Prepotentes, arrogantes, necesitados de atención y protagonismo y hambrientos por recibir la admiración de los demás y sentirse superiores al resto. Tras leer esta descripción es posible que te haya venido a la mente al menos una persona de tu entorno, y es que no resulta demasiado complicado toparse con alguien de personalidad narcisista. Además, sus ansias de protagonismo suelen hacer que sea más sencillo identificarlos. Quizás es por ello que se hable tan a menudo acerca de los narcisistas, y, en cambio, no tanto de sus opuestos, los ecoístas.
En el popular mito griego de Narciso, quien se enamoró de su propio reflejo, aparece el personaje de Eco, una ninfa del bosque que, tras intentar expresar su amor hacia Narciso sin éxito, fue cruelmente rechazada por este. Debido a este suceso, Eco se escondió en una cueva hasta desaparecer casi por completo: solo quedó su voz. Tomando esto como base, el psicólogo Craig Malkin planteó el concepto del ‘ecoísmo’, el otro extremo del narcisismo. Los motivos que dan lugar a las personas ecoístas, caracterizadas por una muy baja autoestima, suelen estar vinculados con las figuras de los progenitores. Concretamente, tal y como le sucedió a la propia Eco del mito griego, se relacionan con la influencia perjudicial de padres extremadamente narcisistas, con rasgos controladores y autoritarios.
¿Cómo averiguar si eres una persona ecoísta?
La psicóloga Belén Picado explica cuáles son los rasgos que permiten identificar a las personas con un “alto grado de ecoísmo”. En estos casos, el apoyo profesional sería la principal medida a tomar por parte de quien sospeche poseer esta personalidad ecoísta.
