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“No podemos informar sin formarnos”, periodistas reflexionan sobre la cobertura del suicidio

Once muertes al día

Comunicadores y profesionales de otras disciplinas se han reunido para abordar el papel de los medios como agentes de prevención de este problema de salud pública

La asociación 'Papageno' ha celebrado la quinta edición del premio #PeriodismoResponsable sobre la conducta suicida

Guillermo Córdoba, periodista y coordinador del proyecto Periodismo Responsable de la Asociación Papageno, durante su taller de periodismo responsable.

Propias

Hablar del suicidio desde los medios de comunicación salva vidas. Al menos, si se hace con responsabilidad, rigor y respeto: las tres “erres” que constituyen un mantra que todo periodista debería recordar cada vez que cubre una noticia sobre este problema de salud pública.

Con el objetivo de promover una cobertura preventiva, profesionales del sector de la comunicación, la psicología, el trabajo social y de los movimientos asociativos se han reunido este jueves en el Palau Macaya de la Fundación “la Caixa”, en el marco de la quinta edición del premio #PeriodismoResponsable sobre la conducta suicida, organizado por la Asociación de Profesionales en Prevención y Posvención del Suicidio ‘Papageno’, entidad dedicada en cuerpo y alma a mejorar su tratamiento mediático.

El efecto contagio en la infancia y adolescencia

La jornada anual tiene como doble objetivo distinguir el trabajo de los periodistas que visibilizan y ayudan a prevenir el suicidio con sus informaciones y, por el otro, ofrecer un taller dedicado a la comunicación responsable. Daniel López, presidente de la asociación, ha recordado que “detrás de cada caso hay una familia que sufre” y ha destacado que los periodistas “deben ser conscientes de que, con su trabajo, construyen realidades”.

Por eso, el psicólogo del hospital Sant Joan de Déu, Francisco Villar, ha explicado el efecto contagio en la infancia y la adolescencia: “La conducta imitativa existe, pero en este colectivo lo hace con mayor intensidad porque no cuentan con sus representaciones propias. Cuántas más publicaciones se cubran de manera inadecuada, el riesgo imitativo aumenta”. El profesional, que acompaña a menores a diario, ha dicho que quienes comparten los contenidos más dañinos relacionados con la conducta suicida, por desgracia, son los propios niños, que publican en sus redes sociales autolesiones o pensamientos autodestructivos. Villar ha remarcado la necesidad de que los niños vuelvan a jugar en las plazas e interactuar unos con otros, y dejen de hacerlo a través de las pantallas.

“El problema no es hablar del suicidio, sino cómo lo hacemos. Los medios de comunicación somos agentes de prevención. Y cuando hablamos del suicidio con responsabilidad y sin sensacionalismo, estamos contribuyendo a salvar vidas”, ha expresado Cristina Oriol, periodista de Sociedad en La Vanguardia. La profesional ha puesto en valor el trabajo coordinado que periodistas, asociaciones e instituciones llevan haciendo para mejorar su cobertura mediática, pero ha denunciado las malas praxis que aún se llevan a cabo como publicar datos identificativos del fallecido, difundir fotografías personales o detallar el método y el lugar.

En este sentido, Yaiza Perera, periodista de El Mundo y responsable del proyecto ‘Once Vidas’, ha ido un paso más allá al afirmar que “no podemos informar de suicidio sin formarnos, porque generamos dolor y aumentamos riesgo”. La comunicadora ha puesto como ejemplo el caso reciente de la menor fallecida en Sevilla, presuntamente a causa de acoso escolar: “Me consta que hemos generado mucho dolor y debemos reflexionar sobre los errores que hemos cometido”.

Algunos de los premiados en la V edición de los premios Periodismo Responsable de la Asociación 'Papageno'.

Propias

El periodista y autor del libro ‘Contra el silencio’, Alberto Gómez, ha explicado a los asistentes lo que ocurre cuando una muerte por suicidio se vuelve viral: “Dar detalles sobre el suicidio da audiencia y, en los casos más mediáticos, existe como una especie de “barra libre”, donde parece que no hay consecuencias. Pero lo cierto es que, al hacerlo, hacemos un flaco favor a la familia, a la sociedad y a la profesión”, ha asegurado el también superviviente por suicidio. Y se ha planteado que alguien debería preguntar a los periodistas: “¿Sabes que has causado mucho daño a la persona fallecida y a su entorno?” Quizá, si fuéramos más conscientes de esto, no habríamos publicado esos detalles.

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El suicidio es un fenómeno con múltiples aristas. Se trata de una realidad multifactorial, en la que influyen factores sociales, culturales, económicos, familiares, biográficos y clínicos. No puede ni debe simplificarse a una única causa ni reducirse a un diagnóstico de salud mental. “La falta de tiempo y la precariedad de la profesión influyen en cómo se informa en un contexto desfavorable que no tiene tiempo para la formación”, ha remarcado Guillermo Córdoba, periodista y coordinador de los premios. 

A pesar de la aprobación del Plan Nacional de Prevención del Suicidio y de la línea de ayuda del 024, Córdoba ha lamentado la falta de “campañas institucionales” el pasado día 10 de septiembre, con motivo del Día Mundial, así como la “poca” difusión de la guía de recomendaciones para la correcta cobertura mediática del suicidio.

La falta de tiempo y la precariedad de la profesión influyen en cómo se informa en un contexto que no tiene tiempo para la formación

Guillermo Córdobaperiodista y miembro de la Asociación 'Papageno'

En 2023, un total de 4.116 personas murieron por suicidio en España. Esto equivale a una media de 11 fallecidos cada día. Y aun así, estas cifras solo muestran una parte del problema, ya que por cada muerte por suicidio, 20 personas tienen tentativas de suicidio, y existen miles lidiando cada año con ideaciones o malestares.

Con la finalidad de reducir el dolor, reforzar los vínculos y ofrecer esperanza, los profesionales recordaron la necesidad de contar con la voz de sobrevivientes y supervivientes, así como con profesionales, para voz a relatos que también hablan de prevención, factores protectores y, en definitiva, de un futuro por el que merece la pena seguir viviendo.