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Más allá del aula: así abre puertas la formación dual universitaria

Nuevo modelo

La UAM apuesta por la Mención Dual en Química, una iniciativa que acerca a los estudiantes al mundo laboral mientras completan su formación universitaria

Paula Martínez ha pasado dos meses completos en el centro de I+D de Repsol en Móstoles 

Repsol

Enfrentarse al mercado laboral por primera vez suscita entre los jóvenes una combinación de expectativas y vértigo a partes iguales. Al terminar la etapa universitaria, encontrar una oportunidad donde empezar a escribir un currículum es todo un reto. Por eso, asomarse a experiencias laborales reales antes de graduarse se ha convertido en una auténtica ventaja competitiva, y los estudiantes lo saben.

África González (24 años) es consciente de que tener experiencia laboral puede marcar la diferencia a la hora de conseguir un trabajo. Por eso, esta estudiante del Grado universitario en Química por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) decidió cursar su último año de estudios en la modalidad Dual, un programa formativo que permite poner en práctica en una empresa lo aprendido en la carrera: “Creo que es una gran oportunidad para desarrollarte profesionalmente, para empezar a aprender desde ya porque es el entorno más parecido a lo que será mi futuro. Es un ambiente muy distinto al de la universidad, es como salir a la vida real”, reflexiona.

África González: “Es el entorno más parecido a lo que será mi futuro” 

Repsol

La UAM es el primer centro público de la Comunidad de Madrid que incorpora esta innovadora modalidad formativa. Una de cada tres universidades españolas cuenta ya con alguna titulación dual (38%), mientras que cerca de la mitad (el 48%) tiene previsto implementarla. En el caso de Química, solo tres universidades ofrecían esta modalidad: la Universitat Rovira i Virgili, la Universitat Jaume I y la Universitat de València, a la que ahora se incorpora la Universidad Autónoma de Madrid.

Pero ¿en qué consiste y cuáles son las ventajas de la formación dual universitaria? Esta modalidad se basa en la colaboración entre la Universidad y las empresas dispuestas a integrar la formación académica en sus entornos profesionales. Es decir, los alumnos tienen la posibilidad de destinar entre el 20% y el 40% de los créditos de su plan de estudios a seguir formándose en una compañía. Las principales diferencias entre unas prácticas y esta modalidad dual son la obligatoriedad de la remuneración, su mayor duración, la existencia de tutores y el diseño conjunto del plan formativo. Una suma de factores que aportan un valor añadido al currículum de los estudiantes.

Al igual que para África, este curso 2025-2026 también es el último año de carrera para Paula Martínez (20 años), quien está intentando aprovechar al máximo la Mención Dual para conocer más de cerca cómo funciona el sector energético: “Me interesa conocer la vida fuera más allá de la carrera, cómo se gestiona, qué tipos de trabajos existen y poner en práctica todo lo que he ido estudiando estos tres años”. La etapa formativa en la que se encuentran África y Paula es fundamental para proyectar una carrera orientada a las necesidades del mercado laboral, de ahí que universidades como la UAM establezcan convenios de colaboración con empresas para facilitar el desarrollo de sus alumnos.

La Mención Dual persigue un objetivo ambicioso: ofrecer una formación integral en alternancia, donde la empresa asume un papel formativo clave que mejora la preparación profesional de nuestros futuros egresados”

Contributing WriterDecano de la Facultad de Ciencias de la UAM

Desde principios de curso, África y Paula pasan buena parte de su tiempo trabajando con el equipo de Repsol en Madrid. La energética es una de las cinco empresas vinculadas al programa Mención Dual en la Facultad de Ciencias de la UAM, una alianza concebida para impulsar una formación más práctica y abrir a los estudiantes un camino hacia la inserción laboral. Una iniciativa que la UAM considera una “oportunidad estratégica”, explica Manuel Chicharro, decano de la Facultad de Ciencias, para, “ofrecer una formación integral en alternancia, donde la empresa asume un papel formativo clave que mejora la preparación profesional de nuestros futuros egresados”.

En el caso de estas dos estudiantes, ambas coinciden en que la experiencia de trabajar en Repsol les está aportando un gran aprendizaje sobre el funcionamiento y el trabajo de una empresa. Paula, por ejemplo, ha iniciado sus prácticas en Repsol Technology Lab, el centro de I+D de la compañía, donde participa en un proyecto para mejorar la fabricación de las espumas de poliuretano que se usan para aislamiento, lo que le ha permitido descubrir fases del proceso de investigación que “no sabía que existían, o sea, nunca los había llegado a estudiar, lo que ha sido un descubrimiento para mí”. Tras esta primera etapa, Paula continuará su estancia en Campus, la sede central de Repsol, donde trabajará junto a su tutora, Carmen Fernández, en la Dirección de Optimización de Cadena de Valor.

