Vuelve el Market Solidario que recoge y vende ropa donada en favor de la investigación oncológica infantil. Esta semana, mientras las hormiguitas -así se hacen llamar el grupo de mujeres que durante todo el año seleccionan las prendas- acababan de preparar la ropa para el mercado benéfico, recibieron la llamada de Blanca, una niña de 10 años que con apenas 17 meses fue diagnosticada de cáncer. La niña, que salía de una prueba de control, es nieta de Ana Manent, una de esas hormigas que lleva todo el año recogiendo y seleccionando ropa y complementos que ciudadanos donan para vender en el mercado solidario que desde 2017 se organiza en Barcelona para recaudar fondos para la investigación de cáncer infantil. Y también para facilitar servicios de apoyo a estos niños y sus familias tras pasar por un proceso oncológico infantil. El cáncer de Blanca animó a su abuela y a María José de Olano a impulsar esta encomiable iniciativa. El mercado, que ya ha logrado recaudar más de 600.000, estará abierto en la calle Pelayo 38 de Barcelona desde el martes 9 de diciembre y hasta el 18 de ese mismo mes.
“En el bombo estamos todos”, reflexiona Manent sobre el mazazo que supone recibir un diagnóstico de cáncer infantil. Ella y su familia lo saben desde que su nieta Blanca fue diagnosticada con un tumor rabdoide, un tumor cerebral. Esta mujer de 66 años, que trabaja en una empresa de seguros, llevaba ya más de dos décadas vinculada a la Fundación Villavechia después que el hijo de unos amigos falleciera de cáncer. Su nieta Blanca tuvo que ser tratada con quimioterapia para adultos y aquello dejó muchas secuelas en la niña. “Ahora, gracias a la investigación, los tratamientos son más adecuados”, se congratula esta mujer. Y está feliz que ella y una treintena de abuelas han ayudado a ello. A raíz del diagnóstico de Blanca y junto con María José de Olano impulsó el Market Solidario, del que bromea diciendo que su nieta es la “jefa”. Recogen ropa que donan ciudadanos, la seleccionan y, posteriormente, la venden. Una iniciativa que, además de por su perfil solidario, tienen éxito también por el auge de la ropa vintage y de segunda mano, cuenta Manent. Además de la jefa, Blanca y el resto de niños que reciben un diagnóstico de cáncer ha sido el motor para este grupo de mujeres, la mayoría abuelas, que desde que empezaron han logrado recaudar cerca de 600.000 euros con la venta de ropa donada.
Durante las tres primeras ediciones, la recaudación iba destinada únicamente a la investigación de Sant Joan de Déu y lograron que contrataran a la investigadora Alexandra Avgustinova, que posteriormente recibió una ayuda de la UE para seguir indagando, se congratula Manent. Pero después, junto con la asociación Pulseras Candela que les da apoyo legal, vieron que también era importante ayudar a las familias que pasan por un proceso tan duro y que no tienen recursos para pagar un psicólogo u otro tipo de ayuda una vez salen del hospital. Algo que hacen a través de la Fundación Villavechia. La familia de Manent pudo afrontar el proceso posterior, pero es plenamente consciente que no todos los padres e hijos tienen acceso a estos importantes servicios.
Fines benéficos
Durante todo el año un grupo de mujeres recogen y seleccionan ropa donada para vender
Con esta labor, durante todo el año una decena de hormiguitas, como bromea Manent, quedan todas las semanas en un local cedido para hacer selección de la ropa que les va llegando a través de dos puntos de recogida y que funciona mucho por el boca oreja. Y desde finales de noviembre la cita es diaria para poder preparar en condiciones el esperado Market. Empezaron con los fondos de armario de muchas amigas, pero ahora ya tienen donantes fijos y algunos muy emotivos. Manent recuerda, por ejemplo, cuando recibieron un paquete de ropa junto con la misiva de una madre cuyo hijo había estado en tratamiento oncológico y quería aportar su grano de arena. “Las voluntarias lloraron al leer la carta”, rememora.
Ana Manent con su nieta Blanca. Detrás dos de las amigas que cooperan en la red de donación
Todo lo que seleccionan, en algunos casos piezas de gran valor, lo llevan al Market que se instala en la tienda Natura ubicad en barcelonesa calle Pelayo. El éxito de este mercadillo navideño, que el año pasado recaudó 114.000 euros, es la solidaridad de aquellas personas que donan y de las que se acercan al Market y que acaban obteniendo un doble rédito. El primero, y más importante, contribuir a la investigación. El segundo, conseguir una pieza de ropa o un bolso de valor o gran calidad a un precio asequible. “Te puedes llevar un abrigo de cachemir a buen precio”, apunta Manent. El objetivo siempre es venderlo todo, por lo que es fácil acabar encontrando verdaderas gangas. Y hay clientela fija que ya viene cada año. “Son nueve días de venta y muchas horas” que Manent y el resto de voluntarias asumen con gusto y el anhelo de encontrar relevo en el futuro.
Aunque la gran parte de lo que se vende es donado, entre un 10 y un 15 % de lo que está a la venta son prendas nuevas que ceden algunas marcas. Y también tienen apoyo de influencers, explican. Y todo el mundo aporta su grano de arena. Por ejemplo, las nueras de Manent llevan las redes sociales de la iniciativa.
La nieta de Ana, Blanca, es la jefa, pero en realidad es el motor de una venta solidaria que ya ha recaudado 600.000 euros desde 2017. Y aunque están satisfechas de lo logrado hasta ahora, saben que esto no puede parar. “Hace falta mucho dinero para investigación”, recuerda esta abuela solidaria.

