Es la factura cobrada por el “baby boom”. En 2050 casi un millón de los habitantes de Catalunya (el 10% de la población) tendrá más de 80 años. Ese acelerado envejecimiento -ahora los ciudadanos que superan esa edad son 497.470 personas y en el 2035 serán 644.000- obliga a prepararse desde ya para dar la mejor atención a ese “ejército” de gente mayor, que se va a doblar en menos de 25 años. Una evolución similar se augura en otras comunidades, como Andalucía, Madrid y Comunitat Valenciana.
L’Associació Catalana de Recursos Assitencials (ACRA) hace ya mucho tiempo que alerta de la necesidad de prever esta futura realidad para curarse en salud. Esta mañana ha vuelto a insistir en el tema, pero ahora con cifras concretas. Para afrontar este reto de la dependencia se apuntan dos objetivos muy concretos: “En diez años habría que crear 80.000 nuevas plazas de residencia y contratar a 26.000 profesionales”.
Escalada imparable
Ahora los ciudadanos que superan los 80 años son 497.470 personas; en el 2035 serán 644.000 y dentro de 24 años casi un millón
Pero todo eso no será posible, recalca Cinta Pascual, presidenta de ACRA, “sin un incremento significativo de la financiación”. Lo que se pide es incrementar hasta el 2% del PIB la partida destinada a la atención de las personas mayores “si queremos darles una cobertura digna”, añade Pascual.
La presidenta de ACRA ha lamentado “la pérdida de vocación para trabajar con la gente mayor y la grave carencia de enfermeras, lo que provoca que la atención sociosanitara en las residencias sea en estos momentos muy deficitaria”.
Es la factura del “baby boom” y sin más recursos la atención sociosanitaria de esas personas, cuando sean dependientes, será imposible
Pascual apuesta por un compromiso de estado para desplegar “una fórmula sana de envejecer”. Reconoce que aún hoy “nadie quiere acabar en una residencia, ni la persona mayor ni la familia”. Pero la realidad demuestra, ha añadido, “que el 97% de las personas, una vez dado el paso, manifiestan no arrepentirse”.
Cinta Pascual, presidenta de ACRA, ha presentado esta mañana el estudio que desvela las necesidades en el sistema de dependencia
La falta de profesionales es muy preocupante. La presidenta de ACRA no ha dejado pasar la oportunidad para animar a buscar trabajo en este sector. ¿La recompensa? “Escuchar un 'gracias' por ayudar a alguien que lo necesita; ese es un regalo que no tiene precio”.
Pero sin la inyección del dinero necesario para ofrecer un servicio digno a ese ejército del “baby boom” será imposible que el sistema “pueda hacer frente a las necesidades crecientes de esa población envejecida y con gran dependencia”.
Cinta Pascual no se anda por las ramas al dibujar el futuro que aguarda a esa población envejecida si no se reacciona: “Estamos ante un riesgo real de hundimiento del estado del bienestar”, sentencia.
Actualmente los habitantes de Catalunya de más de 65 años representan casi al 20% del total de población.
ACRA habla con conocimiento de causa, pues ese sistema que debe velar por el cuidado de los mayores “muestra ya preocupantes signos de saturación”. ¿La prueba? En la jornada de esta mañana en Barcelona se ha revelado que el tiempo medio en la resolución de una solicitud de dependencia es, en Catalunya, de 275 días. Muchas de esas personas mayores fallecen esperando una ayuda que no llega.
El sistema no podrá hacer frente a las necesidades crecientes de la población con gran dependencia si no hay más inversión”
En estos momentos la lista de espera para acceder a una prestación individual de atención (PIA) supera las 38.000 personas, la cifra más alta de todo el territorio español.
Y la cosa no mejora cuando se habla de los usuarios que aguardan una plaza en una residencia. La lista de espera se acerca a las 19.000 personas, muchas con serias dificultades para llevar una vida autónoma.
El coste de una plaza pública
4.500 euros al mes
Una residencia privada tiene un coste medio de 2.300 euros al mes y una concertada, 2.230. Se calcula que el coste de una plaza en un geriátrico público es de 4.500 euros. Tres de cada cuatro plazas residenciales están financiadas públicamente. Y sin más dinero de las instituciones, se insiste desde ACRA, ofrecer un servicio adecuado, con profesionales bien pagados, resulta en estos momentos muy complicado con lo ingresado solo por el pago de los usuarios. Tal y como recuerda Cinta Pascual, España solo destina el 0,9% de su PIB a la dependencia, una cifra muy por debajo de lo que aportan otros países como Suecia, Alemania o Países Bajos. De ahí que se pida llegar al 2% del PIB.
El acelerado envejecimiento de la población tiene indicadores en Catalunya muy claros. Uno es el volumen actual de expedientes, cuando aún no ha llegado lo peor. Esta comunidad gestiona en estos momentos casi 412.000 solicitudes de ayuda, que representan el 18,1% del total estatal. Hay que destinar, pues, más medios que en otros territorios para atender esa demanda.
La tasa de resolución de esas peticiones ha rozado el 90% en 2025. En lo que afecta a la tipología de las prestaciones en Catalunya, gana por goleada la ayuda económica (72,2%) frente a la oferta de servicios o cuidados (27,8%).
Catalunya está, además, por debajo en la oferta de plazas de residencia con respecto a la media europea. En régimen completo hay 63.213 plazas, a las que se tienen que sumar 20.177 diurnas. Son 13 plazas por cada 100 personas mayores, cuando en la UE esa cifra aumenta hasta las 16.
La resolución de una solicitud de dependencia es, en Catalunya, de 275 días y la lista de espera para recibir la ayuda supera las 38.000 personas
Así que si la población de más de 80 años se va a multiplicar en los próximos 25 años, la situación sería crítica, se repite desde ACRA, sin la creación de esas 80.000 nuevas plazas pedidas que tendrían que estar operativas ya en 2035. Todo acompañado, se recalca también, del personal necesario para atenderlas.
Cinta Pascual ha lanzado, en la presentación de esas cifras esta mañana, un llamamiento a las administraciones “para impulsar un pacto de país que sitúe la atención a la dependencia como una prioridad estratégica”.
Y ha repetido que “la cobertura de las necesidades de las personas mayores se encuentra muy lejos de los estándares europeos y ahora con un riesgo de empeorar por el elevado nivel de envejecimiento en los próximos años”.