 Paula Martínez: “A mis compañeros de la universidad los animo a que opten por esta modalidad”

Repsol

La generación de talento cualificado es la principal ventaja de esta modalidad. “El programa permite que los estudiantes combinen formación académica con experiencia real en entornos industriales, lo que reduce la brecha entre universidad y empresa”, explica Enrique Fernández, director de Talento, Cultura y Transformación de Repsol. La clave de su éxito es que garantiza a los futuros profesionales la adquisición de competencias técnicas y transversales esenciales para afrontar los retos del sector energético, lo que incrementa su empleabilidad y reduce el tiempo de adaptación al puesto”.

Más allá de la formación, esta experiencia enseña a estas jóvenes a desenvolverse en un entorno de trabajo. Ambas coinciden en la importancia de aprender a trabajar en equipo y de ser proactivas. “Todo el mundo tiene muchas ganas de ayudarme, de que me empape de sus conocimientos; tienen muchísima más experiencia que yo, así que estoy aprendiendo un montón”, apunta África. Este compañerismo es lo que, asegura Paula, más le ha ayudado a adaptarse: “cuando hacen ensayos en otros laboratorios, me invitan a que vaya, lo que me está permitiendo ampliar mi campo de conocimiento”.

África González y su tutora de Repsol, María José Gimeno 

Repsol

¿Cómo es el día a día de estas universitarias “duales”? Durante la duración del programa, compatibilizar la formación académica y la práctica es el principal reto al que se enfrentan las estudiantes. No obstante, cada una cuenta con la orientación de tutores profesionales (por parte de la empresa) y académicos (por parte de la universidad) que les ayudan a compatibilizar ambas líneas formativas. “Desde la incorporación de cada estudiante a la empresa se establece una planificación detallada para coordinar la formación académica con la experiencia profesional”, explica Manuel Chicharro, que incluye reuniones periódicas entre los tutores y el estudiante “en las que se evalúa el avance del proyecto formativo y, si procede, se introducen ajustes que garanticen el cumplimiento de los objetivos de aprendizaje previstos”.

Estamos formando a estudiantes que van a salir al mercado laboral más capacitados y orientados a lo que una empresa busca. Esto le ayudará luego a incorporarse en un puesto de trabajo de una manera más rápida”

Contributing WriterTutora de Grado Dual en Repsol

Las empresas desempeñan un papel fundamental en el cumplimiento de estos objetivos. María José Gimeno, por ejemplo, tutoriza a África en la certificación de combustibles renovables en la dirección de Hidrógeno de Repsol. Gimeno ha identificado aquellas tareas que África puede desarrollar y le proporciona formaciones específicas para que pueda sacar el máximo rendimiento a su experiencia, de forma “que aprenda a desenvolverse con autonomía pasadas unas semanas”.

La alianza entre la UAM y Repsol en el Grado de Química es un buen ejemplo de cómo la colaboración entre universidad y empresa puede mejorar las posibilidades de los universitarios de encontrar empleo. Como explica el decano de la Facultad de Ciencias, “al finalizar el grado, los estudiantes que realicen una Mención Dual contarán con una red de contactos profesionales, experiencia acreditada y una comprensión profunda de las demandas del mercado del sector productivo, lo que incrementa significativamente su empleabilidad y les posiciona como candidatos altamente competitivos”.

La Mención Dual no es solo una iniciativa educativa, sino una herramienta para atraer, fidelizar y desarrollar talento joven en un contexto de transformación cultural y transición energética”

Contributing WriterDirector de Talento, Cultura y Transformación de Repsol

La formación dual en universidades está en pleno desarrollo, siendo una opción cada vez más atractiva en los planes educativos de las universidades en nuestro país. “A mis compañeros de la universidad los animo a que opten por esta modalidad, ya que te da la oportunidad de acceder al mundo laboral antes de terminar tus estudios, lo que te permite aprender mucho más de lo que puedes aprender en la carrera”, explica Paula.

La formación dual no solo beneficia a los estudiantes. Su presencia en entornos de trabajo aporta frescura y nuevas perspectivas. Los estudiantes crecen profesionalmente y las empresas encuentran en ellos un impulso renovado para sus proyectos. “Por ser una persona de otra generación, que tiene otros puntos de vista, eso nos aporta mucho”, dice María José Gimeno. Al mismo tiempo, tienen la oportunidad de formar a perfiles profesionales alineados con sus necesidades”. Es muy útil tanto para Repsol como para otras empresas” porque esta experiencia, asegura, “les ayudará luego a salir al mercado laboral más capacitados y orientados a lo que el mercado busca”.

Iniciativas como la alianza de la UAM y Repsol permiten a las empresas “identificar perfiles con alto potencial antes de su incorporación al mercado laboral”, incide el director de Talento, Cultura y Transformación de Repsol. La compañía energética aprovecha este programa para atraer perfiles STEM comprometidos con la innovación y la transición energética, una visión que encaja con la idea de que “no es solo una iniciativa educativa, sino una herramienta para atraer, fidelizar y desarrollar talento joven en un contexto de transformación cultural y transición energética”, afirma.

De esta forma, la colaboración entre universidades y empresas allana el competitivo camino profesional de las nuevas generaciones. África y Paula están convencidas de que esta experiencia dual les ayudará a enfrentarse al mercado laboral construyendo así, apunta Paula, “una base sólida de conocimientos para crecer en el sector”.