Descubierta por primera vez una proteína que causa una reacción autoinmune en la ELA
Avance médico
El hallazgo sienta las bases para desarrollar terapias que frenen la progresión de la enfermedad
La ELA causa una destrucción progresiva de las neuronas motoras
En una investigación que supone un paso de gigante en la comprensión de la ELA (esclerosis lateral amiotrófica) y que sienta las bases para desarrollar tratamientos que frenen su progresión, científicos de EE.UU. han identificado por primera vez una proteína causante de una reacción autoinmune en personas afectadas por la enfermedad neurodegenerativa.
La reacción autoinmune contra la proteína C9orf72 está presente desde el inicio de la ELA, lo que indica que podría tener un papel causal en su origen, aunque es una hipótesis que por ahora no está demostrada, advierten los autores de la investigación. Lo que sí han comprobado es que, cuanto más fuerte es la reacción autoinmune, más corta es la expectativa de supervivencia de los pacientes.
Los autores de la investigación han diseñado una inmunoterapia para mitigar esta reacción autoinmune y tienen previsto ensayarla en ratones, informa a La Vanguardia David Sulzer, neurocientífico de la Universidad de Columbia y codirector de la investigación junto a Alessandro Sette, del Instituto de Inmunología de La Jolla.
El próximo paso será ensayar en ratones una terapia para mitigar el ataque del sistema inmune contra las neuronas motoras
Las personas afectadas por la ELA sufren un deterioro progresivo de las neuronas motoras, que controlan los movimientos tanto voluntarios como involuntarios. La destrucción de estas neuronas lleva a perder de manera progresiva la capacidad de caminar, hablar y respirar. No hay actualmente ningún tratamiento para frenar la progresión de la enfermedad.
La mediana de supervivencia desde el diagnóstico es de entre dos y tres años, aunque hay personas que viven mucho más, como fue el caso del físico Stephen Hawking. En España, donde se producen casi mil casos nuevos al año, la enfermedad ha ganado visibilidad gracias en gran parte al activismo del exfutbolista Juan Carlos Unzué, diagnosticado en 2020.
Juan Carlos Unzué, en un encuentro con lectores de La Vanguardia en febrero de 2024
La causa de la ELA se desconoce, lo que ha impedido desarrollar estrategias para prevenirla o curarla. Aunque se sospecha desde hace tiempo que puede ser una enfermedad autoinmune, en que el sistema de defensa del organismo destruye por error las neuronas motoras, no se había descubierto hasta ahora cuál puede ser la diana que el sistema inmune ataca en la ELA.
La nueva investigación, que se presenta hoy en Nature, ha identificado por fin esta diana (o una de las dianas, ya que podría haber más de una, señalan los autores del trabajo). Se trata de fragmentos de la proteína C9orf72, producida por células del sistema nervioso. Estudios anteriores habían observado que mutaciones en el gen de esta proteína son comunes en personas con ELA. Ahora se ha demostrado que algunas de estas mutaciones provocan una reacción autoinmune.
Cuanto más fuerte es la reacción autoinmune, más corta es la expectativa de supervivencia de los pacientes
Los investigadores han estudiado a 54 pacientes de Estados Unidos, y a 28 personas sanas que se han incluido como controles. Han descubierto que las personas con ELA producen cantidades anormalmente altas de un tipo de células inmunes que atacan la proteína C9orf72. Las células inmunes involucradas en la ELA son linfocitos T CD4+ que provocan una reacción inflamatoria, mientras que en otras enfermedades autoinmunes participan otros tipos de células.
Aunque el ataque de los linfocitos T CD4+ se ha observado en todas las personas con ELA, unas tienen expectativas de supervivencia más largas que otras. La diferencia, según han descubierto los investigadores, es que en algunos pacientes el propio sistema inmune produce moléculas antiinflamatorias que mitigan la inflamación inicial y que frenan la progresión de la enfermedad. Entre ellas destaca la interleucina-10 (o IL-10), producida principalmente por células reguladoras del sistema inmune: cuanto más alto es el nivel de IL-10 en un paciente, mayor es la expectativa de supervivencia.
Los investigadores proponen un tratamiento para frenar la progresión de la ELA basado en células inmunes reguladoras (conocidas entre inmunólogos como células Treg). “Podríamos obtener Tregs de sangre extraída de los pacientes, expandirlas en el laboratorio y volverlas a inyectar. Tendrían la ventaja de ser selectivas para la diana autoinmune del paciente y, como vendrían de la misma persona, no habría un problema de rechazo”, declara David Sulzer en un correo a La Vanguardia. “Nuestro plan es probarlo inicialmente en ratones. Esto nos indicará si podemos bloquear o retrasar sustancialmente la neurodegeneración”.