“El asesino de mi hijo tenía 17 años”: una madre rota impulsa una campaña para endurecer la ley del menor

Lleida

Silvia Guerrero denuncia que “la ley no refleja la gravedad de ciertos delitos cometidos por menores que actúan con una madurez aterradora”

La madre del joven asesinado ha iniciado una recogida de firmas a través de la plataforma Change.org para revisar la actual ley del menor.

La madre del joven asesinado ha iniciado una recogida de firmas a través de la plataforma Change.org para revisar la actual ley del menor.

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Era una mañana de jueves cualquiera, en pleno verano, cuando Silvia Guerrero, de 39 años, se despertó con la noticia de que un joven de 18 años había sido apuñalado mortalmente en Tàrrega. Asustada y confusa, decidió compartir por móvil la noticia con su hijo Juan, de la misma edad, por si lo conocía, especialmente teniendo en cuenta que él también solía transitar por esa zona. Pero nunca recibió respuesta.

Era 21 de agosto de 2025 y a su hijo le tocaba trabajar, como cualquier otro día laborable. Su peor pesadilla no podía hacerse realidad, pero las llamadas durante toda la noche de los amigos de Juan a su hijo más mayor, de 20 años, le hicieron temer lo peor, mientras se repetía a sí misma: “Que no sea él”. “Intenté llamar a un amigo, pero no me lo cogió. Le envié un mensaje y, al poco tiempo, me dijo que habían apuñalado a Juan”. En concreto, el joven recibió dos puñaladas en el corazón, presuntamente a manos de un menor de 17 años.

Si eres adulto para coger un arma blanca y asesinar a otra persona, también deberías serlo para entrar en prisión

Silvia GuerreroMadre del joven

Desde entonces la vida de esta familia de Vilagrassa (Lleida) ha cambiado por completo. Han pasado casi dos meses de unos hechos que se encuentran bajo investigación, pero de los que esta familia se niega a guardar silencio. “Estamos intentando alzar la voz, que se nos escuche, ante la indignante posibilidad de que el autor de los hechos sea juzgado como menor”, dice su madre en conversación telefónica con La Vanguardia. Silvia confiesa que su hijo se indignaba con las injusticias y que luchar por su “injusta” muerte le supone un motor para no desfallecer y seguir adelante. “Me da fuerzas”.

Por ello, esta madre ha iniciado hace cinco días una recogida de firmas a través de la plataforma Change.org en la que pide revisar la actual ley del menor, pues “no refleja la gravedad de ciertos delitos cometidos por menores que actúan con una madurez aterradora”, señala. Silvia asegura que “si eres adulto para coger un arma blanca y asesinar a otra persona, también deberías serlo para entrar en prisión”. Y añade: “Aunque sea en módulos aparte del resto de presos, creemos que es necesario reevaluar y enmendar esta ley para que contemple sanciones más severas para los delitos mayores”.

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Según la actual ley del menor, del año 2000, establece un código de medidas educativas, dependiendo del tipo de delitos cometidos por el menor, entre las que se contemplan el régimen cerrado, semiabierto o abierto; trabajos en beneficio de la comunidad o llevar a cabo tareas socioeducativas. Este medio se ha puesto en contacto con la abogada de la familia, Carmen Santisteban, letrada del despacho Preico-Jurídicos especializada en derecho penal y menores: “Los delitos más graves, como este, perpetrados por menores entre los 16 y los 18 años, el régimen cerrado puede durar máximo hasta diez años, a los que no se llega nunca, y luego otros cinco de libertad vigilada”.

A falta de esclarecer lo ocurrido, si el delito hubiera sido perpetrado por un adulto, la pena por homicidio doloso se castiga con entre 10 y 15 años de prisión, pudiendo ampliarse hasta 25 en caso de agravantes por asesinato o, incluso –señala la abogada–, hasta prisión permanente revisable.

Un menor puede cumplir una medida de régimen cerrado de hasta un máximo de diez años

“Lo que no puede ser es que a un adulto le caigan 15 años o más y a un menor ocho, teniendo en cuenta que al presunto autor de los hechos le quedaban dos meses para cumplir la mayoría de edad”, denuncia Silvia, quien aboga por reducir la responsabilidad penal a los 16. Esta familia recuerda que su caso no es aislado: “Cada vez son más las familias que se ven devastadas por crímenes cometidos por menores que saben que las leyes actuales no les impondrán penas adecuadas. Esto crea un entorno donde la falta de sanciones severas podría incentivar el comportamiento delictivo entre los jóvenes”.

Juan era una persona cariñosa, detallista y trabajadora, así lo describe Silvia, quien estaba muy orgullosa de que su hijo hubiera encontrado trabajo como electricista. “Era muy buen niño. Tenía muy buen fondo. Siempre te mandaba un mensaje con un ‘¿cómo estás?’, cuando menos lo esperabas. Algo tan simple…”. A pesar de su juventud, estaba buscando piso para independizarse con sus amigos, quienes lo recuerdan como una persona generosa que se preocupaba por el resto.

Esta lucha la mantiene “de pie”. Silvia reconoce que, por la noche, le flaquean las piernas, se siente débil, le duele la cabeza y siente una presión en el pecho. Pero para ella es muy importante seguir alzando la voz: “por las víctimas, por las familias de las víctimas y para las futuras víctimas que vengan”.

Además, sigue ejerciendo 24/7 su papel como madre de cuatro hijos más, de 20, 17, 15 y seis años. “¿Que si cansa? Mucho. ¿Fastidia tener que estar? No te lo puedo explicar, pero es lo que toca”, dice esta madre, que intenta encontrar momentos para conectar con sus emociones y procesar un dolor tan grande como el que supone el asesinato de un hijo.

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