Dos tercios de la canela que se vende en Europa y otros países no es tan segura ni de tan buena calidad como aparenta. Tras analizar 104 muestras compradas en supermercados y pequeñas tiendas de trece países (incluidos diez de la Unión Europea, además del Reino Unido, Serbia y Sri Lanka) un estudio del Centro Común de Investigación (JRC), organismo científico de la Comisión Europea, ha revelado más del 66% de los productos tenían problemas: algunos no cumplían con la legislación alimentaria, otros estaban adulterados y varios superaban los límites recomendados de sustancias que pueden ser dañinas para la salud.
Las especias son productos caros y fáciles de falsificar, sobre todo cuando se venden en polvo. En el caso de la canela, la más valorada es la de ceilán, originaria de Sri Lanka, que se distingue por un aroma más suave y complejo. Sin embargo, esta variedad suele ser sustituida por la cassia, más barata y con sabor más fuerte. El estudio encontró que un 9% de las muestras etiquetadas como canela de ceilán en realidad contenían cassia parcial o totalmente, lo que supone un engaño directo al consumidor. Incluso hubo productos adulterados con partes de la planta que no corresponden, como raíces o flores.
Las especias son productos caros y fáciles de falsificar, sobre todo cuando se venden en polvo
Otro hallazgo preocupante tiene que ver con la cumarina, un compuesto natural presente en la canela cassia. En pequeñas cantidades no representa un problema, pero si se consume demasiado puede dañar el hígado. Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, la ingesta diaria tolerable es de 0,1 mg por kilo de peso corporal. Esto significa que una persona de 60 kilos podría tomar hasta 6 mg diarios sin riesgo. El problema es que en algunas de las muestras analizadas, una simple cucharadita de canela ya superaba esa cantidad.
Productos adulterados
La canela más valorada es la de ceilán, originaria de Sri Lanka, que se distingue por un aroma más suave y complejo
En el caso de los niños, la situación es aún más delicada: los investigadores calcularon que en algunas muestras un niño de 30 kilos ya sobrepasaría el límite seguro con apenas media cucharadita.
Cerca del 10% de las muestras analizadas, además, contenían demasiado plomo. Este metal pesado es especialmente peligroso porque se acumula en el organismo y puede provocar problemas de salud a largo plazo, sobre todo en los más pequeños.
El informe aclara que superar el límite de cumarina o consumir canela con trazas de plomo de forma puntual no significa que vaya a producirse un daño inmediato. Sin embargo, sí supone un riesgo si el consumo es frecuente y prolongado en el tiempo. Por eso los expertos recomiendan a los consumidores optar por canela de ceilán siempre que sea posible, ya que contiene mucha menos cumarina y se considera más segura.
La canela es una de las especias más usadas en Europa, tanto en repostería como en platos tradicionales. Los resultados del estudio reflejan un problema serio, aunque las muestras analizadas son pocas en comparación con el volumen real del mercado: en 2023 la Unión Europea importó más de 13.000 toneladas de canela. Aun así, el JRC insiste en que los fraudes detectados y los niveles altos de contaminantes deben servir de aviso para reforzar los controles y proteger al consumidor.


