El crimen de la turista española Matilde Muñoz en Indonesia ha llegado a juicio. Hoy ha arrancado en Lombok la vista contra los dos acusados de la muerte de esta mujer, de 72 años (el pasado 2 de julio) en la habitación de un hotel de esa paradisiaca isla. Los inculpados podrían ser castigados con pena de muerte -aunque en Yakarta hace años que no se aplica- si los hechos acaban tipificados como un asesinato. La Fiscalía ya ha apuntado hoy, en la primera sesión, en esa dirección, informa Efe.
Los dos inculpados -Suhaeli, conocido como “Eli” y Heri Ridwan,”Geri”- han comparecido esta mañana a una abarrotada sala de vistas vistiendo un chaleco idéntico en el que se lee en la espalda “prisioneros criminales”. Eli y Geri, trabajador y exempleado del hotel donde se cometió el crimen, no han abierto la boca. Han escuchado, eso sí, el relato de hechos de la Fiscalía.
Nuevos detalles del caso
El robo se urdió un día antes del crimen y uno de los sospechosos tuvo un altercado previo con la víctima
En esta sesión se han conocido detalles nuevos que no habían trascendido hasta ahora. El asalto a la habitación de Matilde Muñoz fue planeado el 1 de julio del pasado año, un días antes del crimen. Los dos hombres, según el fiscal, acordaron colarse de madrugada -a las 3,30 horas- en la habitación de Matilde para robarle sus pertenencias. Lo hicieron por una ventana, tras comprobar que la mujer estaba dormida.
Pero hubo un imprevisto. Cuando estaban dentro de la habitación la sirena de una mezquita cercana sonó y ese ruido despertó a Matilde -natural de Ferrol y afincada en Mallorca- lo que obligó, según la Fiscalía, a un cambio en el plan urdido por los ladrones.
Días felices de Matilde Muñoz en Lombok, Indonesia, en enero pasado
Al verse descubiertos, la turista conocía al menos a uno de ellos con el que días antes habían tenido un altercado, los dos hombres no lo dudaron. Para evitar ser delatados empezaron a golpear de forma muy violenta a la mujer. Después se sentaron encima de ella hasta que murió asfixiada. La existencia de ese altercado previo fue recalcado por el fiscal al apuntar que además del móvil del robo pudo haber en este caso “un ánimo de venganza”
El fiscal incluyó en su exposición más detalles de ese asalto. Corroboró que los presuntos asesinos se llevaron un botín de 3 millones de rupias, 182 euros al cambio, dos tarjetas de crédito de la mujer, dos billetes en moneda extranjera y su teléfono móvil, de la marca Samsung. Gracias a ese aparato, que después los ladrones vendieron a una tercera persona, la policía indonesia pudo tirar del hilo que les llevó a los sospechosos. Lo encontraron por su geolocalización.
Un mísero botín de 182 euros y una larga angustia para la familia el tener escondido casi dos meses el cadáver
Cometido el crimen, los dos supuestos asesinos -continuó el fiscal- se preocuparon de esconder el cadáver. Primero lo dejaron en un cuarto de máquinas del propio hotel, en el que apenas entraba nadie. Después lo trasladaron a un basurero cercano y volvieron a moverlo más tarde para enterrarlo en una playa próxima. Allí fue localizado el cadáver de Matilde a finales de agosto, casi dos meses después de su muerte. La Policía no empezó a investigar hasta el 13 de agosto, mes y medio después del crimen.
El lugar donde ha aparecido el cadáver de Matilde Muñoz; en una playa a escasos metros del hotel en el que se alojaba
La próxima vista de este juicio se ha señalado para el próximo 7 de enero. El tribunal se ha marcado ningún calendario, así que se desconocen cuánto tiempo puede prolongarse. La familia de Matilde había pedido en repetidas ocasiones que la investigación no se cerrara solo con estos dos sospechosos, al estar convencida de que otros empleados del hotel que Matilde consideraba como “su casa” están implicados en el crimen. Nadie les ha hecho caso.
Nacida en Ferrol (A Coruña) y afincada en Mallorca, Matilde Muñoz pasaba largas temporadas, desde hacía ya años, en Lombok. Estaba enamorada de esa isla en la que encontró la muerte.
