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El fabuloso método usado por los antiguos “guardianes del día” mayas expertos en calendarios para predecir los eclipses solares

Arqueología

Estos gurús espirituales desarrollaron un sistema basado en el ciclo lunar que se podía reiniciar para mantener su precisión a lo largo del tiempo

Eclipse solar parcial del 29 de marzo de 2025 

DANIEL LÓPEZ / IAC / Europa Press

El Pa’al K’in era un momento terrorífico para los mayas. El “Sol roto” (que sería la traducción literal) era interpretado por este antiguo pueblo mesoamericano como el momento en que un ser maléfico devoraba el astro dador de vida. En esa época, ¿qué podía haber peor que eso?

Lo que tanto temían era, en realidad, un eclipse solar. Pero las élites de esa sociedad, viendo el miedo que generaba ese fenómeno astronómico entre su población, se propusieron aprender a predecirlos, lo que les otorgaba un poder inigualable. 

Un calendario sagrado

Más de 2.000 años antes de que los europeos llegaran a América, los mayas ya habían sido capaces de desarrollar un calendario sagrado de 260 días (tzolk'in o bucxok) que coexistía con el ciclo solar de 365 días (haab). 

Los “guardianes del día”, unos guías espirituales conocidos como Ajq’ij, eran los que interpretaban las fechas e incluso predecían el destino de las personas basándose en el día de su nacimiento.

Páginas del 'Códice de Dresde' 

Wikipedia

Se centraban en el movimiento de la luna, comenzando con el cuarto creciente posterior a la luna nueva. A partir de ahí, organizaban los meses en grupos de 29 o 30 días. Así eran capaces de aconsejar a sus conciudadanos sobre actividades tan dispares como la siembra, los negocios o la curación.

Pocos documentos de esa época sobreviven hoy en día, lo que ha dificultado descubrir los fabulosos secretos de la astronomía maya. El Códice de Dresde es una de las pocas excepciones que existen e investigadores estadounidenses acaban de descubrir que contiene una tabla para predecir los eclipses solares.

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Este texto maya originario de la región de Chichén Itzá, en México, data de entre los años 1200 y 1250 después de Cristo y anteriormente ha sido clave para descifrar los glifos yucatecos de esta civilización mesoamericana. Los especialistas creen que es una copia de un documento realizado 300 o 400 años antes.

El documento está formado por 39 láminas, con escritura por ambos lados, doblado en forma de biombo y con una longitud total de 3,56 metros que incluye tablas calendáricas de eclipses, ciclos solares y lunares, el ciclo de Venus y profecías.

Pirámide de Kukulkán, en Chichen-Itza 

Exoticca

Según explican los especialistas de las universidades de Albany y Plattsburg en un artículo publicado en la revista Science Advances, el códice detalla cómo los ‘guardianes del día’ aprendieron a pronosticar eclipses a partir de un calendario de 405 meses de duración e incluso fueron capaces de rastrear cuándo reiniciar sus predicciones.

El hallazgo señala que este sistema surgió de un marco general del calendario lunar, basado en el seguimiento de los días de cada mes, comenzando con el cuarto creciente posterior a la luna nueva. Los Ajq’ij probablemente rastrearon intervalos de eclipses a corto y largo plazo al crear su tabla.

Tres periodos de 405 meses lunares

“Después de tres periodos de 405 meses, con 190 intervalos entre 20 eclipses, surgiría un patrón bastante uniforme”, señalan los investigadores. Los guías espirituales podrían haber desarrollado ratios temporales para calcular los eclipses, así como cuándo reiniciar el modelo para mantener su precisión a lo largo del tiempo.

Si hoy en día los fenómenos en los que el Sol se alinea con la Luna y con la Tierra siguen siendo eventos astronómicos fascinantes, hace centenares de año debían ser momentos que aún causaban efectos más impactantes en los humanos, convirtiéndose en fechas importantes para muchas civilizaciones antiguas.

Eclipse solar 

CGCOO / Europa Press

“Predecir los eclipses y poder reiniciar una tabla en estos intervalos que hemos descubierto y en estas proporciones, habría permitido a los guardianes del día conseguir hacer pronósticos de manera confiable durante largos periodos”, escriben John Justeson y Justin Lowry, autores del estudio.

Actualmente sabemos que habrá eclipses lunares cada año, aunque no todos los años observamos el mismo número, ya que puede variar desde dos anuales a incluso siete. En el caso del Sol, podemos tener dos o tres al año, aunque para ver un eclipse solar total hay que esperar dos o tres años, según los cálculos de la NASA.