En la plaza del Nord de Gràcia, hay un bar que sobresale entre las muchas opciones que ofrece este emblemático barrio de Barcelona. No solo conquista por las croquetas y tortillas de patatas de Alicia, ni por la simpatía y amabilidad de Maria, ni por toda la dedicación de su equipo de trabajadores, sino que también destaca por ser un espacio social que ofrece a jóvenes con Funcionamiento Intelectual Límite (FIL) y Discapacidad Intelectual Leve (DIL) su primera oportunidad laboral.
Su nombre es El Nostre Fil (Nuestro Hilo, en español) y está ubicado dentro de la asociación cultural y deportiva los Lluïsos de Gràcia. El proyecto surge de la colaboración entre esta entidad y Acidh, organización que promueve la inclusión laboral y social de personas con este tipo de diversidad cognitiva, a través de su PFI de hostelería.
El proyecto surge de la colaboración entre esta Acidh y los Lluïsos de Gràcia
Maria, Alicia, Àlex, Sergi, Alejandro y Pol son el alma de este bar. Son las personas que hacen posible que sea un lugar donde todo el mundo se sienta bienvenido, un punto de encuentro social y cultural que refleja la diversidad del barrio. Todo esto sucede gracias a la coordinación de Flor y Alberto, que acompañan y guían a las dos “brigadas” del equipo. Cada brigada está formada por tres trabajadores que, semana tras semana, se van turnando para que el bar siga a pleno rendimiento.
“A veces, se piensa que las personas con FIL o con diversidad funcional no somos capaces de hacer determinados trabajos, pero eso no es cierto. Hemos de cambiar la mirada”, explica Maria, cuyo día a día se centra en atender a la clientela, anotar pedidos y trasladarlos a cocina. “Me gusta trabajar de cara al público. Atender a la gente y hacerles felices”, comenta con ilusión a La Vanguardia. La joven, de 23 años, admite estar muy agradecida por esta oportunidad, que le ha abierto muchas puertas.
Maria, de 23 años, trabaja en sala y disfruta del trato con la clientela.
Alicia, a su lado, la escucha y explica que para ella es una continuación a todo el trabajo previo que ha realizado. Ambas coincidieron durante su formación en el PFI de hostelería de la fundación Acidh y, además de buenas compañeras, son grandes amigas. Aunque su lugar habitual es la cocina, “si no tengo trabajo, salgo a ayudar a mis compañeros de sala”. Llevan algo más de un mes trabajando juntas, pero no necesitan decirse nada. Conocen sus necesidades y las del equipo.
El Funcionamiento Intelectual Límite (FIL) es una condición del neurodesarrollo caracterizada por un coeficiente intelectual por debajo de lo que se considera la “normalidad”, pero no lo suficiente como para ser diagnosticado con discapacidad intelectual. Las personas con FIL presentan dificultades en el funcionamiento adaptativo, lo que se traduce en restricción de actividades y limitación en su participación social.
Se estima que entre el 12% y el 14% de la población presenta esta condición
A nivel laboral, enfrentan barreras en el acceso y mantenimiento del empleo, lo que afecta en su autonomía y autoestima. Si no se facilita la inserción con los apoyos adecuados, muchas personas acaban en empleos precarios, con condiciones abusivas o con jornadas mal remuneradas. Se estima que entre el 12% y el 14% de la población presenta esta condición.
Maria y Alicia se formaron en el PFI de hostelería de la Fundación Acidh.
“Este ejemplo no es más que una muestra de inclusión real de cómo estas personas, con apoyos, pueden hacer una trabajo como cualquier otro”, dice Eduard Ballester, director del área estratégica de Acidh. De hecho, Alberto Domingo, responsable del bar, asegura que “aunque hay que estar pendiente de detalles” como qué tamaño de las dos cucharas pequeñas corresponde al café o al café con leche, o cómo debe presentarse un plato, son aspectos que van puliendo poco a poco. “No requieren ningún apoyo extraordinario y cada día se nota cómo avanzan. Esa es la principal motivación: se ayudan entre ellas, se anticipan y te avisan cuando hace falta algún pedido, incluso antes de que yo mismo me dé cuenta”, reconoce.
Es trabajadora, se preocupa por los demás y siempre está dispuesta a ayudar” (a su compañera Maria)
El proyecto nació de la buena sintonía y colaboración entre acidH y Els Lluïsos de Gràcia, entidades vecinas que llevan años trabajando juntas en distintas iniciativas, entre ellas un equipo mixto de baloncesto. Marta Buch, directora ejecutiva de los Lluïsos: “Teníamos este bar desde hacía más de diez años, que funcionaba como uno más del barrio, pero queríamos que fuera un espacio donde la gente del barrio pudiera encontrarse. No queríamos hacer un negocio, sino un proyecto compartido con alguna entidad que trabajara en la inserción laboral y social como Acidh”.
Maria y Alicia solo tienen palabras de gratitud hacia esta oportunidad. Cuando se les pregunta cómo definirían a la otra, ambas responden casi al unísono, entre nervios y risas, hasta que Maria cede la palabra a Alicia: “Es trabajadora, se preocupa por los demás y siempre está dispuesta a ayudar”. María, por su parte, no tarda en devolverle las palabras de cariño y destaca lo buena compañera y cocinera que es Alicia, además de la sensibilidad que demuestra en todo lo que hace.
A nivel laboral, las personas con FIL enfrentan barreras en el acceso y mantenimiento del empleo, lo que afecta en su autonomía y autoestima.
Espacios como este refuerzan la certeza de que, cuando se ofrecen oportunidades reales y se potencian las capacidades individuales, se evidencia que estas profesionales no solo pueden trabajar con éxito en este bar, sino en cualquier otro lugar que se propongan.
