La situación en Gaza sigue marcada por una calma tensa tras la firma del alto el fuego, aunque los ataques puntuales no cesan. Xavier Mas de Xaxàs, corresponsal diplomático de La Vanguardia, señala que “ayer unos drones israelíes mataron a tres personas en un ataque en el este”, una muestra de que “la guerra no ha terminado, lo que hemos visto es una pausa”. Esta violencia intermitente dificulta cualquier avance hacia la estabilidad.
En cuanto a la reconstrucción, Mas de Xaxàs explica que “es imposible mientras no haya un cese completo de la violencia”, por lo que “la reconstrucción está para mucho más adelante” y “no es ni de hoy, ni para mañana, ni para el mes que viene”. La visión de transformar Gaza en un lugar próspero, comparable a Dubái, “queda muy lejos, porque para llegar a ese escenario hay muchos pasos complicados, siendo el primero el desarme de Hamas”. Sin embargo, “nadie va a desarmar a Hamas voluntariamente”.
El corresponsal también advierte sobre una dinámica militar difícil de frenar: “Es la dinámica propia de un ejército al que le cuesta mucho parar. Cualquier sospecha primero dispara y luego pregunta. Es como una pelota que seguirá rodando aunque vaya más despacio”. Así, la región vive un equilibrio inestable que puede romperse en cualquier momento.
Por otro lado, Mas de Xaxàs destaca la dimensión política y económica del conflicto: “Trump es un hombre de negocios que tiene socios muy importantes en Oriente Medio. Necesita estabilidad en la región para poder desarrollar esos negocios”, mientras la figura del primer ministro Netanyahu está marcada por investigaciones y una posible salida política que dependerá en gran medida de la evolución del conflicto.
Finalmente, el corresponsal apuesta por una reducción gradual de la violencia gracias a “la presión de Trump sobre Netanyahu y de Qatar sobre Hamas”. Esto permitiría “que entre más ayuda humanitaria, se pueda empezar la reconstrucción, aunque sólo con viviendas prefabricadas y no casas aún”. Sin embargo, advierte que Gaza seguirá siendo “un enclave maldito, una cárcel al aire libre controlada por Israel, mientras no se resuelva el problema palestino y se garantice su derecho a la autodeterminación”.