Ahora que el BSC cumple 20 años
Celebrar 20 años de una historia de éxito como la del Barcelona Supercomputing Center (BSC) no es sencillo. Hablamos hoy de una de las principales infraestructuras científicas de Europa, en la que trabajan más de 1.600 personas, que se ha ganado un indiscutible prestigio mundial y que cuenta con el supercomputador MareNostrum 5, una incipiente estructura de ordenadores cuánticos llamada MareNostrum Ona, una factoría de IA y el liderazgo de proyectos como el desarrollo de chips europeos de alto rendimiento RISC-V.
El BSC ha conmemorado oficialmente en el Auditorio Vèrtex de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) sus 20 años y los 20 años adicionales que hacía que un grupo de ingenieros informáticos empezaron a luchar para conseguir poner a su centro universitario y a Barcelona en el mapa mundial de la computación de vanguardia.
En la conmemoración, hubo intervenciones previas de las autoridades. El secretario de Estado de Ciencia, Innovación y Universidades, Juan Cruz, calificó al BSC como “el gran cerebro digital de España, un emblema de nuestra economía del conocimiento”. Núria Montserrat, consellera de Recerca i Universitats, destacó que el BSC “es un centro de investigación líder en ámbitos como la IA, la simulación climática, la biomedicina o la transición energética”, además de pronunciar un sentido homenaje hacia su director, Mateo Valero. Y el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, presumió que la ciudad “se siente orgullosa de ser la sede” del BSC, lo que sostuvo que “demuestra la capacidad de Barcelona para atraer talento y potenciar el que tenemos”.
Asistieron el rector de la UPC, Francesc Torres; el delegado del Gobierno en Catalunya, Carles Prieto; y Anders Jensen, director ejecutivo de EuroHPC JU, la entidad europea que coordina los grandes centros de supercomputación y el dinero que se invierte en ellos.
Torres, Cruz, Valero, Montserrat, Canton, Prieto y Collboni durante el acto en el Auditorio Vèrtex
“El objetivo realmente es hacer ciencia para hacer un mundo mejor”, señala Mateo Valero
La cantante María Arnal, que ha colaborado con el BSC en sintetizar registros de su voz para ampliar su capacidad y que emocionó con dos canciones de su nuevo disco Ama .
Mateo Valero, sin papeles pero con un powerpoint , fue desgranando una a una todas las etapas del centro y de los pasos previos que hicieron posible esta historia de éxito, repartiendo agradecimientos a una multitud de personas que jugaron papeles activos para conseguirlo.
Probablemente, Valero es una de las pocas personas del mundo que puede hacer que una historia que cualquiera juzgaría, a priori, aburrida (mezcla de presupuestos, subvenciones, chips y placas de computador) se transforme en un apasionante relato del que ninguno de los asistentes a la celebración quería desengancharse.
Después de una narración que terminó con opciones de futuro emplazamiento del MareNostrum 6 como la Sagrada Familia o el Camp Nou, que despertaron las carcajadas de los asistentes, Valero se puso algo más serio. Dio paso a Cristian Canton, nombrado hace cinco meses como nuevo director asociado en sustitución de Pep Martorell, y el tono fue como el de quien vislumbra un futuro en el que otro tomará las riendas.
Pero Mateo Valero, que ha sido profesor de la UPC 51 años, se guardó una reflexión final que resume por qué el BSC ha sido lo que es hoy: “somos una familia, diría yo, con la misma pasión, con la misma energía, continuando para adelante. Y preparados para movernos”.
Una advertencia: “aquí no te puedes parar quieto porque te pasan por izquierda o derecha. El objetivo realmente es hacer ciencia para hacer un mundo mejor. Si miráis, todos los temas que tenemos nosotros son temas bastante sociales, investigación bastante para la sociedad. Y eso, pues da mucha marcha. Estamos motivados”. No se puede explicar mejor.