La segunda jornada del nuevo juicio que enfrenta a Gisèle Pelicot con uno de sus 51 violadores condenados hace un año -ese hombre ha recurrido la pena de 9 años de cárcel impuesta- ha arrancado esta mañana con la declaración del comisario que ha investigado el caso y ha continuado esta tarde con la esperada comparecencia de Dominique Pelicot.
Lo escuchado hoy en ese tribunal de Nimes (Francia) desbarata y pone en duda la versión del acusado. “Es imposible que no se diera cuenta de que esa mujer estaba inconsciente”, ha dicho el gendarme. “Ese hombre sabía muy bien a lo que iba cuando visitó mi casa”, ha declarado Dominique Pelicot.
Husamettin Dogan se ha presentado a la sala de vistas con mascarilla y una muleta que usa para caminar. Hoy disfruta de libertad
Husamettin Dogan, de 44 años, negó ayer que fuera un violador. ¿En qué basa esa afirmación? Aseguró que cuando mantuvo repetidas relaciones sexuales completas con Gisèle en su propia cama no detectó en ningún momento que estuviera dormida o inconsciente por la ingesta de barbitúricos.
Dominique Pelicot ha desmontado esta tarde esa teoría. Ha echado por tierra -algo que no ha sorprendido a nadie, pues era lo esperado- la versión victimista de Dogan. Pelicot ya dejó claro desde el primer momento que no estaba dispuesto, como se dice en argot policial, “a comerse solo el marrón”.
Dominique, condenado a 20 años por invitar durante una década a medio centenar de hombres, que se sepa, para que violaran a su mujer ha asegurado, en el caso concreto de este “invitado”, que Dogan era muy consciente cuando se metió en la cama de Gisèle que la mujer estaba inconsciente por los barbitúricos que él se había preocupado de suministrarle sin que ella se diera cuenta.
“Sabían que ella estaba drogada y la prueba es que no se sentían amenazados, pues se quedaban aunque los grabara”
Pelicot ha reiterado que todos esos hombres “sabían que ella estaba drogada” y sobre este caso concreto ha añadido que si Dogan se quedó en esa habitación durante tanto rato “es porque en ningún momento se sintió amenazado”. Habría podido irse en cualquier momento, “pero no lo hizo”, ha enfatizado. De hecho se tomó su tiempo para hacerlo. “Le acompañé a la cocina para que se vistiera y nos despedimos de forma amistosa”, ha recordado Pelicot.
Dominique ha vuelvo a negar que presionara, dominara o chantajeara a esos violadores. Todos sabían muy bien a lo que iban cuando aceptaban la invitación y se presentaban en su casa.
El exmarido de Gisèle ha afirmado, por otro lado, entre sollozos que las únicas personas a las que ha visto en este último año son su abogado y el funcionario que le abre la puerta de su celda. Mata el tiempo, ha revelado, “leyendo y escribiendo”. Y ha vuelto a afirmar, como ya hizo en el primer juicio que hoy es muy consciente de todo lo que hizo y por eso “lo estoy pagando”
Gisele Pelicot escucha, esta mañana, junto a su hijo la declaración del comisario que ha dirigido la investigación del caso
Dogan, que parece quedarse ahora sin excusas ni coartada, dijo este lunes que siempre pensó que Dominique Pelicot y la que era entonces su esposa habían acordado esos contactos íntimos como parte de un “juego sexual y libertino”.
El primero en desmontar esta teoría ha sido, esta mañana, el inspector jefe encargado de la investigación. Ese gendarme ha asegurado que no tiene ninguna duda de que Dogan “conocía plenamente el estado en el que se encontraba la víctima”.
¿La prueba? Los crudos videos y duras fotos de ese encuentro que se preocupó de documentar, con todo lujo de detalles, el propio Dominique. Hizo lo mismo con todos los hombres a los que invitó a su casa para que violaran a su esposa después de asegurarse de que la mujer estaba profundamente dormida por la ingesta de sedantes que mezclaba en bebidas y comida sin que Gisèle se diera cuenta.
Una larga noche de agresiones sexuales, con con cinco penetraciones vaginales y tres orales: tres horas y media de tortura
Ese comisario ha revelado que la noche del 28 al 29 de junio de 2019 se hicieron 107 fotos y 14 vídeos. Hubo mucho tiempo para tomar esas imágenes, pues la visita de Dogan a la casa de los Pelicot se alargó durante horas.
