La mortalidad por cáncer en el mundo aumentará un 78% desde ahora y hasta el 2050, año en el que se producirán 18,6 millones de fallecimientos. Son los cálculos de un equipo internacional que ha analizado la incidencia y la mortalidad a partir de la evolución de los datos disponibles desde 1990. El incremento afectará especialmente a los países de rentas bajas y medias, donde estará causado básicamente por el incremento de la población, en tanto en los países de ingresos altos se deberá al envejecimiento. El trabajo, publicado en The Lancet , indica que más del 40% de las muertes estarán asociadas a factores de riesgo evitables.
“El aumento del cáncer en los países de ingresos bajos y medios es un desastre inminente”
En 1990 se diagnosticaron en el mundo 9,04 millones de casos de cáncer y fallecieron 5,95 millones de personas por esta causa. En el 2023 se contabilizaron 18,5 millones de diagnósticos y 10,4 millones de muertes. Según las proyecciones del grupo de expertos Colaboradores del Estudio de la Carga Mundial de Enfermedades, en el 2050 se detectarán 30,5 millones (un 65% más que en el 2023) y se producirán 18,6 millones de defunciones (+78% más). Más de la mitad de los casos, y dos tercios de las muertes, serán en países con recursos limitados.
Entre 1990 y el 2023, en España la incidencia aumentó un 4,4% pero la tasa de mortalidad cayó casi un 28%
El análisis pone al descubierto significativas disparidades en la carga del cáncer (exceptuando cáncer de piel no melanoma) en función de los territorios. La disminución de la tasa de mortalidad mundial en un 24% entre 1990 y 2023 está impulsada por los países ricos.
En el 2023, el cáncer de mama fue el más diagnosticado a nivel global, y el de pulmón, tráquea y bronquios fue el más letal. Según el estudio, ese año el 42% (4,3 millones) de los 10,4 millones de muertes por cáncer fueron atribuibles a 44 factores de riesgo modificables, especialmente el tabaco, principal desencadenante excepto en los países de bajos ingresos, donde fueron las prácticas sexuales de riesgo. En consecuencia el campo de actuación en materia de prevención es extenso. “Dado que 4 de cada 10 muertes están relacionadas con factores de riesgo establecidos, como el tabaco, la mala alimentación y la hiperglucemia, existen enormes oportunidades para que los países aborden estos factores de riesgo, lo que podría prevenir casos de cáncer y salvar vidas, además de mejorar el diagnóstico y el tratamiento precisos y tempranos”, explica Theo Vos, del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, coautor del estudio.
Investigación contra el cáncer en el hospital Clínic, en Barcelona
“El aumento del cáncer en los países de ingresos bajos y medios es un desastre inminente”, advierte Meghnath Dhimal, miembro del Consejo de Investigación en Salud de Nepal. En esta línea, los expertos llaman a que la prevención “sea un componente de las políticas” en estas naciones y subrayan la necesidad de “esfuerzos equitativos para el control del cáncer a fin de garantizar que todos los pacientes reciban la atención necesaria”.
A la luz del elevado incremento de la cifra de casos augurada en el estudio, como consecuencia de la evolución demográfica y de las tendencias existentes de factores de riesgo, Josep M. Borràs, coordinador científico de la Estrategia en Cáncer del Sistema Nacional de Salud y director del Pla Director d’Oncologia de Catalunya, plantea la necesidad de mayores esfuerzos en prevención y en la mejora de los recursos dedicados al diagnóstico y al tratamiento. En declaraciones a SMC España, explica que los países con un nivel de desarrollo más bajo “se encontrarán con el desafío del cáncer cuando todavía tienen otras patologías infeccionas como principal problema de salud. Un reto muy complejo de gestionar”.
Datos extraídos del estudio indican que en España la tasa de incidencia estandarizada por edad (salvo cáncer de piel no melanoma) creció un 4,4% de 1990 al 2023 (de 286,30 a 289,9 casos por 100.00 habitantes). En cambio, la tasa de mortalidad se contrajo en un 27,9% (de 162,1 a 116,9% fallecimientos/100.000 habitantes.


