La edad de inicio de consumo de váper baja a los 12 años

Campaña antitabaco

Los menores vapean nueve veces más que los adultos

Vapeadores decorados con figuras de dibujos animados

Vapeadores decorados con figuras de dibujos animados

LVE

La industria del tabaco y de productos relacionados saben bien cómo conseguir nuevos clientes. Cuando la lucha contra el tabaco tradicional amenaza con reducir la ingesta del mismo, aparecen nuevos productos que enganchan a potenciales consumidores, los más jóvenes.

Basta mirar lo que ocurre con los cigarrillos electrónico o vapeadores. La edad de inicio ha bajado a los 12 años. Los sabores no son fresa, vainilla o menta. Los hay de mojitos, cerveza alemana, torreznos, salchichas...lo que quieran, con tal de gustar. Tanto es así que los menores vapean nueve veces más que los adultos.

Estos son algunos de los datos que los responsables del Ministerio de Sanidad han facilitado essta mañana en la presentación de una nueva campaña de prevención del tabaquismo en la que anima a los jóvenes a dejar de utilizar los vapeadores, cuyo consumo, según la titular del departamento, Mónica García, perjudican la salud, favorece el inicio temprano de dependencia y dificulta el poder dejarlo.

“Con todas las cosas que puedes hacer con la boca, ¿vas a usarla para vapear?”, pregunta el vídeo que acompaña la campaña, que insta a usar la boca para besar, gritar, tocar la trompeta, lamerse el codo o comer.

“La industria ha puesto en la diana al público joven con aparatos atractivos y aparentemente inofensivos, pero que son dañinos”, ha aseverado García, quien ha reconocido que la nueva campaña busca, con un “toque de ironía”, concienciar a los jóvenes e interpelarlos directamente para acabar con el mito de que los vapeadores no son perjudiciales.

”Los jóvenes en general y especialmente los menores de 18 años, que, a pesar de estar prohibida la venta a menores, consiguen acceder a estos productos, se ven realmente atraídos por los 'vapeadores' por sus sabores y formas novedosas y tecnológicas, generando una nueva generación de consumidores de nicotina y adictos a un hábito perjudicial para la salud”, señalaron desde Sanidad.

La propia denominación de estos productos “pueden generar una errónea sensación de inocuidad al emitir vapor, cuando lo que realmente se inhala en estos dispositivos es un aerosol formado por compuestos químicos dañinos e irritantes para las vías respiratorias, así como sustancias cancerígenas contenidas en los líquidos o que se generan en el proceso de atomización”, alertaron.

En esta línea, Sanidad ha defendido que estos dispositivos no son, como se cree, un elemento que ayuda a dejar el tabaco, si no una puerta de entrada a la nicotina.

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