Guerra en la NASA por su jefatura y por el retraso de SpaceX en la misión a la Luna

Viajes espaciales

Jared Isaacman, amigo de Musk, quiere volver a ser el nominado cuando arrecian las críticas a SpaceX

Programa Artemis.

Programa Artemis.

Space

En los despachos de la NASA sonaría que ni pintada una canción de Pink Floyd en estas ajetreadas jornadas. “En realidad, no hay un lado oscuro de la luna. De hecho, todo es oscuro”, entonaron en su tema Eclipse .

La agencia espacial estadounidense se halla también en la oscuridad, inmersa en problemas muy terrestres que amenazan el proyecto de volver a poner los pies en el satélite de la tierra, previsto para el 2027 con la llamada misión Artemis.

La NASA carece, desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, de un administrador y todo apunta que ha surgido una lucha de poder que no hace más que añadir incertidumbre a lo proyectos de futuro y no solo en el terreno de las galaxias.

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AGENCIAS

Este contencioso se ha desatado entre el administrador interino, Sean Duffy, actual secretario de Transporte, y el millonario Jared Isaacman, el colaborador de Musk –ha volado en dos misiones de su empresa SpaceX–, que fue nominado en su día por Trump pero cuya opción se retiró en mayo, coincidiendo con la salida del gobierno de EE.UU. del hombre más rico del mundo.

Ahora Isaacman trata de volver a ser nominado, según desveló The Wall Street Journal . Para que le ayuden en esa tarea de recuperar la confianza contrató a grupos de presión y a influencers en las redes sociales.

Su candidatura aflora de nuevo precisamente cuando surgen muchas críticas hacia la labor de SpaceX, empresa en la que la NASA confía exclusivamente para lograr la meta de regresar a la Luna. El astro está tan lejos hoy como en 1969, primera vez en que se pusieron las botas sobre su superficie, pero las distancias son mayores por la burocracia, entre otras razones.

Problemas con Musk

El disgusto con la empresa espacial de Musk, que se remonta a varios meses, afloró con rotundidad este lunes debido a que Duffy remarcó que SpaceX va muy retrasada en el desarollo del modo de aterrizaje lunar.

“La compañía extendió sus plazos y estamos en una carrera contra China”, lamentó el administrado interino. Así que expresó la voluntad de “abrir” los contratos a otras empresas. Y mentó a Blue Origin, la sociedad de Jeff Bezos, quien no ha dejado de cortejar al presidente Trump desde su regreso al poder en Washington.

Como siempre, Musk estuvo al quite. El emprendedor multifacético expresó numerosas dudas de que sus rivales vayan con más velocidad para construir el módulo de aterrizaje. “SpaceX se mueve como un rayo comparada al resto de industrias espaciales”, subrayó.

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