llegó a España en 2017 y forma parte del Apostolado del Mar-Stella Maris de Tarragona, un organismo vinculado a la Iglesia Católica, surgido por primera vez en Glasgow en 1920 y que actualmente está presente en 330 puertos de 60 países. “El lema de Stella Maris es ‘tu hogar lejos del hogar’, nosotros somos para los marineros como su otra gran familia”, afirma el sacerdote, que en 2021 fue nombrado consiliario (consejero) del organismo por parte del arzobispo de Tarragona, labor que compagina con la vicaría de las parroquias de Sant Cosme i Sant Damià de Molnars i la de Santa Maria, en Ferran-La Móra.

La conexión a internet o tarjetas SIM son algunas de las peticiones materiales de los tripulantes

El Apostolado del Mar, que brinda a los marineros asistencia material y espiritual independientemente de su cultura, nacionalidad o religión, está presente en España desde el año 1927, cuando se creó el servicio en el puerto de Barcelona. Hoy tiene presencia en una quincena de puertos de la costa española. Los sesenta voluntarios que forman parte del servicio en Catalunya, entre Barcelona y Tarragona, visitaron el año pasado más de 2.000 barcos, la gran mayoría eran buques mercantes con 40.000 tripulantes a bordo.

Su modo de proceder es siempre el mismo: cada vez que atraca un barco, dan la bienvenida a los tripulación, se interesan por sus necesidades, les ofrecen planos de la ciudad en la que pasarán unas horas y servicios básicos como conectarse a Internet para comunicarse con sus familias. Barcelona atendió en 2024, un total de 1.409 barcos con 28.000 tripulantes a bordo de 69 nacionalidades, la mayoría filipinos (30%), seguidos de ucranianos (15,3%), indios (10,25%) y rusos (7,3%). En Tarragona fueron 655 los buques que recibieron la visita del grupo de voluntarios. No todos son creyentes y no todos son católicos –en el grupo hay luteranos, musulmanes y sijs- pero todos ellos tienen un espíritu de servicio hacia el prójimo y un mínimo compromiso.

El director del Secretariado Diocesano del Apostolado del Mar en Tarragona, creado en 1999, el laico Vicenç Veses, explica que tras meses en alta mar, una de las primeras cosas que reclaman es tener contacto con sus familias, a quienes hace mucho tiempo que no ven. En el centro les dan opción de conectarse al wifi, de comprar tarjetas SIM, de cambiar las divisas o simplemente se ofrecen a charlar con ellos. Una cara amiga con quien abrirse. “Aquí se sienten arropados, hablar o sentirse escuchados es importante, todos tenemos necesidad de que nos escuchen”, reconoce Veses, que destaca también el consuelo que representan los voluntarios de Stella Maris en momentos adversos como la enfermedad o la muerte.

Tras meses en alta mar, lo primero que piden es tener contacto con sus familias, a las que hace mucho tiempo que no ven

El director del Apostolado del Mar en la archidiócesis de Barcelona, Ricard Rodríguez-Martos dice que también atienden sus dudas sobre temas legales, contractuales pero también sus necesidades de ocio y desconexión, con actividades deportivas y culturales como la celebración de partidos de futbol o baloncesto, visitas a la Sagrada Familia o servicio de biblioteca. También hacen entrega de rosarios y los que lo quieran tienen las puertas abiertas de las capillas y oratorios Stella Maris. Rodríguez-Martos reconoce que las misas a bordo de los buques son más bien escasas. “En realidad la gente del mar es un reflejo de la sociedad de tierra”, explica.

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