Expertos en mujer, sexo, prostitución y trata exigieron esta mañana en el III Congreso Internacional sobre Trata de Seres Humanos, al que asistió la reina Letizia y la ministra de Igualdad, Ana Redondo, la abolición de la prostitución y alertaron sobre el impacto de la pornografía y la violencia sexual contra las mujeres a través de las redes sociales. La Reina, que no intervino, acudió al acto con un chaleco confeccionado por las trabajadoras de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (APRAMP).
El evento, organizado por la asociación Betania, comenzó con un vídeo con el testimonio de una superviviente de trata que explicó cómo fue captada y traída a España para “trabajar vendiendo su cuerpo”. El vídeo concluye con un mensaje: “No pagues por sexo, no contribuyas a nuestro sufrimiento porque sin demanda no hay oferta”.
Con el foco puesto en los “puteros” y “proxenetas”, la portavoz de la Plataforma Estatal de Organizaciones de Mujeres por la Abolición de la Prostitución (PAP), Rosario Carracero, y la experta de la Universidad de La Coruña, Rosa Cobo, exigieron la abolición de la prostitución. A juicio de ambas, regular la prostitución, como demuestra la historia, sólo ha servido como aval para este tipo de explotación y ha provocado un crecimiento de este comercio.
“Hay un proceso de deslocalización de los burdeles de siglos pasados a pisos y, ahora, a otros lugares que no existen”, indicó Cobo en referencia a las redes sociales y a aplicaciones como OnlyFans o Sugar Daddy, que permiten a los “puteros” pedir mujeres a domicilio en apenas 10 minutos. Eso dificulta la persecución del proxenetismo e impide regular esa abolición de la prostitución, explicó Cobo.
El psicólogo especializado en prostitución José Luis García Fernández alertó sobre el consumo de pornografía por parte de los jóvenes a través de las redes sociales. “El 95% de los jóvenes consume porno” y no porque ellos mismos busquen esos contenidos, afirmó, sino porque internet y las redes se los suministran. Según un informe de la Universidad de Baleares, señaló García Fernández, “una cuarta parte de los jóvenes españoles han consumido entre 1.000 y 5.000 horas de violencia sexual antes de los 20 años”.