La antigua fortaleza medieval, en el municipio de Bormes-les-Mimosas, está en lo alto de un islote –hoy unido artificialmente al continente–, con una vista espectacular y un soberbio jardín. Enclave estratégico, su función militar fue importante. Durante la Revolución Francesa, cuando Napoleón Bonaparte era inspector de costas, el futuro emperador hizo instalar 23 cañones. El lugar permite todavía un gran aislamiento y seguridad a sus moradores. A Macron le gusta pasearse en barca y, al menos una vez durante su estancia veraniega, salir a cenar con Brigitte al pueblo y saludar a la gente.
Mostrar comentarios