El consumo de alcohol daña la producción de neuronas y los vasos sanguíneos del cerebro

Nuevo estudio

Las enfermedades psiquiátricas, la ingesta de drogas y el envejecimiento limitan la generación de nuevas neuronas en adultos

Células madre en división en el hipocampo humano adulto

Células madre en división en el hipocampo humano adulto 

LlorensLab

Las enfermedades psiquiátricas y el consumo de alcohol y de drogas dañan la capacidad del cerebro de los adultos para generar nuevas neuronas.  También afectan a los vasos sanguíneos cerebrales, contribuyendo al envejecimiento del cerebro y el deterioro de las capacidades cognitivas necesarias para el aprendizaje y la memoria. Lo explica María Llorens-Martín, investigadora del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBM, CSIC-UAM) y líder del equipo científico que ha conseguido visualizar, por primera vez, células madre dividiéndose en el cerebro de personas adultas. 

“Es la confirmación definitiva de que hay neurogénesis activa  durante la etapa adulta”, de que nos nacen nuevas neuronas a lo largo de toda la vida, detalla Llorens-Martín a La Vanguardia

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En 2021, su equipo ya describió cómo el cerebro es capaz de generar nuevas neuronas a partir de células madre gracias a la existencia de un nicho celular especializado presente en muy pocas regiones del cerebro, entre ellas, el hipocampo. Y ese nacimiento de nuevas neuronas proporciona a los mamíferos una gran capacidad de adaptación a lo largo de su vida gracias a lo que se conoce como plasticidad cerebral. Sin embargo, en esos estudios ya detectaron que la neurogénesis hipocampal adulta disminuye a lo largo del envejecimiento y que el hipocampo es muy sensible a las enfermedades neurodegenerativas.

Trastornos psiquiátricos

Ahora, el nuevo estudio del grupo de Llorens-Martín  -cuyos resultados se han publicado en la revista Cell Stem Cell- revela que esa capacidad del cerebro también se ve afectada y limitada por enfermedades como la depresión, la esquizofrenia o el trastorno bipolar, así como por hábitos de vida poco saludables, como el consumo de alcohol.

“Hemos constatado, por primera vez, que las enfermedades mentales afectan al nacimiento de nuevas neuronas, que las células madre de quienes las padecen se dividen menos, es decir, que se producen menos nuevas neuronas, algo que (según se ha comprobado en ratones) causa problemas cognitivos y alteraciones del estado de ánimo”, detalla la investigadora. Admite que, por ahora, no pueden saber si esa falta de nuevas neuronas es causa o consecuencia de la enfermedad, “pero sí que la neurogénesis se ve interrumpida cuando hay patologías mentales”.

Un grupo de amigos brindan con cerveza

La ingesta de una o dos consumiciones con alcohol diarias basta para alterar la generación de nuevas neuronas en el cerebro adulto, según los investigadores  

Getty Images

Pero esa generación de nuevas neuronas no solo es vulnerable a los trastornos psiquiátricos. También a factores demográficos y, sobre todo, a determinados hábitos de vida.

En personas sanas, el estudio muestra que el consumo de una o dos consumiciones de alcohol diarias son suficientes para alterar la neurogénesis y los vasos sanguíneos del cerebro, lo que contribuye al envejecimiento del mismo. “Incluso un consumo mínimo provoca alteraciones comparables a las observadas en niveles elevados de ingesta, por lo que el consumo de bebidas alcohólicas es un hábito que, desde el punto de vista social, deberíamos cambiar”, enfatiza Llorens-Martín. 

El efecto del alcohol en personas que tienen enfermedades mentales es algo diferente. “En pacientes psiquiátricos se observa un claro efecto dosis-respuesta, de modo a que, a mayor consumo, mayor es el grado de alteración”, señala la investigadora. Y el consumo de drogas acentúa aún más los problemas de generación de nuevas neuronas que ya tienen esas personas.

Nuestros datos podrían sentar las bases de futuras estrategias terapéuticas para restaurar la neuroplasticidad cerebral

María Llorens-MartínInvestigadora CBM, CSIC-UAM

Otro de los resultados significativos de su estudio es la relación entre el estado de los vasos sanguíneos del hipocampo (una estructura localizada en el lóbulo temporal del cerebro) y la capacidad para crear nuevas neuronas. A mayor severidad y duración de las enfermedades psiquiátricas, más alteraciones vasculares se observan en la zona, lo cual repercute de manera aún más negativa en el proceso de neurogénesis.

Llorens-Martín asegura que, dada la alta calidad de las muestras cerebrales con las que han trabajado, “nuestros datos podrían sentar las bases para el diseño de futuras estrategias terapéuticas destinadas a restaurar la neuroplasticidad cerebral en estos trastornos, así como a prevenir estas patologías”.

La investigación, liderada por el CSIC, ha contado con la participación de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y el Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBERNED); y con la financiación del European Research Council (ERC Consolidator Grant), el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, la BrightFocus Foundation, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología del Gobierno de México y la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación del Gobierno de la Ciudad de México.

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