Cada lácteo puede aportar un beneficio distinto a la microbiota. Así lo ha concluido un estudio publicado en la revista Multidisciplinary Digital Publishing Institute, en que se señala que la leche favorece la aparición de bacterias intestinales beneficiosas como la Akkermansia, mientras que si se combina con queso disminuye la presencia de Bacteroides.
Los autores del trabajo han observado que un mayor consumo total de lácteos y leche y una menor ingesta de queso aumenta la diversidad microbiana alfa superior. Incrementar la presencia de lácteos y leche en la dieta también da lugar a una mayor abundancia relativa de Faecalibacterium, señala el estudio.
La investigación ha sido desarrollada por un equipo estadounidense cuyo trabajo se centra en explorar la influencia de los lácteos en la microbiota intestinal asociada a la mucosa del colon. Analizaron la salud de 34 personas que habían sido sometidas a una colonoscopia en el Centro Médico Michael E. DeBakey para Asuntos de Veteranos en Houston, Texas.
Los expertos analizaron un total de 97 biopsias de mucosa colónica de 34 sujetos
“La ingesta de leche y queso se asoció con la microbiota intestinal de manera diferencial”, apuntan las conclusiones del estudio, que se basa en el análisis de un total de 97 biopsias de mucosa colónica de los participantes. Dado que los lácteos son un grupo de alimentos heterogéneo, la investigación analiza los efectos de distintos productos por separado, entre los que se halla la leche, el queso, el yogur y la mantequilla.
Los sujetos que consumieron más lácteos y leche tenían una mayor abundancia relativa de Faecalibacterium, una bacteria anaeróbica Gram-positiva del filo Firmicutes y de la familia Ruminococcaceae. También se detectaron diversas cepas de Faecalibacterium en la leche de vaca lechera, lo que destaca su potencial propiedad probiótica. Esta bacteria produce butirato y otros ácidos grasos de cadena corta a través de la fermentación de fibra dietética y su propiedad antiinflamatoria ha sido reconocida ampliamente.
Leche
En el caso del queso, una ingesta elevada se asoció con una menor abundancia relativa de Subdoligranulum, una bacteria formadora de esporas y productora de butirato del filo Firmicutes y la familia Ruminococcaceae [ 56 ]. La Subdoligranulum es una bacteria común en mucosas sanas, aclaran los investigadores. Por otro lado, una mayor ingesta de este producto se relacionó con una menor abundancia relativa de Bacteroides, que en niveles en el intestino se han asociado con enfermedad inflamatoria intestinal.
Con todo, los autores del trabajo insisten en que se necesita más investigación para explorar los roles de las bacterias menos abundantes en el consumo de productos lácteos y su impacto en la salud. “Se necesitan enfoques genómicos, metagenómicos y metabolómicos para identificar las especies bacterianas y las funciones influenciadas por el consumo de productos lácteos y para identificar las poblaciones que podrían beneficiarse del consumo de productos lácteos a través de una intervención nutricional personalizada”, concluyen.

