Todos ganamos con la inclusión sociolaboral de las personas con discapacidad. Esta podría ser la conclusión de unas jornadas en el Palau Macaya de Barcelona en la que participaron este martes destacados representantes de la Generalitat, del mundo empresarial y de la sociedad civil, en particular del Observatorio Social de la Caixa y de las fundaciones Cies y Sesé, que han hecho de esa inclusión su razón de ser.
El encuentro, moderado e introducido por el periodista Enric Sierra, vicedirector de Guyana Guardian, se celebró en vísperas del 3 de diciembre, día internacional de las Personas con Discapacidad. La ovación de la cita se la llevó el piloto de rallies Isidre Esteve, en silla de ruedas a raíz de un accidente de moto en una carrera en el 2007. “La discapacidad no me cambió la vida. Cambió algunas cosas de mi vida, pero soy el mismo”, dijo.
David Bonvehí e Isidre Esteve
La fatalidad quiso que otro ponente sufriera la misma semana que Isidre Esteve un accidente que también le dejó en silla de ruedas: David Bonvehí, director general de Economia Social i Solidària. Este alto cargo de la Generalitat se deshizo en elogios hacia los centros especiales de trabajo de iniciativa social (cetis), que acaban de lanzar una andanada contra la administración por los retrasos en la liquidación de las subvenciones.
Bonvehí reconoció que “hay demasiada burocracia”, que es un “reto” acortar los plazos y que las subvenciones siguen un camino “más lento y complicado” que las concertaciones, pero pidió comprensión porque se ha cambiado el modelo y “aún lo estamos ajustando”. Los cetis, afirmó, hacen una labor “muy loable, básica”, aunque insistió en que las empresas ordinarias deberían abrirse a la contratación de personas con discapacidad.
La Reina, en el acto institucional del año pasado a favor de la inclusión
A eso, a tender puentes, se dedican entidades como Cies (Centro de Investigación de Economía y Sociedad, de Barcelona) o la Fundación Sesé, organizadora del encuentro y con su base en Zaragoza. Para impulsar iniciativas así y animar a que otras empresas den el paso, el director general de Economia Social i Solidària anunció un plan “inicial” de seis millones de euros con los que Govern intentará subvencionar las contrataciones.
“Nosotros no nos hemos arrepentido: todo lo contrario”, señaló Laura Rodríguez, directiva de la multinacional farmacéutica Grifols, con ADN catalán y un modelo en el sector: el 4% de su plantilla está integrada por personas con discapacidad. No es solo, recalcó, “un acto de justicia social, sino de inteligencia empresarial: La diversidad nos enriquece”. El periodista Enric Sierra introdujo esa idea, que retomaron todos los participantes.
Algunos ponentes de las jornadas
Por ejemplo, Josep Roset, presidente de Cies, explicó a petición de Sierra una historia que hizo sonreír al Palau Macaya, “centro Unesco para las ciencias sociales y las humanidades”, como se enorgulleció Emma Farguell, del Observatorio Social de la Fundación la Caixa. Roset recordó que un cargo intermedio de una empresa ordinaria era renuente a la contratación de un grupo de personas con síndrome de Down para un almacén...
Ese responsable tenía un plus salarial por objetivos y temía que se rebajaran sus expectativas si los nuevos contratados no estaban a la altura. Dos meses después, añadió Josep Roset, “me llamó para darme las gracias: no solo no había perdido dinero, sino que ganaba más. 'Tendrías que verlos. Llegan media hora antes y se esmeran tanto que hasta el comité de empresa les ha pedido que se relajen para no dejar mal al resto', me dijo”.
“Un trabajo digno mejora la vida de las personas y redunda en beneficio del conjunto de la sociedad”, admitió Raúl Moreno, secretario general del departamento de Drets Socials i Inclusió de la Generalitat. Él, como David Bonvehí, también elogió los centros especiales de trabajo y lamentó que la opción del trabajo en las empresas ordinarias es “muchas veces más difícil de lo que debería ser”, por lo que les animó a “ampliar la mirada”.
La Fundación Sesé
Más de 750 inserciones laborales, 4.200 formaciones y 100 voluntarios
De mirar más allá sabe mucho Ana Sesé, alma mater de la Fundación Sesé, una pequeña gran entidad que en doce años ha logrado la inserción laboral de 750 personas con discapacidad o en riesgo de exclusión. El trabajo, dice, “es una poderosa herramienta de transformación social: la inclusión mejora la competitividad de las empresas”. No es un camino fácil, pero se puede hacer “con perseverancia y esfuerzo”.
En la sala, una mujer asentía. Era Laura Rodríguez, de Grifols. Cuando le llegó su turno en el estrado, lanzó una pregunta al auditorio: “¿A cuántos de nosotros contratarían si nos preguntaran de buenas a primeras cuántas cosas no sabemos hacer? ¡A nadie! Con las personas con discapacidad hay que hacer lo mismo. La pregunta correcta es: '¿Qué podéis hacer?'. Quienes la formulen verán cuánto talento hay desaprovechado”.
