La mitad de las personas con discapacidad en España se sienten solas

Suma de vulnerabilidades

El porcentaje asciende a un 50,6% en concreto, 35 puntos porcentuales más que el resto de la población

La soledad no deseada en personas discapacitadas no solo afecta a los mayores

La soledad no deseada en personas discapacitadas no solo afecta a los mayores 

LV / Martí Gelabert

Sufrir cualquier tipo de discapacidad, por sí mismo, ya supone una losa. Pero esta realidad lleva asociadas otras muchas consecuencias. Una de ellas, la soledad no deseada. El 50,6% de los adultos con discapacidad que viven en España se sienten solos en este momento, un porcentaje superior en casi 35 puntos al registrado entre la población sin discapacidad (15,8%). Son datos de un estudio de Fundación ONCE, elaborado en el marco del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada (SoledadES) y presentado este miércoles en Madrid.

El trabajo –de nombre Estudio sobre discapacidad y soledad no deseada en España-, cuantifica el aislamiento involuntario en este segmento de la población, explorando las potenciales causas y correlaciones en función del sexo, la edad y grupos de discapacidades. Y alerta de que se trata de un problema persistente en este colectivo, mucho más que entre el resto de la población. “Hay una diferencia muy grande entre ambos colectivos”, señaló Adrián Tuñón, sociólogo y coautor del estudio. Tanto, que la sufre de manera prolongada (desde hace como mínimo más de dos años) el 40,4% de personas con discapacidad, frente al 10,8% de los individuos sin ella.

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El 18,4% de la población adulta que vive en Catalunya se siente sola en este momento y el 12,6% sufre soledad crónica (padecen el fenómeno desde hace dos o más años), porcentajes ligeramente inferiores al de la media estatal (20% y 13,5%, respectivamente).
De este modo, el informe –de nombre Barómetro de la soledad no deseada en Catalunya 2024 (que se enmarca dentro del estudio Barómetro de la soledad no deseada en España 2024)- apunta a que la soledad se experimenta y se percibe de forma muy similar en Catalunya y en el conjunto del Estado, si bien existen diferencias de perfil como la afectación por sexos. Así, en Catalunya, el aislamiento involuntario afecta más a los hombres (20,9%) que a las mujeres (16%), mientras que a nivel estatal lo sufren más ellas (21,8%) que ellos (18%).

Entre las conclusiones que arroja el trabajo figura la relacionada con la cronificación de la soledad no deseada. Así, cuatro de cada cinco personas con discapacidad (79,9%) que sufren soledad llevan en esta situación desde hace más de 2 años y un 73,6% -tres de cada cuatro- desde hace más de tres, lo que lleva a la cifra del 40,4% de soledad prolongada.

Asimismo, el informe analiza la condición de soledad en función del género, edad, situación laboral y familiar, vivienda o estado de salud, entre otras variables, y concluye que sufren más soledad las mujeres que los hombres, los jóvenes y mayores y quienes viven en ciudades o núcleos de población medianos o grandes.

Hay que desterrar el binomio 'personas mayores-soledad'. Se trata de un fenómeno transversal”

María Rosa Martínez RodríguezSecretaria de Estado de Derechos Sociales

Atendiendo al género y edad, el estudio constata, como ocurre en la población sin discapacidad, que la soledad no deseada es más frecuente entre las mujeres (54,3%) que entre los hombres con discapacidad (45,7%) y entre los más jóvenes y mayores (65,7% en personas de entre 18 y 29 años y 64,1% entre encuestados de 65 y más años). 

Además, la brecha de género entre mujeres y hombres se va agrandando conforme las personas se van haciendo mayores, sobre todo a partir de los 55 años, apuntó Tuñón.

En este aspecto, el autor del estudio subrayó que así como la curva vital de la soledad, en la población general, dibuja una U (con picos en la juventud y la tercera edad), en el colectivo de personas con discapacidad también afecta a individuos de mediana edad. “Hay que desterrar el binomio 'personas mayores-soledad'. Se trata de un fenómeno transversal”, sostuvo la secretaria de Estado de Derechos Sociales, María Rosa Martínez Rodríguez, presente en el acto.

