El crimen de Tor llega hasta The New York Times

30 años después

El prestigioso medio estadounidense dedica un extenso reportaje al caso y destaca que el pueblo es un símbolo cultural del true crime

Una imagen del reportaje publicado por 'The New York Times'

Una imagen del reportaje publicado por 'The New York Times'

LV

El caso de Tor ha llegado hasta las páginas de The New York Times. El rotativo estadounidense ha dedicado un extenso reportaje a la historia del asesinato de Josep Montané, conocido como Sansa, y al impacto que ha tenido la investigación del periodista catalán Carles Porta en la proyección internacional del caso.

El artículo describe Tor como un escenario “bucólico y siniestro a partes iguales”, “un idílico pueblo catalán”: un pueblo pirenaico de apenas trece casas envueltas en niebla y silencio, convertido en punto de atracción para aficionados al misterio, turistas de true crime y curiosos atraídos por el morbo del lugar.

“El problema es que todos querían matar a Sansa”, afirma Carles Porta en el reportaje

El texto subraya cómo la historia, que se remonta al siglo XIX, pasó de ser un conflicto local por la propiedad de una montaña a convertirse en una tragedia teñida de violencia, tensiones económicas y rivalidades personales.

Fue el asesinato de Sansa, en 1995, lo que transformó para siempre la vida del pueblo. “El problema es que todos querían matar a Sansa, cualquiera podía ser el asesinato”, afirma Porta en el reportaje, señalando el laberinto moral y narrativo que hace imposible cerrar el caso de manera definitiva.

The New York Times destaca que fue precisamente Porta quien convirtió la historia de Tor en un fenómeno. Primero con un reportaje televisivo en 1997, después con un libro publicado en 2005, más tarde con el exitoso podcast Tor, tretze cases i tres morts (2018), y, finalmente, con la serie documental que ha consolidado su reputación como referente del true crime español. De hecho, este medio sitúa a Porta como pionero en el género en España, comparando su interés por Tor con el de Truman Capote en A sangre fría.

El atractivo mediático ha convertido la aldea en un destino para turistas, señala el reportaje

El reportaje, no obstante, refleja también el agotamiento de los vecinos. El atractivo mediático ha convertido la aldea en un destino para turistas que buscan emociones oscuras. Para los habitantes, la vida cotidiana se ve alterada por la mirada constante del visitante que busca misterio más que memoria y que llega a hacerse fotos con sogas al cuello.

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La repercusión internacional del artículo confirma que Tor ya no es solo un caso sin resolver, sino un símbolo cultural del true crime. La historia sigue abierta, y eso hace que el interés y el morbo se disparen. “La gente necesita un desenlace. Pero aquí, seguramente, nunca lo habrá”, señala una vecina.

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