El riesgo de brotes de sarampión no cesa de crecer por el descenso de la cobertura vacunal 

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La situación actual es de control, pero con una “fragilidad máxima”, alertan los expertos

sarampión

Los casos de sarampión no  cesan de aumentar: de 7 en el 2023 a 229 en el 2024. Y en los dos primeros meses del 2025, ya había más de 100 casos 

De nada vale una cobertura vacunal elevada si en determinados lugares hay bolsas de población no vacunada. Porque esas bolsas son las puertas ideales para la entrada del virus. Y en este momento, explican los expertos, el riesgo de brotes de sarampión (y de otros virus) se está incrementando por el descenso de la cobertura de vacunas.

Así lo han expuesto en el XII simposio de la Asociación Española de Vacunología, que reúne a medio millar de profesionales, y que han lanzado un mensaje común: no se puede bajar la guardia frente a enfermedades prevenibles, como el sarampión.

El pediatra David Moreno, director del Plan Estratégico de Vacunaciones en Andalucía, recuerda que el sarampión es “una de las enfermedades más contagiosas que existen, de modo que cualquier debilitamiento de las coberturas vacunales se traduce casi de inmediato en brotes”.  

Desde el 1 de enero hasta el 23 de febrero de 2025 ya se habían registrado en España más de la mitad de casos de sarampión que en todo el año anterior, 229 en total en 2024. Un año antes hubo 7. Los brotes han afectado a varias comunidades autónomas dentro de una tendencia global preocupante. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades han alertado de un aumento significativo de casos en todo el mundo y países europeos en los que el sarampión estaba en vías de eliminación han sufrido retrocesos importantes, con brotes en Rumanía, Austria o Reino Unido.

En España, la situación es de control, pero “con una fragilidad máxima”, advierten los expertos. “Oficialmente mantenemos el estatus de país libre de transmisión endémica, pero el riesgo de rebrotes es absolutamente real. Un caso importado en un barrio o en un colegio con coberturas insuficientes es suficiente para desencadenar un brote”, señala este pediatra experto en vacunología.

Moreno recuerda que la inmunidad de grupo frente al sarampión exige al menos un 95% de la población vacunada con dos dosis de la triple vírica, un umbral más alto que el de otras enfermedades debido a su enorme capacidad de contagio. “No nos sirven medias nacionales del 97% si en determinados barrios tenemos coberturas del 70%. Esas bolsas de población no vacunada son la puerta de entrada para el virus”, explica.

A nivel nacional, la cobertura de la segunda dosis oscila entre el 90 y 95%, con comunidades incluso por debajo del 90%. Estas desigualdades son el verdadero desafío, especialmente en zonas costeras con alta población inmigrante.

A su juicio  la pandemia ha tenido un efecto dual y polarizador. Por un lado, una gran parte de la población ha sido testigo del poder de las vacunas para controlar una crisis sanitaria global, lo que ha reforzado su confianza. Por otro lado, la politización del debate y la avalancha de desinformación sobre las vacunas COVID-19 ha generado escepticismo y desconfianza en un sector de la población, que a veces se extiende erróneamente a las vacunas infantiles tradicionales.

 “Los médicos, en este caso los pediatras, y las enfermeras, somos figuras clave para contrarrestarlo, y la estrategia debe basarse en general una relación de confianza con las familias; tener una actitud de escucha activa y no juzgadora y ser suficientemente empáticos y proactivos”, propone David Moreno.

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