El control reproductivo a través de la historia

Salud & Vida

Desde las primeras civilizaciones, el ser humano ha investigado en diversas técnicas contraceptivas para evitar embarazos no deseados. Esto ha resultado esencial para la conquista de la libertad de las mujeres

Las técnicas contraceptivas han resultado esenciales para la conquista de la libertad de las mujeres

Las técnicas contraceptivas han resultado esenciales para la conquista de la libertad de las mujeres 

Julia Amaral

No sabemos en qué momento exacto el ser humano dejó de concebir la sexualidad como una función meramente reproductora, para empezar a asociarla con el placer. Como bien explicó el médico ginecólogo y académico de la Real Academia Nacional de Medicina de España José Antonio Clavero Núñez, la necesidad de la anticoncepción no debió surgir realmente hasta que nuestros antepasados prehistóricos relacionaron el coito con la fecundación, cosa que pudo suceder “a finales de la Edad de Cobre o principios de la Edad de Bronce, es decir unos 2.000 años a.C.” 

Con el paso de los siglos, los diferentes métodos de control reproductivo, progresivamente más eficaces, contribuirán a la liberación sexual de la mujer. Los primeros métodos que se mencionan para impedir el embarazo se remontan ya al Antiguo Egipto. En el año 460 a.C., Hipócrates, en su tratado Enfermedades de la mujer, afirma que el momento fértil tiene lugar después de la menstruación. Durante tiempo, la técnica de control más rudimentaria, el coitus interruptus, se impone. 

Más tarde, religiones como la cristiana mostrarán su oposición a los métodos contraceptivos, especialmente a partir de Agustín de Hipona. Su doctrina sentará cátedra durante siglos: El Canon eclesiástico 1.055, de 1983, insistirá en que la alianza matrimonial está destinada a la generación y educación de la prole. 

La contracepción en la era de la ciencia

Estados Unidos legaliza la contracepción en 1960, y finalmente España se sumará a ello el 10 de agosto de 1978, lo que permitirá que puedan empezar a abrirse al público las consultas de Planificación Familiar. Antes, en 1843, el químico Charles Goodyear había conseguido la vulcanización del caucho, un proceso que permitió la fabricación de preservativos o neumáticos. En la década siguiente estarían ya disponibles los condones de caucho, y en los años veinte del pasado siglo empezarían a llegar los de látex.

Hipócrates ya había descrito en sus textos que la introducción de un cuerpo extraño en el útero de los animales conseguía la esterilidad, pero el primer dispositivo intrauterino no llegó realmente hasta 1909, cuando el médico alemán Richard Richter creó un anillo de seda que funcionaba como DIU, y que sería perfeccionado por Ernst Gräfenberg (que optó por sustituir la seda por alambre de plata).

España no legalizó la píldora  anticonceptiva hasta 1978, casi tres años
después de la muerte de Franco

Diversas investigaciones permitieron que, en los años cincuenta del pasado siglo, se administraran las primeras píldoras anticonceptivas, aún con altas dosis de hormonas que producían numerosos efectos secundarios. Los avances de la cirugía darían lugar, a las técnicas quirúrgicas para las mujeres (la ligadura tubárica) y los hombres (la vasectomía).

Las posteriores aportaciones de los implantes subdérmicos o los parches (unida a la posibilidad de la anticoncepción de emergencia, conocida como “la píldora del día después”) contribuirán aún más, junto a los avances en derechos, a que las mujeres puedan ser dueñas por fin de su sexualidad, desligándola, si así lo desean, de la obligación de la procreación; una lenta conquista hacia la libertad en la que la ciencia ha jugado un papel esencial.

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