El chupinazo de San Fermín revela que es posible predecir cómo se mueve una muchedumbre

Física de fluidos

Seguir en tiempo real la densidad de personas en un recinto puede ayudar a evitar situaciones peligrosas

El análisis del chupinazo de los Sanfermines ha revelado que el movimiento de una muchedumbre no es caótico, sino predecible

El análisis del chupinazo de los Sanfermines ha revelado que el movimiento de una muchedumbre no es caótico, sino predecible

Bartolo Lab, ENS de Lyon.

¿Cuánta gente cabe en un plato de ducha? Una investigación francoespañola que publica este miércoles la revista Nature ha revelado que en el chupinazo que inaugura cada año los Sanfermines se pueden acumular hasta nueve personas en ese espacio. La aglomeración es tal que la muchedumbre se comporta como un fluido. Pero, al contrario de lo que se creía, su movimiento no es caótico, sino que sigue trayectorias más o menos circulares, predecibles y potencialmente peligrosas: una caída puede ser fatal.

Este tipo de movimientos involuntarios y descontrolados aparecen espontáneamente cuando en un recinto hay más de cuatro personas por metro cuadrado. En Pamplona, grupos de hasta 500 individuos oscilan coordinadamente, sin querer, en una trayectoria casi circular que tardan unos 18 segundos en completar. El vaivén les lleva a recorrer varios metros en sentido horario o antihorario de forma aleatoria. El sentido de giro es imprevisible, pero el resto de variables se pueden predecir en función de la densidad de personas y el tamaño del recinto en el que se encuentren.

El chupinazo de San Fermín revela que es posible predecir cómo se mueve una muchedumbre Video

El vídeo acelerado de los momentos previos al chupinazo inaugural ilustra los movimientos espontáneos, circulares y coordinados de los asistentes. Crédito: Bartolo Lab, ENS de Lyon.

Es por ello que seguir en tiempo real lo apretada que está la gente en un evento puede ayudar a prevenir situaciones de riesgo. Los patrones de movimiento observados cada año en la Plaza del Ayuntamiento de Pamplona también se dieron, por ejemplo, en el festival de música electrónica Love Parade que se celebró en Duisburgo, Alemania, en 2010, antes de la avalancha humana que dejó 511 heridos y 21 muertos. En esos momentos, en el túnel donde ocurrió el desastre, se acumulaban de media ocho personas en cada metro cuadrado.

“Hemos identificado que a partir de cuatro personas por metro cuadrado, en Pamplona se generan estos movimientos, que se pueden detectar de manera fácil, y que son un pequeño signo de alarma. Son una señal de que puede pasar algo, pero no que tenga que pasar. En Pamplona parece que ese peligro se está sorteando”, explica en declaraciones a La Vanguardia Iker Zuriguel, catedrático de Física Aplicada en la Universidad de Navarra, y el ideólogo de la investigación —aunque el experimento lo han coordinado expertos de la Escuela Normal Superior de Lyon, en Francia.

Prevenir situaciones peligrosas

Una cámara que mida la densidad de personas en un festival puede identificar los instantes de riesgo

El experto detalla que el análisis necesario para identificar situaciones de riesgo no es complejo y podría hacerse en tiempo real. Solo hace falta colocar una cámara en un lugar donde se vaya a acumular mucha gente y medir la densidad de personas. Basta con contarlas, no es necesario identificarlas. Sin embargo, no cree necesario intervenir siempre que la aglomeración supere el umbral de riesgo, sino que ve esta medida como una herramienta más a aplicar en los protocolos de seguridad de eventos masivos.

“El chupinazo de Pamplona nos puede servir para aprender por qué no ocurren accidentes aquí. Porque habiendo todo este lío, que hay una densidad de personas altísima, nunca ocurren accidentes”, arguye Zuriguel. Hipotetiza que puede tener que ver con el número de salidas que tiene la plaza del Ayuntamiento —seis calles relativamente anchas— y con el ambiente festivo y no competitivo del evento. En la Love Parade alemana, en cambio, había un solo acceso -tanto de entrada como de salida-, y los asistentes querían entrar a los conciertos sí o sí.

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Además, “lo bueno del chupinazo es que sabemos que va a pasar, la gente que va allí ya sabe que va a vivir esta aglomeración”, sigue. Esta componente social y psicológica probablemente también contribuya a explicar por qué, al menos hasta el momento, la celebración pamplonica es segura, concluye.

Para su investigación, los científicos han grabado y analizado el chupinazo de los años 2019, 2022, 2023 y 2024, mediante cámaras instaladas en las plantas más elevadas de los edificios que rodean la Plaza del Ayuntamiento. Estos análisis, posibles gracias a la alta resolución de los dispositivos de grabación, han ilustrado cómo el recinto se llena progresivamente en la hora previa al lanzamiento del característico cohete y cómo el movimiento de los asistentes pasa de ser caótico a ordenado cuando la aglomeración supera las cuatro personas por metro cuadrado.

Los investigadores han podido describir mediante ecuaciones físicas los fenómenos que observaban, y han demostrado que el movimiento oscilatorio se origina a partir de dos fuerzas complementarias: la propulsión de la muchedumbre —cuando nos empujan caemos hacia adelante y empujamos a la persona siguiente— y el arrastre de cada individuo —la fuerza que hacemos contra el suelo para no caer—. Esta segunda componente intenta oponerse al empuje y es la que provoca la rotación de cada grupo.

Además, el tamaño del recinto también juega un papel. Cuanto más estrecho es, menos tiempo tardan los grupos de personas en completar la trayectoria. Los científicos lo han comprobado gracias a que instantes antes del chupinazo, un grupo de gaiteros parten la plaza en dos y estrechan el espacio disponible. Los vídeos de esos instantes demuestran cómo las oscilaciones se vuelven más frecuentes. Algo similar ocurrió en la Love Parade de 2010: el túnel, de diez metros de ancho, era más estrecho que la Plaza del Ayuntamiento, con lo que los movimientos fueron más rápidos.

Ahora los investigadores quieren replicar sus hallazgos en otros ambientes similares, ya que sus análisis parten de cuatro eventos concretos en un mismo sitio. El mérito de la publicación es que vuelve predecible lo que se creía caótico, y sienta las bases para estudiar cómo se mueven las grandes masas de personas, un campo todavía muy desconocido de la física.

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