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Dios vuelve, y muchos no se enteran

Los periodistas, sumergidos como estamos en la última, penúltima y antepenúltima trifulca de unos y otros políticos utilizando lo que sea con tal de erosionar o hundir al adversario, distorsionados por concepciones del hombre alejados de la verdad y que resumiríamos en lo woke, y distraídos en las mil trivialidades que se presentan bajo la apariencia de cultura, pocas veces detectamos las corrientes de fondo en la sociedad. Aquello que está cambiando en aspectos que afectan a lo realmente importante de las personas.

Uno de estos cambios está en la percepción religiosa. Es indudable que, en nuestro país y en general en la Europa Occidental, la práctica religiosa cristiana, tanto católica como protestante, todavía sigue disminuyendo tras unas décadas de defecciones masivas. Es aquello de la “apostasía silenciosa” de la que hablaba Benedicto XVI. No hay una renuncia explícita a la religión, al cristianismo en este caso, pero se deja de practicar y se vive como si Dios no existiera incluso por parte de muchos que en una encuesta responderían que son cristianos. 

“El número de personas de menos de 35 años que se declaran católicas ha pasado del 34% al 41% entre 2023 y 2025”

En paralelo, el número de conversiones al catolicismo va al alza. No es contradictorio con lo anterior, aunque lo parezca. Muchos cuantificados como católicos de toda la vida dejan de practicar, pero un número creciente de personas que ni siquiera habían sido bautizadas se incorpora al catolicismo y lo vive de forma mucho más intensa que la mayoría de los creyentes de siempre. Es un fenómeno que se está dando en muchos países. 

Un ejemplo claro es la laicista Francia, con un crecimiento exponencial de bautismos de adultos por Pascua. Otro, los datos de las propias encuestas españolas del CIS según las cuales el número de personas de menos de 35 años que se declaran católicas ha pasado del 34% al 41% entre 2023 y 2025, cambiando la tendencia decreciente de años anteriores entre los jóvenes.

El Papa León XIV al llegar al barrio oriental de Tor Vergata en Roma para una vigilia de oración antes de la misa dominical en el marco del Jubileo de la Juventud, este verano.

Angelo Carconi/EFE

Pero hay muchos otros indicios de cambio. Desde miles de jóvenes que llenan estadios para escuchar música religiosa como en el caso de Hakuna, a la asistencia de centenares de miles a las Jornadas Mundiales de la Juventud, o el crecimiento de los peregrinos a santuarios marianos.

Otro dato relevante: los católicos ya superan a los anglicanos en Gran Bretaña. Tampoco aquellos viven un auge, pero los de la iglesia de Inglaterra caen mucho más y, desde hace poco, están en plena ruptura interna.

“Indicios de cambio”

“Miles de jóvenes llenan estadios para escuchar música religiosa y centenares de miles asisten a las Jornadas Mundiales de la Juventud”

Tales cambios no se limitan a los ciudadanos anónimos. En las últimas fechas se han dado ejemplos significativos en el mundo cultural. Se ha hecho viral en las redes y aparecido en las televisiones la fórmula promocional del nuevo disco (Lux) de la cantante Rosalía, vestida con un velo blanco que recuerda a las monjas y su carrera por la Gran Vía y la Plaza de Callao de Madrid causando furor entre los seguidores. Hay referencias religiosas en las canciones del nuevo disco y en la iconografía con el que lo presentan. 

Podría ser puro marketing, por lo que más importantes son sus declaraciones a Radio Noia, a la comunicadora Mar Vallverdú. Rosalía expone sus inquietudes espirituales, reconoce que hasta ahora ha tenido sensación de vacío en su vida, que tiene un deseo de plenitud que no llenan las cosas del mundo, y entiende que quizás Dios quiere ocupar este vacío. Incluye un mensaje de su abuela con el recuerdo del valor de la familia, pero primero de Dios.

“En declaraciones a Radio Noia, Rosalía expuso sus inquietudes espirituales y reconoció que hasta ahora ha tenido sensación de vacío en su vida”

Tampoco son desdeñables la difusión y polémicas suscitadas por la película Los domingo s, ganadora de la Concha de Oro de San Sebastián. Su directora, Alauda Ruíz de Azúa, se declara no creyente, pero se sintió impactada por alguien que recibe una llamada para hacerse religiosa. El film y las subsiguientes polémicas muestran como una sociedad secularizada, nihilista, materialista, se queda perpleja, descolocada, cuando ve la irrupción de Dios en medio de mundo. Todo lo que trasciende lo tangible le resulta incomprensible y rechazable, y encerrarse en un convento de por vida es especialmente impactante. Sin embargo, una realidad de los últimos años es que entre diversas órdenes religiosas, no todas, están creciendo las vocaciones de clausura tras décadas de descenso.

Otro de los personajes jóvenes muy presentes en la sociedad española es el youtuber René ZZ (René Ponte). Es un converso que tras años de una vida disoluta pasó de ser youtuber de los tatuajes a hacer de su medio un canal de fe con un número inmenso de seguidores.

“Entre diversas órdenes religiosas, están creciendo las vocaciones de clausura tras décadas de descenso”

Y en el campo intelectual recordar, por ejemplo, el noruego Jon Fosse, católico converso y claramente apostólico, ganador del premio Nobel de Literatura de 2023. O que el coreano Byung-Chul, premio Princesa de Asturias de Humanidades 2025, acaba de publicar un libro sobre Dios, también desde una óptica católica.

O en la política. Mientras en España persiste la hostilidad de la mayoría de las instituciones contra lo católico, no ocurre lo mismo en otros países. Basta observar Estados Unidos. En su propio Gobierno están el vicepresidente J.D. Vance y el secretario de Estado, Marco Rubio, que se declaran abiertamente católicos.

“Entre los científicos cada vez son más los que manifiestan que no hay incompatibilidad entre fe y razón, entre fe y ciencia”

Y entre los científicos cada vez son más los que manifiestan que no hay incompatibilidad entre fe y razón, entre fe y ciencia.

Todo indica que algo se mueve. Que la tendencia a la baja del catolicismo en Occidente se ha ralentizado, a la vez que repunta en no pocos lugares y entre personas influyentes. Siguen siendo aún minoría los que adoptan una posición activa, pero, como decía Chesterton, las sociedades las salvan siempre minorías que no se doblegan a los postulados de la supuesta modernidad.