Las claves para entender el 'codo de tenista'

SALUD

La epicondilitis es una lesión común entre personas que realizan movimientos repetitivos con los brazos, ya sea por trabajo, deporte o actividades cotidianas, y causa un dolor que puede extenderse hasta la mano

Imagen de la pasada edición del Trofeo de Godó, Open Banc Sabadell en Barcelona

Imagen de la pasada edición del Trofeo de Godó, Open Banc Sabadell en Barcelona

Pedro Salado / Barcelona Open Banc Sabadell

Este 12 de abril arranca el Torneo Conde de Godó de Barcelona, por lo que volveremos a oír hablar de una de las dolencias más comunes del tenis: la epicondilitis, más conocida como codo de tenista. Sin embargo, esta dolencia no es exclusiva de deportistas profesionales. Se trata de una lesión que es bastante común en personas que realizan movimientos repetitivos con los brazos, ya sea por trabajo, deporte o actividades diarias.

Según explican especialistas del Centro Médico Teknon, que repite como Servicio Médico Oficial del torneo, la epicondilitis se manifiesta habitualmente con dolor en la cara externa del codo. Este dolor puede extenderse hacia el antebrazo e incluso a la mano, dificultando actividades tan simples como levantar una taza, abrir una puerta o realizar cualquier movimiento que implique fuerza o giro del brazo, aclaran los expertos de este Centro Médico perteneciente al Grupo Quirónsalud.

Por su parte, el doctor Ignacio Pérez Buendía, especialista de la Unidad de Medicina y Traumatología Deportiva de la Clínica Tenis Teknon, “el origen de la epicondilitis suele deberse a una sobrecarga repetida en los tendones que conectan los músculos del antebrazo con el hueso del codo. Este estrés repetido genera microlesiones que acaban provocando inflamación y dolor crónico”.

Doctor Ignacio Pérez Buendía, especialista de la Unidad de Medicina y Traumatología Deportiva de la Clínica Tenis Teknon

Doctor Ignacio Pérez Buendía, especialista de la Unidad de Medicina y Traumatología Deportiva de la Clínica Tenis Teknon

Quironsalud

Diagnóstico precoz

El diagnóstico precoz es esencial para evitar complicaciones mayores. Una correcta exploración médica puede bastar en muchas ocasiones, aunque en casos más severos es importante realizar pruebas complementarias como la ecografía o la resonancia magnética, que permiten evaluar con precisión el grado de lesión.

Una pregunta recurrente entre los pacientes es si existe un tratamiento eficaz sin cirugía. La mayoría de los casos mejoran significativamente con tratamientos conservadores. El reposo relativo, la aplicación de frío local y, sobre todo, la fisioterapia especializada son las bases iniciales del tratamiento.

Dolencia dolorosa

El dolor puede extenderse incluso hacia la mano, dificultando actividades tan simples como levantar una taza o abrir una puerta

Las técnicas empleadas en fisioterapia incluyen estiramientos específicos, ejercicios de fortalecimiento muscular gradual, ultrasonido terapéutico y técnicas de liberación miofascial. Asimismo, en fases más avanzadas, puede recurrirse a terapias infiltrativas, como las ondas de choque o la infiltración de plasma rico en plaquetas (PRP), que favorecen la regeneración natural de los tejidos.

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Lesión del codo del tenista

Quironsalud

Pero ¿qué ocurre si estas técnicas conservadoras no bastan para resolver el problema? En estos casos, la cirugía se presenta como una solución altamente efectiva. La cirugía suele reservarse para casos que no responden al tratamiento conservador después de seis a doce meses. Se trata generalmente de una intervención sencilla y de corta duración, que busca reparar y aliviar la presión sobre el tendón afectado.

Cómo prevenir

En cuanto a la prevención, el Dr. Pérez Buendía aconseja evitar movimientos repetitivos prolongados, adoptar posturas ergonómicas adecuadas en el trabajo y realizar pausas frecuentes si la actividad es muy exigente para los brazos. Además, es fundamental el fortalecimiento muscular específico del antebrazo como medida preventiva efectiva.

Una solución muy efectiva

La cirugía suele reservarse para casos que no responden al tratamiento conservador después de pasar seis meses o un año

Un error habitual es subestimar la lesión y seguir realizando la actividad que la causó sin permitir un reposo adecuado. Muchas personas intentan aguantar el dolor o simplemente toman antiinflamatorios, lo que solo enmascara temporalmente la situación y puede empeorarla a largo plazo.

Por ello, el especialista recomienda acudir al médico ante los primeros síntomas de dolor persistente, ya que un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado marcan la diferencia en la recuperación del paciente.

La epicondilitis es, por tanto, una lesión común pero tratable. Con una combinación adecuada de descanso, terapia física especializada y, en casos extremos, intervención quirúrgica, la mayoría de las personas logran una recuperación completa y retoman sus actividades sin limitaciones. Como concluye el Dr. Pérez Buendía, “tratar la epicondilitis a tiempo es clave para una recuperación total”

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