El archivo de la causa por la presunta venta de una menor de 14 años por 5.000 euros y 5 botellas de whisky para ser casada ha causado estupor e inquietud entre los investigadores del caso. Ese carpetazo ha dejado totalmente desprotegida a la niña y solo la Fiscalía de Navarra puede enmendar ahora esa situación.
Hay esperanzas, pues ayer se informaba desde esa oficina a este diario que el fiscal superior de la Comunidad Foral de Navarra, Jaime Goyena, “está estudiando el procedimiento” para decidir “si recurrirá o no el auto de sobreseimiento”.
Cuesta entender por qué una jueza de Navarra ha cerrado tan rápido un asunto en el que se intuyen varios delitos: trata de seres humanos, agresión sexual, matrimonio forzado, favorecimiento de la mendicidad de una menor… Para entender lo que ha ocurrido hay que ir al principio de la historia.
La alerta saltó en Corella (Navarra) al detectar los servicios sociales carencias en el cuidado de una pareja con sus tres hijos
La primera alerta saltó en Corella, donde vivía esa niña con sus padres y otros dos hermanos, al detectar los servicios sociales carencias en el cuidado de esos menores. Hay que remontarse al pasado mes de enero cuando los progenitores, de origen rumano y etnia gitana, intuyeron que podrían sacarles a sus tres hijos.
Fue entonces, indican fuentes cercanas al caso, cuando decidieron encontrar una nueva familia, si no se quiere hablar directamente de venta, para su hija de 14 años.
Cerraron un acuerdo –eso lo han admitido en sede policial los propios padres– con otro matrimonio rumano residente en Mollerussa (Lleida) con el claro propósito –también lo habrían admitido los progenitores– de que la niña se casara por el rito romaní con un hijo de la última pareja, de 21 años.
El trato o la dote por la “venta” de la niña: 5.000 euros, 5 botellas de whisky y un lote de alimentos
Y se acordó un precio, o si se quiere dote, por la entrega de esa niña: los 5.000 euros, las 5 botellas de whisky y un lote de comida. Inicialmente habrían pedido 10.000 euros, pero al final el trato se cerró por la mitad.
Así es como esta niña llegó a Lleida para iniciar esa nueva vida. Y así es como sus padres habrían cometido los dos primeros de sus delitos: trata de seres humanos y matrimonio forzado.
El rastro de esa niña se perdió en Corella y nada se supo de ella hasta el pasado 3 de octubre cuando un vecino de Les Borges Blanques se topó con ella en las puertas de un supermercado Plusfresc. Pedía limosna.
El hombre le dio varios alimentos que acababa de comprar y cuando ya se iba se percató de que la menor entraba en el establecimiento e intentaba cambiarlos por dinero. Entonces llamó a los Mossos.
La menor fue trasladada a esta comisaría de Mossos de la capital de les Garrigues para ser identificada. Iba indocumentada.
Una patrulla localizó y llevó a Comisaría a la niña. Iba indocumentada. Ella identificó a la familia de Mollerussa con la que vivía y se personaron a esas dependencias sus “suegros”. Primero dijeron que eran tíos suyos. Aportaron una fotocopia de la partida de nacimiento, lo que permitió a los agentes conocer la identidad de la menor.
Y saltó entonces la alarma. La Guardia Civil acababa de emitir una orden de búsqueda de esa menor por la venta de la niña para un matrimonio forzado.
Los agentes comprobaron, según ha podido saber La Vanguardia, que la chica de 14 años llevaba una vida marital completa con el joven de 21 años. Entraron en su habitación de Mollerussa y tras esa constatación se añadió a ese atestado un tercer delito: agresión sexual. Después se sumaría un cuarto: favorecimiento de mendicidad de un menor.
Los mossos constataron que la niña hacía vida marital con su “marido” de 21 años; así que se añadió en el atestado agresión sexual
Automáticamente se acordaron en Lleida medidas de protección hacia esa menor y fue trasladada, con la intervención de la Conselleria de Drets Socials, a un centro de Almacelles (Segrià) hasta que la jueza de Navarra ordenó que la sacaran de allí y la entregaran a sus padres.
Estuvo un mes bajo el paraguas de la administración hasta que a mediados de la semana pasada llegó una orden judicial para sacarla de ese centro. Una jueza de Navarra había archivado el caso después de explorar (tomar declaración) por vía telemática a la niña. Lo negó todo: que la hubieran obligado a casarse por la fuerza y que estuviera con la familia de Mollerussa en contra de su voluntad.
La menor, protegida un mes en un centro de Lleida, no tenía ninguna sensación de haber sido vendida; su nueva vida encajaba en lo que era habitual para ella
En su declaración ante Mossos ya dijo que no se sentía ni secuestrada, ni vendida y que para ella mendigar formaba parte de su rutina. Pero entonces se acordó igual su protección al estimar los agentes y la jueza de Lleida a la que llegó este caso, antes de inhibirse en favor de su colega de Navarra, que esas palabras tenían poco valor y credibilidad.
Así que en Lleida si se acordó una orden de alejamiento con la familia de Mollerusa, que después quedaría con el carpetazo de Navarra en papel mojado.
La familia de esa chica ha abandonado ahora su casa; se teme si no se actúa rápido que puedan desaparecer
La niña volvió a ser entregada, pues, la semana pasada a sus padres en Corella. Pero esa familia parece que se ha esfumado. Ya no estaría en la casa donde vivían con otras personas, supuestamente como okupas. Ahora sí temerían de verdad que puedan arrebatarles a sus tres hijos.
Todo está en manos, en estos momentos, de los servicios sociales navarros y de la Fiscalía de esa comunidad, que se da casi por hecho va a recurrir el archivo de la causa. El tiempo corre aquí en contra de esa niña, pues no se descarta que la familia pueda ahora desaparecer.
