Tras más de nueve meses de bombardeos y asedio, Gaza “es irreconocible”, afirma Yanira Gómez, enviada especial de La Vanguardia en Jerusalén. “No queda nada de antes del 7 de octubre de 2023. Cualquier aspecto de la vida de los palestinos ha quedado destruido, desde la agricultura, el deporte o la cultura, hasta la misma situación humanitaria que vemos en la distancia”. Gómez recalca que las imágenes hablan por sí solas: “Sólo hay ruina, destrucción y será muy difícil un futuro para el después de Gaza”.
La escasez de alimentos es una constante que condena a la población a la desnutrición. “En redes sociales hay muchos palestinos que están denominando, por muy duro que suene, este reparto de ayuda como unos juegos olímpicos de la hambruna, porque el que más corre, el que más recursos tiene o más fuerza física es quien está pudiendo arañar algo del reparto de ayuda”, relata Gómez. La situación se agrava por la desesperación, con saqueos y enfrentamientos incluso mortales en los puntos de distribución: “Estamos hablando de situaciones de asesinatos de palestinos al ir a buscar alguna caja o algún alimento”.
La periodista destaca además el frágil estado de Hamás: “El liderazgo obviamente está descabezado tanto política como militarmente, aunque siguen reteniendo a 50 rehenes en la franja”. Gómez explica que las protestas contra la organización han crecido, pero están sofocadas por la emergencia humanitaria: “Muchos palestinos han salido a protestar en contra de Hamás reclamando que ceda, pero la crisis les paraliza”.
En cuanto al futuro político, Gómez señala que la posible anexión israelí de Gaza es más una “amenaza” aún sin concreción, filtrada desde mandos israelíes: “Lo que hemos visto es una ocupación y una invasión con destrucción y control a futuro de la franja de Gaza, además de amenazas de transferir a los dos millones de palestinos fuera”. De momento, recalca, “todo está ligado a unos diálogos totalmente paralizados”.
Por último, Gómez recoge el sentir de la población ante la implicación occidental: “Tanto en Gaza como en Cisjordania ocupada y Jerusalén, del lado de los palestinos es mucha decepción, un no entender por qué no hay más acciones severas contra Israel”. El reconocimiento simbólico del Estado palestino por parte de algunos países, añade, “para la población resulta poco. El reclamo es que haya sanciones y acciones más concretas, no solo gestos simbólicos”