Ansiedad, depresión, adicciones, trastorno bipolar, esquizofrenia… términos que sirven para designar algunos trastornos que, pese a los indudables avances, aún siguen rodeados de estigmas y prejuicios que a menudo dificultan su correcto diagnóstico y tratamiento. En muchos casos, este tipo de barreras culturales impiden que seamos conscientes de que los problemas de salud mental son mucho más frecuentes de lo que pensamos. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que una de cada cuatro personas experimentará alguno de ellos a lo largo de su vida.
Esta cifra, lejos de ser una fría estadística, representa una realidad ineludible con la que deben convivir a diario millones de personas en todo el mundo y que, sin duda, constituye uno de los grandes retos en materia de salud pública de nuestro tiempo. La complejidad de estos problemas, que combinan factores biológicos y condicionantes sociales, exige una aproximación multidisciplinar rigurosa, basada en la evidencia.
A menudo las personas que conviven con un problema de salud mental se enfrentan no solo a los síntomas, sino también a la incomprensión social y la falta de recursos asistenciales adecuados
Cuando hablamos de salud mental nos asaltan diversas preguntas: ¿Qué avances se están logrando en el abordaje de estos trastornos? ¿Cómo podemos garantizar una atención más temprana y eficaz? ¿Qué papel juegan la biología y los condicionantes sociales en su desarrollo? ¿Qué pueden hacer la investigación, la innovación y las políticas públicas para transformar la salud mental del futuro? Estas y otras cuestiones importantes serán abordadas en un interesante debate, organizado por la Fundación “la Caixa”, titulado “Salud mental: la gran asignatura pendiente” que podrá seguirse en línea el miércoles, 22 de octubre a las 19 h, inscribiéndose previamente en su página web.
Debate online de Investigación en Salud de la Fundación “la Caixa”
En dicho encuentro asistirán Enrique Baca García, catedrático de Psiquiatría en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), y jefe del Departamento de Psiquiatría del Hospital Universitario Rey Juan Carlos (HURJC), del Hospital Universitario Infanta Elena (HUIE) y del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (HUFJD); Josep Maria Haro Abad, director de la Unidad de Docencia, Investigación e Innovación del Parc Sanitari Sant Joan de Déu de Sant Boi de Llobregat, investigador del Institut de Recerca Sant Joan de Déu y del CIBER de Salud Mental (CIBERSAM), y profesor asociado de Medicina en la Universitat de Barcelona; y Víctor Pérez Sola, director del Área Asistencia y Médica del Hospital del Mar de Barcelona, investigador del Hospital del Mar Research Institute (HMRIB) y del CIBER de Salud Mental (CIBERSAM), y profesor titular de Psiquiatría en la Universitat Pompeu Fabra.
La investigación, una herramienta esencial para derribar estigmas
Durante décadas, el debate en torno a la salud mental se ha movido entre dos polos: la priorización de los aspectos biológicos y la enfatización de los determinantes sociales. Sin embargo, la investigación de vanguardia demuestra que esta dicotomía es artificial e impide avanzar en la comprensión real de los trastornos. La ciencia actual busca integrar ambas visiones, reconociendo que la genética y la neurobiología interactúan constantemente con el entorno, las condiciones de vida y las experiencias personales.
Con frecuencia, quienes conviven con un problema de salud mental se enfrentan no solo a los síntomas, sino también a la incomprensión social y la falta de recursos asistenciales adecuados. En España, la salud mental ha sido históricamente descuidada, con una inversión muy por debajo de la de otros países de nuestro entorno y una escasez crítica de profesionales. Esto se traduce en largas listas de espera para recibir psicoterapia y una excesiva dependencia de la medicación como respuesta para tratar malestares que pueden requerir otros apoyos.
