Antoni de Moragas i Spà: arquitecto entrañable

Obituario

Expresidente de ArquinFAD, combinó su actividad como arquitecto con la docencia y el diseño de interiores y mobiliario

ANTONI DE MORAGAS

El arquitecto Antoni de Moragas (1941-2025) 

LV

El arquitecto Antoni de Moragas i Spà ha fallecido a los 84 años y, de forma inevitable, me han venido a la memoria… ¡tantas historias!...

Antonio era amigo, compañero, persona entrañable, inteligente, estratega y divertido. Compartimos muchas batallas (aquí no incluyo aquellos añorados partidos de fútbol sala) y aún nos quedaban unas cuantas más. Te echaremos mucho de menos.

Antonio y yo iniciamos nuestras historias en el colegio de los Escolapios de Sarrià, para continuar en la Escuela de Arquitectura, y después, con nuestra lamentable historia militar en Lleida, consecuencia de nuestra participación en la caputxinada y, finalmente, con nuestro prolongado vecinazgo, puerta con puerta, en el fantástico edificio que construyó su padre, Antoni de Moragas i Gallissà, en la Via Augusta de Barcelona.

Obra pública y privada, centrada en Catalunya

Durante sus inicios como arquitecto, Antoni de Moragas i Spà realizó sus primeros trabajos en el Taller de Arquitectura de Ricardo Bofill, en MBM Arquitectos con Oriol Bohigas y en Gregotti Associati International en Milán y, en los años siguientes, fue perfilando su obra de carácter público y privado centrada principalmente en el ámbito catalán.

Entre sus obras destacan la piscina municipal de Montjuïc de Barcelona (1992), la Biblioteca Pública de Sant Cugat del Vallès o el Edifici Blau de Barcelona (2009). Dentro del mundo del diseño destaca la lámpara de suspensión Vague Stelle (1982) editada por Santa & Cole.

A lo largo de su trayectoria, Antoni de Moragas i Spà combina su actividad como arquitecto con la docencia y el diseño de interiores y mobiliario. Ha sido profesor de Proyectos en la Escuela de Arquitectura de Barcelona desde 1972 (titular desde 1987) y de Proyectos de Interiorismo en la escuela EINA desde 1977.

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Antonio también ocupó la presidencia de ArquinFAD (arquitectos e interioristas del FAD), que, con posterioridad, también ocupamos Miquel Milá y yo mismo, y ejerció como profesor invitado en las escuelas de Arquitectura de Budapest, Buenos Aires y Roma. Obtuvo diversos premios de arquitectura e interiorismo, como, por ejemplo, el premio Domènech i Muntaner de l’Institut d’Estudis Catalans d’Arquitectura (1986), el premio FAD de Arquitectura (1987) y el premio Ciutat de Barcelona de Arquitectura (1990).

Que donde esté ahora nuestro querido y admirado colega y amigo, con su curiosidad, simpatía, admiración por la belleza y fuerza intelectual, siga iluminando los caminos del estudio e investigación de todo aquello que formó parte de su bagaje cultural.

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