Italia quiere prohibir el velo islámico en lugares públicos y controlar las mezquitas

Hermanos de Italia, el partido de Giorgia Meloni, ha presentado una proposición de ley “contra el separatismo islámico”, retomando un término introducido por Emmanuel Macron en el 2020 que entonces generó fuertes críticas en Francia. La derecha italiana, inspirada en el modelo francés, abre así otro frente con unas medidas destinadas a combatir el “fundamentalismo religioso”.

La iniciativa principal consiste en prohibir el uso del velo que cubre íntegramente el rostro en lugares públicos, comercios, escuelas y universidades. El incumplimiento conllevaría multas de hasta 3.000 euros. El texto prevé además controlar la financiación de las mezquitas –con trazabilidad de los fondos– y sanciones severas, incluido el cierre temporal, si en su interior se difunde propaganda que incite a la discriminación o la violencia.

La proposición de ley también busca castigar más los matrimonios a la fuerza y los exámenes de virginidad

Otro objetivo del proyecto es endurecer el castigo a los matrimonios forzados, tras los dramáticos casos que han afectado a algunas comunidades de inmigrantes. Además, prevé penas de hasta cinco años de cárcel para quien realice o fuerce a una persona a someterse a un examen de virginidad, salvo el médico que lo practique por razones sanitarias.

En Italia no existe una norma específica de este tipo. En estos casos se aplica la legislación de 1975, que prohíbe “el uso de cascos protectores o de cualquier otro medio que dificulte el reconocimiento de una persona en un lugar público o abierto al público, sin motivo justificado”.

La propuesta de ley es especialmente dura en lo relativo a las mezquitas: “con el fin de prevenir la financiación de actividades con fines terroristas”, se lee en el texto, las asociaciones y comunidades “que deseen construir edificios de culto deberán redactar sus balances en forma no simplificada y depositarlos, a efectos de publicidad, en la Cámara de Comercio”. La norma otorgaría además al prefecto la posibilidad de cerrar temporalmente, “por un período no superior a dos meses”, los lugares de culto “en los que se incite a cometer actos de discriminación de violencia, o de provocación a la violencia por motivos religiosos”.

El debate más intenso sigue siendo el del velo. “Prohibir el integral, que no equivale a prohibir el velo en sí, puede responder a una lógica de protección de la seguridad –declaró a la agencia Lapresse el imán Massimo Abdallah Cozzolino–. Pero ya existe una normativa en este sentido, así que me pregunto cuál es la verdadera utilidad de esta propuesta”.

La objeción que se plantea es que endurecer las normas ya existentes contribuye a caldear el clima social. “Defender mi identidad no debería ofender a nadie”, replicó el secretario de Estado de Justicia, Andrea Delmastro.

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