Al menos 15 personas, entre ellas un niño, murieron el domingo en la playa de Bondi de Sydney en un tiroteo que tuvo lugar ya entrada la tarde, hora local. Las autoridades australianas confirmaron anoche que los dos terroristas son un padre de 50 años y su hijo de 24. El padre murió al ser abatido en el mismo ataque, y el hijo se encuentra en estado crítico. La policía australiana informó de que investigaba el caso como un acto antisemita y terrorista.
El atentado tenía por objetivo el millar de judíos que se habían reunido en esta popular playa de la ciudad australiana para celebrar la Janucá, una festividad que celebra la reedificación del segundo templo de Jerusalén. Al llegar la noche, la policía informó de unos 40 heridos y se especulaba con que el número de fallecidos aumentara a medida que pasaran las horas. Entre los muertos también se encontraban un ciudadano israelí y un conocido rabino británico.
Ya de noche también, una unidad de desactivación de bombas estaba trabajando en varios presuntos artefactos explosivos improvisados, según añadió Mal Lanyon, el comisionado de policía de Nueva Gales de Sur –circunscripción en la que se encuentra Sydney–.
Lanyon explicó en conferencia de prensa que el número de personas fallecidas habría sido mucho mayor de no haber sido por un transeúnte, identificado por los medios locales como Ahmed al Ahmed, de 43 años, propietario de una frutería, quien fue grabado mientras cargaba contra un pistolero por la espalda, forcejeaba con él y le arrebataba un rifle de las manos.
“Hay muchísima gente viva esta noche gracias a su valentía”, declaró Chris Minns, primer ministro del estado de Nueva Gales del Sur, quien calificó al transeúnte como “un auténtico héroe”.
La identidad de los autores de la matanza no se difundió. Sin embargo, Mike Burgess, un alto funcionario de inteligencia australiano, afirmó que uno de los presuntos atacantes era conocido por las autoridades, pero no se le había considerado una amenaza inmediata.
El primer ministro australiano, el laborista Anthony Albanese, convocó una reunión del Consejo de Seguridad Nacional, condenó el ataque y afirmó que la maldad desatada era “incomprensible”. Este es un ataque dirigido contra judíos australianos en el primer día de la Janucá, que debería ser un día de alegría, una celebración de la fe”, declaró. Albanese añadió que, “en este momento sombrío para nuestra nación, nuestra policía y agencias de seguridad están trabajando para identificar a cualquier persona relacionada con este atropello”.
Diversos testigos afirmaron que el tiroteo en la famosa playa, que estaba abarrotada en una calurosa tarde de verano, duró unos 10 minutos y provocó que cientos de personas se dispersaran por la arena y hacia las calles y parques cercanos. “Todos entramos en pánico y también echamos a correr. Así que lo dejamos todo, incluso las chanclas. Simplemente corrimos por la colina”, dijo a la agencia Afp Marcos Carvalho, de 38 años y residente de Bondi Junction, quien estaba recogiendo sus cosas después de un día en la playa cuando escuchó lo que estimó fueron entre 40 y 50 disparos.
Un millar de personas estaban reunidas en una popular playa para celebrar la fiesta judía de la Janucá
Grace Mathew, otra residente de Bondi, declaró que la gente pasó corriendo junto a ella y escuchó disparos. “Al principio, uno piensa que la gente simplemente se lo está pasando bien. Luego, más gente pasó corriendo y gritaba: ‘Hay un tirador, hay un tiroteo masivo y están matando gente’”.
El tiroteo del domingo fue uno de los más graves de una serie de ataques contra sinagogas, edificios y automóviles en Australia desde el inicio de la guerra de Israel en Gaza en octubre del 2023.
La diáspora judía australiana es pequeña, pero está profundamente arraigada en la comunidad, con unas 150.000 personas que se identifican como judías en un país de 27 millones de habitantes. Se estima que alrededor de un tercio de ellas vive en los suburbios del este de Sydney, incluyendo Bondi.
“El ataque es de una magnitud que ninguno de nosotros podría haber imaginado. Es algo horrible”, declaró Alex Ryvchin, codirector ejecutivo del Consejo Ejecutivo del Judaísmo Australiano, a Sky News.
Los tiroteos masivos son poco frecuentes en Australia, uno de los países más seguros del mundo. El ataque del domingo fue el peor desde 1996, cuando un hombre armado mató a 35 personas en una localización turística del estado de Tasmania.
“El antisemitismo no tiene cabida en este mundo. Nuestras oraciones están con las víctimas de este horrible ataque, la comunidad judía y el pueblo de Australia”, escribió el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, en X. No fue el único mandatario internacional que condenó el atentado. El rey Carlos de Inglaterra se reconoció consternado por la acción. También el primer ministro alemán, Friedrich Merz, y el presidente francés, Emmanuel Macron, condenaron rápidamente los acontecimientos de Bondi. “Se trata de un ataque puramente antisemita”, remató también Donald Trump a través de las redes sociales.
Los tiroteos masivos son poco frecuentes en Australia, uno de los países más seguros del mundo
El primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, calificó el ataque de “asesinato a sangre fría” y aprovechó para cargar contra el primer ministro australiano, por haber sido uno de los políticos que se manifestaron desde un primer momento favorables a la solución de los dos estados para el conflicto entre Israel y los palestinos.
Netanyahu acusó a Albanese de haber fomentado el antisemitismo. “Su llamada a un Estado palestino echa leña al fuego del antisemitismo. Recompensa a los terroristas de Hamas. Envalentona a quienes amenazan a los judíos australianos y fomenta el odio hacia los judíos que ahora acecha sus calles”, declaró Netanyahu.
El Consejo Nacional de Imanes de Australia condenó el tiroteo en un comunicado: “Estos actos de violencia y crímenes no tienen cabida en nuestra sociedad. Los responsables deben rendir cuentas plenamente y enfrentarse a todo el peso de la ley”. También la Autoridad Palestina repudió la matanza.


