Formalistán, capital Frenópolis

La burocracia en la sanidad

Con cerca del 20% de la población con más de 65 años (1,6 millones de personas) y 260.000 almas con más de 84 años, Catalunya es uno de los territorios más envejecidos del mundo. Al sistema sanitario le crece el grueso de la clientela de forma exponencial (cada año 35.000 personas de mas de 65 y 13.000 de más de 80 años), hasta que en el 2050 se estima que el colectivo octogenario en adelante rebasará el millón de personas. Los recursos profesionales y pecuniarios aumentan (el presupuesto del Departament de Salut ha pasado de 11.000 millones a 16.000 desde el 2019) pero no lo hacen al mismo ritmo, ni mucho menos, que las necesidades.

Resulta oportuno, pues, en este momento de agitación y encrucijada, el coloquio organizado ayer por Fundació Barcelona sobre el sistema sanitario catalán, que registró un elevado nivel de coincidencia entre los tres ponentes, tres primerísimas autoridades del sector que renuncian a tirar la toalla en un ambiente donde cunde un escepticismo con alguna dosis de desánimo. 

No es consuelo que, según la opinión general, la educación todavía esté en peores circunstancias. “Hay gente que piensa que la educación de sus hijos será mejor en la concertada que en la pública, pero no piensa lo mismo si tiene que someterse a una cirugía cardíaca”, ilustra Manel del Castillo, director gerente del hospital de Sant Joan de Déu y presidente de Cairos, el comité de expertos encargado de impulsar la transformación de la sanidad catalana para perpetuar su eficacia y su sostenibilidad. Ahí es nada. A su juicio, el sistema funciona para lo macro, pero no para lo micro, con largas listas de espera y una dictadura de la burocracia que recibió ataques generalizados.

Los expertos atizan a la burocracia en un debate sobre el sistema sanitario catalán

“Hay una obsesión por la norma, por la forma, y no por el fondo. Hemos perdido la brújula, hemos perdido de vista que estamos para servir a los ciudadanos, no a los interventores”, reprocha Del Castillo. “Durante años, el arsenal ingente de normativa acumulada es tan grande que si el poder político del momento consigue interpretar correctamente esta reglamentación, y aplicarla de forma diferente, podríamos plantearnos seguir con la fórmula”, razona Josep Maria Via, ex directivo del ICS y del Servei Català de Salut, que ruega a políticos y burócratas que no metan a la sanidad en el debate partidista. “Toda esta parafernalia normativa no hay quien la aguante”, lamentó, y reivindicó autonomía en la gobernanza y la gestión de los centros como factor clave para la pervivencia del sistema.

Remata contra la burocracia Elvira Bisbe, presidenta del Col·legi de Metges de Barcelona. “Pasas más tiempo haciendo cosas que no tienen que ver con lo que has estudiado que con tu trabajo”, critica, y pone nombre y apellidos: bajas de corta duración. “Evitando hacer las incapacidades temporales (IT) de hasta tres días liberaríamos en la demarcación de Barcelona a 130 médicos de primaria al año, con la falta que nos hacen”.

El comité Cairos reúne a doce de las grandes personalidades del mundo sanitario catalán. Según revela Del Castillo, han acuñado un término –no muy bien visto por determinadas autoridades– para referirse al imperio de la burocracia: Formalistán. “Luchamos contra una potencia extranjera que se llama Formalistán, que está pensando en la forma y no en el fondo, y que tiene una capital llamada Frenópolis”. Es el Formalistán que hace que un trámite tan sencillo como una valoración de la dependencia se demore entre un año y un año y medio, cuando Cairos propone que se reduzca a dos meses y la directora del CSIR (un nuevo modelo de centro de asistencia primaria que se está experimentando) de Vic cree que podría solventarse en una semana.

foto NACHO VERA GALBARRO (18/11/2025) La salut a debat organitzat per la Fundació Barcelona 1989. Manel del Castillo, director gerent de l'hospital de Sant Joan de Déu. Josep Maria Via, ex directiu de l'ICS i del Servei Català de la Salut, a Sala Oriol Bohigas de l'Ateneu, Barcelona.

Elvira Bisbe, Manel del Castillo y Josep M. Via, en el Ateneu Barcelonès 

Nacho Vera

La infrafinanciación, que se arrastra desde el mismo día del traspaso de la sanidad a Catalunya, a principios de los 80, es otra de las debilidades del sistema a la que apuntan todos los ponentes. Y no ven solución posible, ni siquiera en la reforma del marco fiscal que plantea el Gobierno.

Jordi Bonet i Agustí, presidente de la Fundació Barcelona, anunció para otoño un debate sobre el sistema educativo. Echando un vistazo ahí, no estamos tan mal, piensan los médicos. “Confiemos en que [el deterioro de la sanidad] no sea irreversible”, apunta Vía. “El optimismo es un imperativo moral”, tercia Del Castillo, apoyándose en una experiencia personal: “En verano mi hijo tuvo una apendicitis en Filipinas y os puedo asegurar que echó mucho en falta al sistema sanitario catalán”.

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