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En cuanto al lugar donde vivimos, el texto indica que existe una relación directa entre el tamaño de la población del municipio y la prevalencia de la soledad en personas con discapacidad. En localidades con menos de 10.000 habitantes, el porcentaje es del 41,4%, mientras que, en municipios con más de 500.000, esta cifra alcanza el 56,5%. 

“La soledad va creciendo conforme lo hace también el tamaño la localidad donde viven los ciudadanos con discapacidad”, subrayó Tuñón.

Menos relaciones de amistad y familiares

Otro factor vinculado con la soledad es el de las relaciones sociales y familiares. Aquí, el informe señala que el grado de satisfacción con la cantidad de relaciones familiares y de amistad es “clave” para la soledad no deseada.

Así, más de la mitad de las personas con discapacidad que sufren soledad no deseada afirman tener menos relaciones familiares y de amistad de las que desean (56,3% y 69%, respectivamente), valores que no difieren de los de las personas sin discapacidad (52,5% y 67,5% respectivamente). En comparación, entre las personas que no sufren soledad no deseada este porcentaje no llega a la cuarta parte: al 22,6% y al 26% respectivamente.

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Unido a esto, el estudio se fija en la relación entre mundo digital y soledad y constata que las personas con discapacidad presentan una brecha de acceso y utilización significativa respecto de la población general en lo que a acceso y uso de internet se refiere. No obstante, el 53,5% de ellas considera que la tecnología puede generar compañía.

En la misma línea, el informe indica que las personas con discapacidad que no sufren soledad se relacionan de manera presencial más frecuentemente con sus familiares (78%) y amistades (80,4%) que aquellas que sí se sienten solas. 

Las herramientas online pueden ser muy útiles, pero no deben sustituir la presencialidad de las relaciones”

Adrián TuñónCoautor del estudio

Entre quienes se sienten solas, un 37,5% se relaciona principalmente de forma online o a distancia con sus familiares y un 47,7% con sus amistades. Sin embargo, en algunas relaciones entre personas la comunicación digital no es una alternativa a la presencial, sino la única opción. “Las herramientas online pueden ser muy útiles, pero no deben sustituir la presencialidad de las relaciones, por la importancia que tienen en el contacto y en la sensación de no estar solo”, sostuvo Tuñón.

Con respecto a estudios y trabajo, el documento indica que el desempleo es un factor de riesgo de soledad importante, ya que las personas con discapacidad desempleadas presentan una prevalencia de soledad mayor que aquellas que se encuentran ocupadas (65,8% frente a 46,6%).

Salud y soledad

Y en cuanto a salud y soledad, revela que las personas con discapacidad que tienen peor estado de salud se sienten más solas y, a la vez, el sentimiento de soledad agudiza los problemas de salud. La prevalencia de la soledad no deseada en personas con discapacidad que perciben su estado de salud como muy malo es mayor (77,2%) que la de aquellas que aseguran tener un estado de salud muy bueno (26,4%).

Dentro de la salud, el informe analiza el estado mental de las personas con discapacidad y observa que tiene una influencia directa en el comportamiento de la experiencia de soledad. Evidencia que más de la mitad de las personas con discapacidad que sufren soledad no deseada han padecido también acoso laboral, escolar o de pareja (58,9%). 

Un colectivo al que le cuesta pedir ayuda

Esto puede tener una relación con el hecho de que el 50,9% de la población con discapacidad que se siente sola en España haya tenido pensamientos suicidas o autolesivos frente al 23,7% de personas con discapacidad que no sufren soledad no deseada. 

De hecho, la asistencia a terapia psicológica aumenta más de 20 puntos entre las personas con discapacidad que padecen soledad respecto de quienes no la sufren. “Y eso que al primer colectivo le cuesta pedir ayuda”, recordó Matilde Fernández, presidenta de SoledadES.

Para elaborar el estudio, sus autores han realizado una encuesta a un total de 795 personas con discapacidad mayores de 18 años. Además, y con el fin de comparar los resultados obtenidos con los de la población sin discapacidad, han utilizado también datos del Barómetro de la soledad no deseada en España 2024. En concreto, encuestas telefónicas realizadas a 2.664 personas.

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