Llegó a las 19,46 horas y se fue a las 3.46 horas. Entre el primer y el último vídeo aportados a la causa transcurren ”3 horas y 24 minutos”, ha indicado ese investigador. Otra información que desbarata la versión del acusado, pues sus abogados sostienen que estuvo en ese domicilio de Mazan muy poco rato.
La ex esposa de Dominique Pelicot con sus abogados, en el tribunal de Nimes donde se celebra este juicio
¿Qué se ve en esas fotos y vídeos? Se han documentado, ha continuado el mismo comisario, “cinco escenas de penetración vaginal y otras tres de penetración oral”. En ese material aportado como prueba a la vista sorprende, en opinión del investigador, el sigilo, cuidado y meticulosidad con la que actúan tanto el acusado como Dominique Pelicot, que también se metió en esa cama.
La excusa del inculpado
Tenía permiso del esposo
Esta mañana ha comparecido también en ese tribunal de Nimes una de las investigadoras que interrogó a Dogan. Una comparecencia que dice mucho sobre la personalidad del acusado. Esa gendarme le pregunto que era para el una violación. “Es cuando se obliga a una persona a hacer algo que no quiere”, respondió Dogan, según recoge Infofrance. Y al hacerle la siguiente pregunta: ¿Pero tuvo usted el consentimiento de Gisèle?” Dogan contestó: “De ella no, pero de su marido, sí”. Por lo tanto para él no hubo violación en esas relaciones sexuales aunque la mujer no tuviera capacidad para decidir si quería o no ese contacto.
En los vídeos que se van a proyectar esta tarde se ve al acusado tranquilo y con semblante feliz por la experiencia. Al pasarle en su día esas imágenes, Dogan solo atinó a responder, ha recordado esta investigadora, que él se limitó a seguir las instrucciones de Dominique Pelicot e imitar lo que él hacía. La complicidad entre ambos llega hasta el nivel de pedir Dogan al otro hombre en varias ocasiones que le mueva el cuerpo de Gisèle para estar él más cómodo mientras comete la agresión sexual. Pero todo eso, repite hasta el día de hoy el acusado, no es una violación.
El comisario que ha declarado esta mañana también ha descrito, al referirse a esas imágenes grabadas por el propio Dominique una reveladora escena para sostener la tesis de que el acusado sabía que la mujer estaba inconsciente. En esa grabación se observa como Gisèle se mueve ligeramente y el agresor se aparta entonces de ella con gran rapidez. “Queda claro, pues, -añade este gendarme_ que le preocupa que su víctima se despierte; así que deja pasar 30 segundos y al constatar que es un acto reflejo debido al dolor o incomodidad vuelve a introducir el pene en su vagina”.
Lo que se ve en los vídeos
Dominique y el otro hombre tienen mucho cuidado de no hacer ruido ni movimientos bruscos para no despertar a Gisèle
Queda claro que intentan, por encima de todo, no hacer ruido ni movimientos bruscos para no despertar a Gisèle. Otra prueba, además de observar cómo al mujer ronca al estar sumida en un profundo sueño, que desmiente a Dogan, cuando asegura que en ningún momento se percató de que estuviera dormida.
Tampoco se observa en esas escenas ninguna amenaza ni comportamiento por parte de Dominique que haga pensar en la teoría de “la trampa” a la que se refiere Dogan cuando afirma que fue manipulado y engañado por el esposo de Gisèle para que mantuviera esas relaciones con la mujer.
El comisario ha asegurado que lejos de percibir “ninguna presión” o “dominación”, lo que cabe interpretar de esas imágenes es una “absoluta complicidad” entre los dos hombres.
En los vídeos no se aprecia “presión” por parte de Dominque, cuya declaración en este juicio era muy esperada
Dominique Pelicot no ha hecho esta tarde otra cosa que repetir lo que ja dijo en el primer juicio por estos hechos: todos los hombres que aceptaron la invitación y acudieron a su casa para acostarse con Gisèle eran informados de que la mujer estaría inconsciente y, por lo tanto, no iba a enterarse de nada.