La voz es nuestra carta de presentación y cuando se altera de forma persistente puede ser una señal de alerta. La disfonía, ese estado de ronquera o de voz fatigada que muchos normalizan, puede esconder desde un simple abuso vocal hasta problemas como reflujo, lesiones en las cuerdas vocales, o incluso enfermedades neurológicas. Saber cuándo consultar a un especialista es clave para cuidar la salud de la voz y prevenir complicaciones mayores.
De hecho, y como pauta general, los expertos precisan que si esa afonía o disfonía dura menos de una semana, suele ser causada por una infección viral o por un abuso vocal temporal. “Si persiste más de dos semanas es recomendable consultar a un médico para diagnosticar la causa de la alteración de la voz”, advierte el doctor Josep Antoni Roura, jefe del Servicio de Otorrinolaringología de Hospital Quirónsalud Barcelona.
Alteración de la voz
Si la disfonía dura más de dos semanas, es conveniente consultar al médico
Eso sí, recuerda que “no es normal quedarse afónico cada vez que se va a un concierto”, especialmente si se repite con frecuencia. Aunque, en ocasiones, dice que esto podría indicar un problema subyacente; habitualmente se debe a una inflamación de la laringe provocada por gritar en exceso, por lo que se debe intentar controlar el abuso al que se exponen las cuerdas vocales”.
El doctor Josep Antoni Roura, jefe del Servicio de Otorrinolaringología de Hospital Quirónsalud Barcelona
Cómo no quedarte afónico en el intento
Con ello, aporta este experto los principales consejos a la hora de evitar las afonías/distonías:
Hidratarse adecuadamente: beber suficiente agua para evitar la sequedad en la vía respiratoria superior, que predispone a procesos inflamatorios.
Evitar el abuso vocal: no gritar, hablar demasiado fuerte o durante períodos prolongados.
Calentar la voz: realizar ejercicios vocales antes de hablar en público o cantar.
Evitar el tabaquismo: el humo del tabaco irrita las cuerdas vocales y puede llegar a originar un tumor canceroso.
Controlar el estrés: el estrés puede afectar a la voz por afectar a la técnica vocal por mala coordinación de fonación y respiración, mala coordinación de la musculatura implicada en la fonación, o mala proyección de la voz a las cavidades resonantes.
Es importante consultar a un especialista en otorrinolaringología si tienes problemas vocales persistentes.
¿Cómo distinguir una afonía de una disfonía?
En este punto, este otorrinolaringólogo recuerda que la afonía implica una pérdida significativa o total de la voz; mientras que la disfonía, otro trastorno de la voz, afecta a la calidad, al tono, o al volumen de la voz, dificultando la comunicación efectiva.
“La disfonía y la afonía son trastornos de la voz, pero se diferencian en su gravedad y síntomas. La disfonía supone dificultad para hablar con una voz normal, con sonoridad ronca, débil, áspera o fatigada. La afonía implica pérdida total o casi total de la voz con incapacidad para producir sonidos vocales. En resumen, la disfonía implica una alteración en la calidad de la voz, mientras que la afonía implica una pérdida significativa o total de la voz”, detalla el especialista del Hospital Quirónsalud Barcelona.
Trastornos vocales
La disfonía implica una alteración en la calidad de la voz, mientras que la afonía causa una pérdida parcial o total de la voz”
De hecho, entre las causas más comunes de disfonía constante o recurrente el doctor Josep Antoni Roure cita a las siguientes:
Abuso vocal: gritar, hablar demasiado fuerte o durante períodos prolongados, o incluso puntualmente; de esta manera, se puede provocar una inflamación de las cuerdas vocales tanto aguda como permanente.
Lesiones inflamatorias benignas como nódulos o pólipos en las cuerdas vocales: son engrosamientos benignos provocados principalmente por el rozamiento que causa el esfuerzo vocal inadecuado que afectan la vibración de las cuerdas vocales; y pueden darse otras lesiones inflamatorias vocales, tales como quistes y edemas.
Reflujo gastroesofágico: el ácido gástrico puede irritar las cuerdas vocales.
Infecciones respiratorias: los resfriados comunes y las infecciones de la vía respiratoria en general pueden afectar a la voz.
Tabaquismo: el humo del tabaco inflama de manera crónica las cuerdas vocales y si se mantiene puede llegar a causar cáncer de laringe, que es un tumor de alta prevalencia en los fumadores.
Condiciones neurológicas: muchas enfermedades neuromusculares pueden expresarse por la afectación de la movilidad de las cuerdas vocales, tales como la Enfermedad de Parkinson, la distonía laríngea primaria y muchas otras; también se puede producir parálisis de las cuerdas vocales por lesión del nervio recurrente, que es el conduce su impulso motor, y puede verse afectado por tumoraciones en su trayecto, por ejemplo, en la glándula tiroides o en la caja torácica.
Factores hormonales: cambios hormonales durante la menopausia o en el embarazo.
