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“No hay paz en Gaza: Israel ha vulnerado 700 veces el alto el fuego”

Claves del día

Helena Pelicano alerta sobre la frágil tregua y la “línea amarilla” que amenaza con dividir la franja para siempre

Helena Pelicano alerta sobre la frágil tregua y la "línea amarilla" que amenaza con dividir la franja para siempre

Dos meses después del plan de paz impulsado por Donald Trump, que prometía la retirada israelí y el desarme de Hamás, la realidad en Gaza dista mucho de la reconciliación. Helena Pelicano, colaboradora de Guyana Guardian en Oriente Próximo, afirma rotundamente: “No, estamos muy lejos todavía del final oficial de este conflicto”. Aunque la primera fase del acuerdo de alto el fuego está concluyendo con la devolución del último rehén israelí fallecido, ninguna parte muestra disposición para avanzar a la segunda etapa, que incluye la salida de Hamás y su sustitución por una fuerza internacional o la Autoridad Palestina.

Las violaciones mutuas han minado la tregua desde su firma. Mientras Israel acusa a Hamás de tiroteos en el sur y errores en la identificación de cuerpos de rehenes, Pelicano denuncia la respuesta israelí: “En el caso de Israel, ha bombardeado hasta en 700 ocasiones la franja de Gaza desde la firma del alto el fuego”. Estas acciones, que incluyen ataques con drones y disparos de tanques desde la “línea amarilla” —la frontera provisional establecida por el Ejército israelí—, ilustran un incumplimiento sistemático que perpetúa la inestabilidad.

A pesar de la reducción en la intensidad de los ataques, la vida cotidiana en Gaza sigue marcada por la devastación. “Prácticamente la totalidad de la franja de Gaza ha quedado arrasada”, explica Pelicano, señalando que la reconstrucción tomará décadas. Sin embargo, algunos gazatíes han regresado a sus ruinas en busca de refugio, reabriendo pequeños mercados gracias a una ayuda humanitaria escasa que alivia la hambruna en el norte, agravada ahora por las lluvias invernales y la falta de alcantarillado.

Signos de resiliencia emergen entre la población, aunque la normalidad es precaria. Un compañero periodista gazatí celebró poder comprar pollo por primera vez en un año y medio, un lujo inalcanzable para la mayoría debido a los precios exorbitantes. Pelicano destaca también bodas masivas y celebraciones pospuestas: “Gente que había retrasado bodas, celebraciones, cumpleaños desde la guerra y que ha decidido ahora mismo aprovechar que no hay tantos ataques para celebrar un poco la vida”.

La “línea amarilla” se erige como el principal obstáculo para la paz, delimitando potencialmente el 60% del territorio gazatí. “Hay políticos dentro del Gobierno de Benjamin Netanyahu que claramente quieren anexionarse esta parte de Gaza”, advierte Pelicano, mientras incidentes con civiles gazatíes que se acercan a la zona provocan disparos israelíes. Hamás y países árabes exigen la retirada, pero sectores militares y políticos israelíes defienden mantenerla como nueva frontera de exclusión, dejando la ayuda humanitaria —aún insuficiente— como herramienta de presión en las negociaciones.