¿Es lo mismo comer por ansiedad que tener ansiedad por comer?

Psicología y nutrición

Distinguir estas conductas es clave para entender nuestra relación con la comida

¿Existe la adicción a la comida o es un mito?

Hay que saber diferenciar entre comer por ansiedad que tener ansiedad por comer

Hay que saber diferenciar entre comer por ansiedad que tener ansiedad por comer

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La ansiedad y la alimentación mantienen un vínculo estrecho y, a menudo, se confunden los términos “comer por ansiedad” y “tener ansiedad por comer”. Juana Fernández, psicóloga, nutricionista y especialista en neuropsicología, lo explica, “el problema real es la ansiedad, mientras que la comida es sólo un signo. Es fundamental entender por qué comemos y qué emociones lo motivan”.

Comer por ansiedad

Comer por ansiedad es una respuesta al malestar emocional. En estos casos, la comida actúa como un paliativo momentáneo, proporcionando un alivio rápido, aunque temporal. Según Fernández, “la comida no elimina la ansiedad, pero su efecto inmediato puede hacer que desarrollemos una dependencia de ella como herramienta de regulación emocional”. Esto crea un círculo vicioso: la persona busca comida cada vez que experimenta estrés, generando una sensación de alivio seguida de culpa y un refuerzo de la conducta.

El problema radica en que, aunque la comida ofrece un consuelo efímero, la ansiedad que lo provoca no se llega a tratar adecuadamente. Este patrón alimenta la percepción de que la comida es un recurso necesario para lidiar con el malestar emocional, aumentando la dependencia de este mecanismo.

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Ansiedad por comer

Por otro lado, la ansiedad por comer es una reacción obsesiva que surge cuando hay una constante restricción de la alimentación. Fernández aclara que, “la ansiedad por comer no es causada por la comida en sí, sino por el miedo y el control excesivo que generan una compulsión inevitable”. Este fenómeno ocurre cuando la mente entra en un estado de privación dopaminérgica y energética, lo que desencadena un impulso compulsivo por consumir alimentos, especialmente aquellos prohibidos o restringidos.

Este tipo de ansiedad suele aparecer en personas que mantienen dietas restrictivas o patrones de control alimentario. Al limitar el acceso a ciertos alimentos, se crea una hiperconsciencia que, a largo plazo, lleva a episodios de sobreingesta compulsiva.

La diferencia

La distinción entre estos dos comportamientos es vital para el tratamiento adecuado. Si se come por ansiedad, la solución pasa por aprender a gestionar las emociones y encontrar alternativas saludables para enfrentar el estrés. En cambio, la ansiedad por comer requiere desafiar las creencias restrictivas sobre la comida y abordar la relación que se tiene con ella. “Es fundamental dejar de ver la comida como el enemigo y tratar la raíz del problema”, dice Fernández. La clave es comprender que ni la comida ni la ansiedad deben ser vistas de forma aislada. Reconocer la diferencia entre comer por ansiedad y tener ansiedad por comer es un paso esencial para una relación más saludable con la comida y con nosotros mismos.

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