La investigación en este campo avanza rápidamente con proyectos centrados en desarrollar nuevos abordajes terapéuticos, identificar biomarcadores de riesgo, reforzar la prevención, comprender mejor la interacción entre factores biológicos y condicionantes sociales, e impulsar modelos integrales de atención
Hoy, nuestro país lidera el consumo mundial de ansiolíticos y tranquilizantes. Además, el retraso en el diagnóstico y el tratamiento incrementan el riesgo de aislamiento, las dificultades académicas o laborales y el empeoramiento del cuadro clínico. Afortunadamente, la investigación en este campo avanza con rapidez gracias a proyectos centrados en desarrollar nuevos abordajes terapéuticos, identificar biomarcadores de riesgo, reforzar la prevención, comprender mejor la interacción entre biología y factores sociales, e impulsar modelos integrales de atención.
Los principales desafíos
Los especialistas coinciden en que la psiquiatría y la salud mental se enfrentan a tres grandes retos. El primero es la prevención. Durante años se pensó que en materia de salud mental no se podía actuar con anticipación, pero hoy sabemos que sí es posible. Esto es especialmente eficaz en la infancia y la adolescencia. Por eso, cada vez más profesionales trabajan para implementar desde edades tempranas intervenciones que se han demostrado efectivas, como la prevención del suicidio o la depresión. En algunos países, incluso se ha incorporado al temario educativo aspectos relacionados con la prevención de la salud mental para que niños y adolescentes aprendan a reconocer y gestionar sus propias emociones.
El segundo gran reto está ligado a la genética y la medicina personalizada, que permitirán diagnósticos más certeros y estables a lo largo del tiempo, lo que hará posible mejorar la elección de tratamientos. Por último, el tercer desafío hace alusión a los nuevos abordajes terapéuticos (farmacológicos, psicoterapéuticos o combinaciones de ambos). Entre ellos, encontramos nuevos fármacos antidepresivos de acción ultrarrápida, capaces de aliviar en cuestión de horas una depresión resistente; así como el uso controlado de sustancias psicodélicas que, combinadas con psicoterapia tradicional, ofrecen resultados espectaculares para “resetear” los circuitos cerebrales afectados. Además, la psicoterapia de tercera generación ha demostrado una notable eficacia en el tratamiento de la depresión y la ansiedad.
En algunos países, se ha incorporado al temario educativo aspectos relacionados con la prevención de la salud mental para que niños y adolescentes aprendan a reconocer y gestionar sus propias emociones
Uno de los problemas más graves es el suicidio, estrechamente vinculado a la depresión. La OMS estima que cada año mueren por esta causa cerca de 800.000 personas en todo el mundo. En España fallecen por suicidio más de diez personas cada día. Además, es la principal causa de muerte entre los jóvenes de nuestro país y la segunda a escala global entre quienes tienen de 15 a 29 años. El aumento de los suicidios en las dos últimas décadas exige reforzar las estrategias de prevención y el acceso a atención especializada. Las investigaciones actuales se centran en identificar con precisión a las personas de alto riesgo. Proyectos pioneros utilizan tecnología móvil y sensores para monitorizar en tiempo real patrones de comportamiento y detectar cambios que alerten de una crisis inminente con el objetivo de intervenir a tiempo con herramientas personalizadas.
La población adolescente es especialmente vulnerable. En los últimos veinte años, se han disparado las hospitalizaciones por depresión entre jóvenes, sobre todo en chicas, y se han multiplicado las autolesiones y tentativas de suicidio. Sin duda, la pandemia agravó esta situación, aumentando los trastornos de ansiedad y conducta alimentaria, así como la soledad no deseada. Todo ello refuerza la necesidad urgente de fortalecer la atención infantojuvenil, con más recursos humanos y programas específicos de prevención.
Avanzar en el conocimiento de la salud mental comporta nuevos dilemas a los que dar respuesta. ¿Qué podemos hacer para desterrar definitivamente el estigma en torno a los trastornos mentales? ¿Cómo podemos reducir la excesiva dependencia de los fármacos para pasar a un modelo de atención integral? ¿Estamos ya preparados para aprovechar las ventajas que nos ofrece la innovación terapéutica? Todos estos temas serán abordados en profundidad por especialistas de primer nivel en el próximo Debate online de Investigación en Salud de la Fundación “la Caixa”.
