Los síntomas de un ataque al corazón no son los mismos entre hombres y mujeres. Los informes clínicos a menudo no incluyen factores de riesgo específicos como la historia reproductiva. El factor hormonal puede provocar ictus más graves y frecuentes en las mujeres. Y existen numerosos trastornos que son invalidantes como la fibromialgia y que han sido muy poco investigados por los profesionales de la medicina. El sesgo de género y sexo desaparece de las consultas, pero aún hay muchas mujeres que esperan demasiado para acudir al médico, son mal diagnosticadas o sufren dolores crónicos sin ser atendidas como merecen.
Enfermedades cardiovasculares
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en mujeres y los síntomas pueden ser diferentes entre sexos. Además de la hipertensión arterial, el colesterol alto, la diabetes mellitus o el consumo de tabaco, hay otros factores que predisponen a sufrir estas enfermedades y algunos de ellos son específicos de las mujeres. Desde el Observatorio de Salud destacan que en las historias clínicas se recogen todos los factores de riesgo clásico, pero no los que afectan a las mujeres como “la historia reproductiva, que tiene influencia en el riesgo de desarrollar ECV”. Otros factores que deberían tenerse en cuenta son los antecedentes de tratamientos hormonales de reproducción asistida, los abortos previos, la menopausia precoz, la menarquía temprana, la hipertensión asociada al embarazo o la diabetes gestacional.
En el caso de las enfermedades cardiovasculares, el diagnóstico es crucial y lo es más reconocer los síntomas que son diferentes entre mujeres y hombres. El infarto agudo de miocardio es un ejemplo. Los síntomas generales incluyen dolor torácico que pasa al cuello o a los brazos, sin embargo, en las mujeres se pueden observar otras manifestaciones como dolor en el estómago y debilidad o malestar general. Esto hace que se diagnostique mal o se consulten al médico demasiado tarde.
Trastornos neurológicos
Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), más del 50% de las mujeres desarrollará una enfermedad neurológica a lo largo de su vida. La esperanza de vida media de las mujeres supera en casi cinco años a la de los hombres, lo que las hace más susceptibles a un gran número de enfermedades neurodegenerativas. Pero, además, “influencias ambientales, sociales, culturales o factores hormonales también condicionan diferencias en el desarrollo de ciertas enfermedades neurológicas”.
El ictus es la principal causa de muerte en las mujeres. “El factor hormonal, con efectos protectores en la edad reproductiva, contribuye a explicar parte de las diferencias clínicas de esta enfermedad en las mujeres, lo que influye en ictus más frecuentes, más graves y de peor pronóstico”, comenta la doctora Susana Arias, Vocal de la Sociedad Española de Neurología. “Además, la menstruación, el uso de anticonceptivos, el embarazo y la menopausia son circunstancias que pueden influir en el control de muchas enfermedades neurológicas, sobre todo en aquellas que se diagnostican mayoritariamente en la edad fértil de la mujer, como la esclerosis múltiple, que es tres veces más frecuente en la mujer que en el hombre, o la epilepsia, porque hasta el 25% de las personas con epilepsia son mujeres en edad fértil”.
Existen también ciertos trastornos del movimiento que son más frecuentes en el sexo femenino, como el síndrome de piernas inquietas, donde algunos estudios constatan síntomas más graves e incapacitantes entre las mujeres. También el insomnio es aproximadamente 1,5 veces más común en mujeres que en hombres, y llega a afectar hasta al 40 % de las mujeres mayores de 65 años.
Por otra parte, “las mujeres tienen más riesgo de desarrollar Alzheimer”, según la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). Las causas pueden ser factores hormonales y genéticos específicos que no se han estudiado lo suficiente en mujeres.
Dolor crónico
El dolor crónico lo producen trastornos como la fibromialgia, el dolor lumbar, la artritis reumatoide, las migrañas o el síndrome de la fatiga crónica. “Son más comunes en mujeres, pero a veces se minimizan o se consideran psicológicos”, advierten desde la SEMG. Las consecuencias, según los médicos de familia son “retrasos en el diagnóstico, falta de tratamiento adecuado y estigmatización”.
Según el “Libro blanco. Salud y género”, del Observatorio de Salud, el dolor crónico (DC), reconocido por la OMS, afecta a una cuarta parte de la población adulta española y es una de las principales causas de discapacidad en el mundo. El DC, además, “se ha observado que es más frecuente en las mujeres que en los hombres”, algo que se relaciona con factores hormonales. Los estudios indican también que los síntomas de una misma afección pueden ser diferentes en hombres y mujeres, lo que puede afectar al diagnóstico de la enfermedad e incluso influir en el tratamiento. También la respuesta a los analgésicos es diferente. De hecho, “ocho de cada diez medicamentos comercializados podrían generar más número de reacciones adversas a medicamentos en las mujeres que en los hombres”.
Salud mental
Las mujeres tienen más tasas de depresión, ansiedad, estrés, somatizaciones y trastornos de alimentación. Además, la depresión perinatal afecta entre el 10% y el 15% de las madres, tanto en el embarazo como en el posparto. El mayor riesgo de mala salud entre las mujeres “puede ser debido a factores de riesgo psicosociales” relacionados con aspectos socioeconómicos y de género, reconocen desde el Observatorio de Salud. Estos factores serían sobrecarga laboral y de cuidados y la brecha salarial “que condicionan una mayor exposición de las mujeres a la pobreza y al exceso de trabajo, la discriminación por razones sociales o económicas y la violencia de género”.
