El papa Francisco plasmó en una encíclica su visión del medio ambiente. Luego quiso dar un paso más: poner en práctica aquellos principios. El “cuidado de la creación” elaborado en el documento Laudato si’ no fue solo una durísima crítica a un modelo de desarrollo que ha llevado a la explotación de los recursos y a la degradación ambiental, sino también la base de un proyecto innovador en los jardines de Castel Gandolfo, inspirado en la oración más conocida de san Francisco de Asís. El diseño de Bergoglio se ha hecho realidad con su sucesor, León XIV, que el pasado 5 de septiembre inauguró el Borgo Laudato Si’, la granja dentro de las Villas Pontificias de la residencia de verano de los papas, que quiere ser la traducción concreta de todo lo que habría que hacer para cuidar la creación amenazada por el cambio climático, y que en el 2026 contará también con un restaurante inspirado en esa filosofía. El Borgo une dos almas: el centro de alta formación, instituido por dos quirógrafos del papa Francisco y corazón educativo del proyecto, y un sistema agrícola basado en los principios de la ecología integral.
En el Borgo, que ha prohibido por completo el plástico y permitirá la entrada únicamente a coches eléctricos, se producirá un vino de alta calidad. También aceite, queso, verduras, miel y un helado fruto de una producción ecosostenible. En un invernadero de forma semicircular, que recuerda a la plaza de San Pedro, se cultivarán flores y plantas resistentes para embellecer los mismos jardines. Pero detrás del proyecto hay también un fin social: los trabajadores han sido escogidos entre refugiados, ex reclusos, desempleados, mujeres víctimas de violencia y personas con adicciones. Todo será financiado también por inversores privados, cuyos planes serán examinados por el Vaticano. “El cuidado de la creación se convierte así en una ‘verdadera y propia vocación, común a cada uno, que debe vivirse dentro de la creación misma, sin olvidar que somos criaturas entre las criaturas y no creadores’”, recordó el Papa en la presentación del proyecto.
El proyecto incluye viñedos y un futuro restaurante gestionado por dos chefs de Chicago
Al frente de este experimento está el cardenal Fabio Baggio, que lo explicó el día de la inauguración: “El papa Francisco, cuando me llamó a elaborar el proyecto, me dijo: ‘He enseñado con palabras, pero siempre me ha gustado enseñar también con hechos y gestos’. Y así nació el Borgo”.
Para el futuro restaurante, el Vaticano ha iniciado una colaboración con dos chefs de Chicago –la ciudad del cardenal Robert Francis Prevost–, Art Smith y Phil Stefan, que utilizarán los productos de la nueva granja papal mezclando la tradición culinaria italiana con la de la ciudad de Illinois. Art Smith, que fue cocinero de la presentadora de televisión Oprah Winfrey, ya ha impulsado numerosos proyectos sociales con su organización sin ánimo de lucro Common Threads. Phil Stefan añadió: “Como católico e italiano, este proyecto es un sueño. Participar en una experiencia culinaria en un lugar del Vaticano tiene un profundo sentido. Es una forma de compartir con el mundo el espíritu único de Chicago”.
En la inauguración del 5 de septiembre estuvo también el padre Manuel Dorantes, expárroco de St. Mary of the Lake-Our Lady of Lourdes en Chicago, nombrado director administrativo del centro de alta formación. Los lazos con Estados Unidos del nuevo Papa pasan también por aquí.