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El embarazo después del cáncer es posible

Fertilidad

Las técnicas de preservación ayudan a conservar la capacidad reproductiva tras la enfermedad

La técnica de preservación de la fertilidad más utilizada en las mujeres es la congelación de óvulos

Getty Images/EyeEm

En España, la edad media de maternidad ronda los 32 años, una cifra que sigue en aumento año tras año. A medida que la edad avanza, la fertilidad se reduce y los riesgos asociados se incrementan. Pero no todo son malas noticias: existen diversos procedimientos médicos que permiten preservar la capacidad de concebir en el futuro, una opción conocida como preservación de la fertilidad. 

Estas técnicas también se utilizan en mujeres y hombres que deben someterse a tratamientos médicos agresivos que podrían afectar su función reproductiva. “La intención es que, una vez superada aquella enfermedad, en un futuro se pueda conseguir el embarazo”, explica la doctora Dolors Manau, ginecóloga del Hospital Clínic Barcelona.

Para determinar si una persona puede recibir una técnica de preservación de la fertilidad, se lleva a cabo una evaluación multidisciplinar. En este proceso, se valoran el estadio de la enfermedad, el pronóstico y los posibles riesgos del procedimiento.

En el caso de las mujeres, la edad y el estado de reserva ovárica son factores clave, ya que el riesgo de disfunción ovárica es determinante a la hora de decidir si se realiza o no la preservación. “La efectividad de estas técnicas viene condicionada básicamente por la propia calidad de los gametos”, explica la doctora Manau.

La efectividad de estas técnicas viene condicionada básicamente por la propia calidad de los gametos

Staff WriterGinecóloga del Hospital Clínic Barcelona

La reserva ovárica hace referencia a la cantidad y calidad de óvulos que tiene una mujer. Su disminución con la edad se debe a la pérdida folicular —los óvulos se encuentran dentro de los folículos, por lo que, al perder los folículos, también se pierden óvulos– y al envejecimiento de los óvulos, que afecta su calidad. “Una mujer más joven tendrá más óvulos y de mayor calidad que una mujer mayor”, apunta la doctora Manau. Por esta razón, la probabilidad de embarazo disminuye notablemente con la edad.

Esta pérdida folicular puede acelerarse con determinados tratamientos oncológicos, conocidos como gonadotóxicos, como la quimioterapia o la radioterapia. Estos fármacos, utilizados principalmente para tratar el cáncer o enfermedades autoinmunológicas, pueden llegar a agotar los folículos y provocar una menopausia temprana. Debido al alto riesgo de daño ovárico, es fundamental evaluar a la paciente antes de iniciar el tratamiento para determinar si se puede aplicar una técnica de preservación de la fertilidad.

La técnica de preservación de la fertilidad más utilizada en las mujeres es la congelación de óvulos, también conocida como criopreservación de ovocitos. Es más recomendable siempre que haya tiempo suficiente antes de iniciar el tratamiento gonadotóxico y la mujer cuente con una reserva ovárica adecuada. El procedimiento consiste en la administración de hormonas para estimular los ovarios, seguida de una extracción de los óvulos en el quirófano, que posteriormente se congelan y se almacenan en el laboratorio.

Cuando no hay margen para realizar esta técnica —el proceso de estimulación requiere unos 10 o 12 días— y es necesario iniciar el tratamiento gonadotóxico de inmediato, se recurre a la criopreservación del córtex ovárico. “Esta es una técnica actualmente considerada experimental en Europa”, explica la doctora Aina Borrás, ginecóloga del Hospital Clínic Barcelona. Consiste en la congelación de la corteza del ovario, que, tras superar la enfermedad, se descongela y se reimplanta para recuperar su función.

Otra técnica experimental es la quimioprotección, que consiste en la administración de fármacos para reducir la pérdida de folículos ováricos durante la quimioterapia. Por último, en casos de cáncer de cuello de útero o de ovario, pueden considerarse intervenciones quirúrgicas destinadas a preservar la integridad de los ovarios o del útero. Esto es especialmente relevante cuando se requiere un tratamiento agresivo en la zona pélvica, como la cirugía ovárica conservadora o la extirpación del cuello uterino.

Estas técnicas no tienen efectos secundarios como tales, sino que debemos tener presente las peculiaridades de cada una

Staff WriterGinecóloga del Hospital Clínic Barcelona

Aunque la congelación de óvulos es la técnica más demandada, todos los métodos de preservación son seguros para la paciente. “Estas técnicas no tienen efectos secundarios como tales, sino que debemos tener presente las peculiaridades de cada una”, señala la doctora Aina Borrás, ginecóloga del Hospital Clínic Barcelona.

Además, en los últimos años, el interés por la investigación clínica y experimental en este campo ha ido en aumento, lo que podría mejorar estas técnicas e incluso la incorporación de nuevos procedimientos. Los avances científicos se centran en la optimización de la preservación del tejido ovárico, el aumento de la supervivencia de los ovocitos, embriones y tejido ovárico, la activación del tejido con diversos fármacos y el perfeccionamiento de los medios de cultivo celulares.

En el caso de los hombres que deben pasar por tratamientos potencialmente esterilizantes, la opción más utilizada es la criopreservación del semen, una técnica que ha mejorado significativamente gracias a los avances en los métodos de congelación en laboratorio. Este procedimiento se debe ofrecer antes de empezar la terapia oncológica, independientemente de la calidad del semen. Consiste en la congelación y almacenamiento de muestras de semen para su posterior uso en Técnicas de Reproducción Asistida.