El hospital de Palamós, en el Baix Empordà (Girona) permitirá que un familiar acompañe a un niño en las operaciones pediátricas.
El objetivo es reducir el estrés y la angustia que puede generar la intervención en el menor. El familiar podrá estar presente durante el momento de la anestesia para acompañar al niño y después se irá para que se pueda realizar la intervención con normalidad.
Desde el hospital explican que, aparte de reducir la angustia al pequeño, el acompañamiento repercute en mayor seguridad, ya que los padres participan en todo el proceso previo a la operación.
Una vez terminada, y previo aviso del personal sanitario, el familiar podrá volver a estar con la criatura en el área de reanimación y, de esta forma, se asegura que sea la primera persona que ve.
La supervisora del bloque quirúrgico del hospital de Palamós, Raquel Górriz, señala que el proyecto nace de la “convicción” de los profesionales para tratar de reducir al máximo las angustias relacionadas con la intervención, siempre que el espacio y cada caso lo posibiliten.
Desde el centro señalan que la medida se enmarca dentro de la estrategia interna de “humanización de la asistencia para hacerla más atenta, cercana y amable y promovida por una comisión”. De hecho, hace más de tres años que se permite el acompañamiento en las cesáreas realizadas en el hospital y que en un principio se inició con las cesáreas programadas y ahora se realiza en todas, siempre que así la paciente lo solicite.
Esta medida garantiza también el derecho recogido en la Convención sobre los derechos de la infancia de Naciones Unidas y en la Carta Europea de los derechos de los niños y adolescentes hospitalizados, que asegura que pueden ser acompañadas por sus personas referentes o cuidadoras durante cualquier procedimiento médico que implique dolor, ansiedad o miedo.