Frases y locuciones en las consultas

Frases y locuciones en las consultas
Expresidente del CoMB

La comunicación y la lengua utilizada en las consultas médicas también son cultura. En este sentido, reconozco agradecido lo que he aprendido de muchos pacientes que he atendido. Me di cuenta raíz de un comentario reciente que me hizo una abuela: “Vostè sap més que l’oli ranci”. Contrariado de entrada, no pillé que aquello en realidad era un elogio.

No hace mucho, una buena amiga, médica de familia, me hizo saber que lleva tiempo recogiendo frases de sus pacientes relacionadas con la salud, tanto populares como de cosecha propia. Unas y otras, a pesar de ser manifestaciones espontáneas, están llenas de contenido; me decía que la hacen pensar y la enriquecen. Citó una: “ Doctora, envellir és també aprendre a perdre”.

Las expresiones y el vocabulario popular relacionado con el cuerpo, la salud y los remedios todavía están bien vivos y muestran la fuerza de la lengua, a pesar de la sustitución que la sociedad ha ido haciendo por tecnicismos científicos, originados estos inicialmente por el uso de los médicos para significar su propia pericia y para el acceso generalizado del conocimiento médico y científico por parte de la población. El caso de la lengua catalana – agravado por otros motivos– no es aislado, les pasa a todas las lenguas, singularmente las románicas. El desuso y progresivo desconocimiento de estas expresiones y formas genuinas nos lleva a perder matices y nos empobrece.

El doctor Antoni Bertran, con su magnífico libro Ensenya’m la llengua , señalaba que en la última mitad del siglo XX muchos médicos han prescindido del nombre popular de algunas enfermedades, y ya no hay espatllats , feridures o trencadisses .

Conocer bien la lengua, manejarla adecuadamente, nos puede ayudar a entender estas expresiones populares que identifican muy bien los síntomas y conceptos que la comunidad utiliza habitualmente. No hay que desfallecer en su uso. Enriquecer el vocabulario amplía los conocimientos y nos ayuda a acercarnos más y mejor al alma de los demás. Y es también una manera de mantener el vigor del lenguaje.

Amar más la lengua a través de la relación con los pacientes nos hace próximos a ellos y mejores. Recordaremos –o bien descubriremos– que un sangtraït no es solo un grupo del rock, que una granellada no es un refresco, que un coragre no es un ser antipático o que un carn esqueixat no es un producto de charcutería.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...