La gente gritaba y se empujaba unos a otros a la sombra de la puerta principal del cavernoso almacén, mientras otros arrancaban pedazos de las paredes de metal en un intento de entrar. Se podían ver decenas de personas cargando grandes bolsas de harina mientras se abrían paso hacia la luz del sol entre la multitud que presionaba para entrar. Cada bolsa de harina pesa alrededor de 25 kilogramos. Los palestinos están cada vez más desesperados por la falta de alimentos tras casi tres meses de cierres de fronteras israelíes. Han empujado a Gaza al borde de la hambruna.
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