Alrededor del 30% de los individuos mayores de 70 años padecen de alzheimer; sin embargo, una tercera parte de ellos todavía no ha manifestado ningún signo de la afección, y otra tercera parte presenta síntomas iniciales, lo que sugiere que es posible que aún no hayan recibido un diagnóstico, de acuerdo con el primer estudio que ha medido la incidencia del alzheimer en la población general.
Los hallazgos, los cuales se presentan hoy en la revista Nature, sugieren que el 11% de los individuos mayores de 70 años podrían ser elegibles para recibir los tratamientos más recientes con anticuerpos dirigidos a la proteína beta-amiloide, los cuales ralentizan el avance de la afección.
La investigación se ha fundamentado en un nuevo test que permite diagnosticar precozmente el alzheimer mediante un análisis de sangre. Esta prueba, que ya se está implementando en centros hospitalarios, examina la proteína p-tau217, originada en el cerebro y que se eleva en la sangre desde las etapas tempranas del alzhéimer. Previamente, el diagnóstico de alzhéimer exigía métodos invasivos y onerosos (una punción lumbar o una tomografía por emisión de positrones), lo que dificultaba la realización de estudios de prevalencia en la población asintomática.
Los tratamientos más recientes contra el alzhéimer se dirigen a un 11% de las personas mayores de 70 años, de acuerdo con los científicos.
Se examinaron muestras sanguíneas de 11.486 individuos noruegos, todos ellos inscritos en el Estudio de Salud de Trondelag, el cual comenzó en 1984 y permanece activo. El 78% de las muestras correspondían a personas con más de 70 años de edad. Los hallazgos de los exámenes se compararon con la información clínica de los participantes, posibilitando la determinación de la presencia de signos de declive cognitivo o demencia. Adicionalmente, se consideraron otros factores importantes para la enfermedad de Alzheimer, tales como la formación académica, la composición genética y los indicadores de riesgo cardiovascular.
“Es un estudio especialmente relevante porque nos permite hacer una estimación más precisa de la prevalencia del alzheimer” que estudios anteriores que no eran representativos de la población general, destaca Marc Suárez-Calvet, neurólogo del Centro de Investigación del Cerebro BarcelonaBeta y del hospital del Mar. Pero advierte que “es una cohorte representativa de la población noruega y habrá que hacer estudios similares en otros países, porque tal vez la prevalencia sea diferente”.
02 - 04 - 2025 / Barcelona / Entrevista Retrato de Marc Suárez, neurólogo que investiga sobre alzheimer / Foto: Llibert Teixidó
De acuerdo con las conclusiones expuestas en Nature, únicamente el 33% de los individuos que presentan indicios de deterioro cognitivo leve padecen de alzhéimer. En el 67% de los casos restantes, el deterioro cognitivo se origina por motivos distintos, lo que significa que no necesariamente evolucionará hacia la incapacidad y la demencia. No obstante, a medida que aumenta la edad en la que aparece el deterioro cognitivo, se incrementa la probabilidad de que esté asociado al alzhéimer.
Por el contrario, únicamente dos de cada tres individuos mayores de 70 años diagnosticados con alzhéimer presentan deterioro cognitivo o demencia. De igual modo, a mayor edad, aumenta la probabilidad de que el alzhéimer se manifieste con síntomas.
“Con la llegada de fármacos capaces de reducir la patología de beta-amiloide y frenar el declive cognitivo, un conocimiento preciso de la prevalencia de la enfermedad de Alzheimer es esencial para prever el número de personas candidatas al tratamiento y estimar las futuras demandas para el sistema sanitario y los costes asociados”, escriben los autores de la investigación en Nature.
Europa ha aprobado este año los dos primeros anticuerpos que frenan la progresión del alzheimer, el lecanemab de Eisai y Biogen y el donanemab de Eli Lilly. Ninguno de los dos está aún disponible en España, a la espera de que el ministerio de Sanidad y las compañías farmacéuticas acuerden los precios. Los neurólogos esperan poder empezar a recetarlos en 2026.
Las estadísticas de Noruega demuestran que un mayor nivel de formación académica se correlaciona con una mayor defensa contra el alzhéimer. Esta defensa no se atribuye únicamente a la capacidad mental para sobrellevar el deterioro causado por la enfermedad (conocida como reserva cognitiva), sino que también parece influir en el desarrollo biológico de la neurodegeneración. Por consiguiente, los individuos con educación superior presentan concentraciones de p-tau217 inferiores a quienes completaron la enseñanza secundaria, y estos, a su vez, las tienen más bajas que aquellos con solo estudios primarios. Los científicos señalan la necesidad de investigaciones adicionales para dilucidar la conexión entre la educación y la neuroprotección, ya que no se examinaron factores que podrían influir, como el hábito de fumar, la falta de actividad física y la ingesta de alcohol.
Por el contrario, la investigación pone en duda que las mujeres sean más susceptibles al alzheimer que los varones. Utilizando los datos de Noruega, no se aprecian disparidades entre hombres y mujeres en ninguna franja de edad al diagnosticar el alzheimer basándose en el nivel de la proteína pTau217 en el torrente sanguíneo. Sin embargo, en personas mayores de 85 años, sí se ha constatado una mayor incidencia de demencia en mujeres y un mayor deterioro cognitivo leve en hombres.

