El alfabeto griego pasa de página para dar la bienvenida a la generación Beta, que toma el relevo de la generación Alfa (nacida entre 2010 y 2024). Esta nueva nomenclatura servirá para identificar a aquellas personas que nacerán desde 2025 hasta 2039, una época que estará marcada por la Inteligencia Artificial (IA) y por desafíos sociales de envergadura, como el cambio climático.
Esa es la denominación propuesta por el demógrafo e investigador social de la consultoría australiana McCrindle Research, Mark McCrindle, que aventura que esta generación estará moldeada por completo por las nuevas tecnologías, como ya ocurrió en cierta medida con la Alfa. A esta incipiente generación le acompañarán otros hitos, más allá del tecnológico, porque muchos de ellos vivirán para ver el siglo XXII y se tendrán que hacer cargo de los enormes desafíos y cambios previstos para esa época.
Hábitat natural
Saturados de tecnología

Los expertos recomienden que lo niños no tengan ningún tipo de contacto con los dispositivos durante ale menos sus primeros tres años de vida
Curiosamente, una de las acepciones del término Beta se refiere a la etapa de desarrollo en la que un producto o proyecto está en fase de pruebas. ¿Serán los niños de la generación Beta una suerte de prototipo de la nueva era de la inteligencia artificial? ¿Personas que aún no están listas para su “lanzamiento” al mercado de la vida pero que hacemos servir como una suerte de conejillos de indias para valorar el impacto de este tipo de tecnología, aun desconocida para la mayoría de nosotros, en el desarrollo de la sociedad?
Lo que parece obvia es que la vida de la generación Beta no se entenderá sin la IA o la automatización, prevé este especialista. Estas tecnologías no serán meras espectadoras, sino que estarán completamente integradas en la vida cotidiana, desde la educación y los lugares de trabajo hasta la atención médica y el entretenimiento.
Tomará forma de manera más visible en cuestiones como movilidad, porque los especialistas apuntan a que el transporte autónomo a gran escala; las tecnologías sanitarias ponibles y los entornos virtuales inmersivos también serán cuestiones habituales. Y ya no habrá margen para la sorpresa o la incredulidad, como puede pasar actualmente.
Clasificación
Una generación, un nombre
Aunque no existe un consenso global que clasifique de manera oficial las eras que distinguen una generación de otra, la mayor parte de los antropólogos y otros expertos en sociología toman como referencia las siguientes etapas: a los nacidos entre 1928 y 1945 se les conoce como la generación silenciosa; los baby boomers son los nacidos entre 1946 y 1964; les siguen los millennials o generación Y, nacidos entre 1980 y 1995 (o 1997, según otras referencias); la generación Z abarca a los nacidos entre 1995-1997 y 2009; tras ellos llega la generación Alfa (2010-2024); y a los bebés nacidos a partir del 1 de enero de 2025 y hasta 2039 se les conocerá como la generación Beta.
La comunicación tampoco se entenderá sin las redes sociales, donde la interacción es la norma. Sin embargo, estos especialistas aseguran que su visión será algo distinta: “Encarnará el equilibrio entre la hiperconectividad y la expresión personal. Redefinirán lo que significa pertenecer, combinando las relaciones en persona con las comunidades digitales globales”.
También hablan de un mayor conocimiento en materia de seguridad y respecto entre usuarios, en un ecosistema donde cualquier cosa estará al alcance de un clic el dispositivo.
Asignaturas pendientes
Cambio climático y reto demográfico

Los jóvenes son los abanderados de la lucha contra el cambio climático; los que vengan después podrían sufrir aun más las consecuencias
La tecnología no es lo único que marcará la vida de la generación Beta. Por delante quedan retos como el cambio climático. Las previsiones no son halagüeñas porque, pese a las advertencias de la comunidad científica, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) asegura que las políticas actuales apuntan a un aumento de la temperatura de 2,8 grados para finales de siglo, entre otras consecuencias.
A esa lista de desafíos globales se pueden añadir otros como el reto demográfico, la sostenibilidad, la adaptabilidad y el incremento constante de la desigualdad en todo el mundo, añaden desde esta consultoría.