Esperanzas y dudas en las negociaciones de paz para Gaza
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Hamas, actor complejo y desafío principal, condiciona las negociaciones impulsadas desde Egipto para poner fin al conflicto
Hamas, actor complejo y desafío principal, condiciona las negociaciones impulsadas desde Egipto para poner fin al conflicto
El mundo observa con atención los avances en la propuesta de paz para Oriente Próximo impulsada por Estados Unidos y respaldada por Israel, en un contexto marcado por la violencia y el impacto del atentado terrorista que cambió la región hace casi dos años. “La propuesta de Trump llega en un momento de máxima presión sobre Israel y con toda la comunidad internacional aferrándose a cualquier esperanza de paz”, explica Dani Caruncho, periodista internacional de La Vanguardia.
Hamas, interlocutor fundamental en las negociaciones, es un grupo con múltiples dimensiones. “Hamas es muchas cosas... es un grupo terrorista que ha apostado por la lucha armada, pero también es un actor político que ganó las elecciones en Gaza en 2006 y tiene una estructura de poder”, señala Caruncho. Precisamente esta dualidad complica el diseño y la implementación de un acuerdo, ya que conviven miembros de su brazo militar y su buró político, este último asistiendo a las conversaciones en Egipto.
La propuesta de paz tiene puntos fuertes pero también debilidades importantes. Según Caruncho, “el plan deja muchas cosas en el aire, como la retirada del ejército israelí sin fechas concretas, el desarme de Hamas sin garantías claras, y la solución del Estado palestino que no está definida”. Estas líneas rojas son difíciles de superar y generan dudas sobre la efectividad y continuidad del plan más allá de las negociaciones iniciales.
Uno de los temas clave de la negociación es la liberación de los rehenes israelíes. “Jamás Hamás dijo que estaba conforme con liberar a los rehenes que todavía tienen, la cuestión es qué garantías va a pedir a cambio, y si Israel aceptará esas exigencias, lo cual parece complicado”, afirma el periodista. Se estima que Hamas mantiene a 48 rehenes, de los cuales solo 20 estarían vivos, lo que añade incertidumbre al proceso.
Por último, sobre la postura de los países árabes, Caruncho destaca que “el conflicto palestino es un problema de primer orden para su seguridad interna; temen que las protestas en apoyo a Palestina puedan desencadenar movimientos contra sus propios gobiernos”. En este contexto, menciona a Egipto y Qatar como países claves que lideran las negociaciones y equilibran sus relaciones con Israel y Palestina mientras tratan de evitar una crisis migratoria masiva que debilitaría aún más la región.
Este complejo escenario deja una esperanza contenida. “Ha abierto una ventana de oportunidad, y esperamos que pronto podamos hablar de un desenlace feliz,” concluye Dani Caruncho, en medio de la incertidumbre y la tensión que marca esta contienda.